martes, 28 de octubre de 2008

Consumo: desventuras en el servicio técnico de unas megatienda

El 22 de septiembre llamé a la megatienda para saber algo sobre la reparación de mi ordenador. Me dijeron que ya estaba reparado hace días. "¿Y por qué no me han llamado?" Me dijeron que ya no telefonean, que mandan mensajes. Pero en mi móvil no había ningún mensaje de ellos. En cualquier caso, no se aseguran de que te lo han comunicado. Y eso que me pidieron el número del móvil y el del fijo. En definitiva, que tienes que llamar tú y gastar tú, el cliente.
El 23 de septiembre por la mañana fui a recoger el ordenador (lleva allí desde el 5 de agosto). Me querían cobrar 49 euros por el software. Dije que nadie me había comunicado ese presupuesto y que además mi ordenador, el día que lo llevé, estaba en periodo de garantía. Insistían en cobrarme 49 euros por el software que, según ellos, no entra en garantía. Dije que no lo pagaba. Insinué a mi acompañante que tendría que ir al juzgado. Al oír esto, los de la supertienda me hicieron una factura nueva en la que ya habían quitado lo de los 49 euros. Me llevo el ordenador a casa. A primera hora de la tarde lo pruebo, resultado: no tiene instalado el software que me querían cobrar y además no funciona pues entra en una espiral en la que se apaga y enciende constantemente. ¡Desde el 5 de agosto al 23 de septiembre y no lo han reparado! Vuelvo esa misma tarde con el ordenador a la megatienda. Les digo que no funciona, que lo prueben. Ni disculpas, ni explicaciones, ni nada. ¡Lo he recogido esa misma mañana! Ven que no funciona cuando se apaga y enciende solo, aunque el tipo que me atiende dice que es que lo ha reiniciado. Mentira: se apaga y enciende mil veces. Les recuerdo que el ordenador no está tal y como yo lo compré, no tiene todas las funciones y programas que tenía, por los que yo pagué 899 euros. Vuelven a decirme que falta el software, que ellos no lo tienen y que el fabricante les cobra por ello. No lo tienen y por la mañana me lo querían cobrar. Me iban a cobrar algo que no tienen, algo que ni siquiera habían puesto al ordenador. Después de mucho discutir -y guardar la buena educación, no fuese que me denunciaran a mí- me dicen que lo van a arreglar.
Antes de irme, les digo que yo no puedo estar más sin ordenador, que esta situación me está causando muchos gastos, por ejemplo: pago la conexión a internet y no la puedo usar al no tener ordenador. Les da igual. Estoy haciendo mis documentos escritos con una antigua máquina de escribir Olivetti, me da vergüenza, pero...A ellos les da igual también. Recuerdo que cuando se averió mi móvil, en el establecimiento donde lo compré me dejaron otro, más elemental, mientras reparaban el mío. Se lo hago saber, pero en la supertienda me dicen que no tienen servicio de sustitución.
En fin, lo dejo por tercera vez en el servicio técnico. Ahora los dos años de garantía ya han concluido, aunque se alargan tres meses al sumar la garantía de esta última reparación, falsa reparación pues el aparato no funciona.
Antes de salir del establecimiento puse la tercera reclamación, ya sé que no sirve para nada, pero supongo que se añadirá otra más a su expediente.