En
la gran capital el agua que llega a los domicilios se considera potable
pero, en realidad, no es apta para beber tal y como sale de los grifos.
Sirve para ducharse y lavar, pero para beber ha de hervirse y esperar a
que se enfríe después, por ello es más cómodo utilizar agua
embotellada. Son requisitos necesarios para prevenir las habituales
dolencias intestinales. Sin embargo, en los asentamientos humanos del
cono norte hay muy pocos grifos pues no hay canalización de agua potable
ni desagüe. El agua es llevada hasta la falda de los cerros por unos
camiones cisterna llamados “aguateros”. Esta agua se compra y se
conserva en grandes bidones (o cilindros) de plástico –a veces de
metal-. El agua que proporciona el aguatero ha de servir para todo:
higiene personal, limpieza, colada y alimentación. También para echar
con baldes en los inodoros de los colegios y de las pocas casas que los
tienen.
El
agua de cisterna conlleva múltiples problemas, el más absurdo de todos
está en su elevado precio. Los pobladores de los asentamientos –muchos
de ellos en situación de pobreza y extrema pobreza- han de pagar el
metro cúbico de agua hasta tres o cuatro veces más caro que los
residentes en otros barrios de la gran ciudad, los cuales sí cuentan con
el servicio canalizado hasta sus viviendas.
Otro de los inconvenientes tiene que ver con el transporte del agua, ya que el camión cisterna
puede llevar el agua hasta las casas de la parte baja de los cerros
pero no a la parte alta. En consecuencia, bastantes vecinos tienen que
acarrear el agua desde la falda de los cerros hasta donde viven. Además
de esto, se debe tener especial cuidado en tapar constantemente los
bidones para evitar que sobre el agua caigan el polvo
y la contaminación; también para que no quede expuesta a los insectos,
especialmente a los “zancudos”, que trasmiten enfermedades.
El
agua de los cilindros, a pesar de las precauciones, acaba afectando a
la higiene y salud personales, sobre todo con las repetidas y agudas
diarreas. Por otra parte, el medioambiente –suelo, aire- se contamina
todavía más debido al colapso de las letrinas y a la falta de
tratamiento de las aguas residuales. En estas condiciones, la
canalización de agua potable y el desagüe son estimados como objetivos
acuciantes en las reivindicaciones de la población.
En
cuanto al tendido eléctrico sí hay en los asentamientos humanos, aunque
no llega a todas las calles ni a todas las casas. Es frecuente
encontrar viviendas con corriente eléctrica que toman de un vecino.
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