jueves, 25 de febrero de 2016

Manifestación en Madrid contra la oleada de represión

El 5 de febrero de 2016 —importante tener presente el año— fueron detenidos dos jóvenes de Títeres desde Abajo tras representar una función en el distrito de Tetuán durante las fiestas de Carnaval. Se les detuvo por enaltecimiento del terrorismo, pero, según sus partidarios, satirizaban sobre los montajes policiales. En los días siguientes se produjeron concentraciones para exigir la libertad de los titiriteros en la capital y otras ciudades. Pasados cinco días salieron de prisión, sin embargo las protestas han continuado para exigir su libertad sin cargos. El día 11 de febrero hubo cargas policiales y detenciones tras un encierro de activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y otros colectivos sociales en una oficina de Bankia en la calle Mayor para, entre otras cosas, pedir la paralización de los desahucios previstos y denunciar la inexistencia de un Fondo Social de Viviendas. El sábado 13 de febrero  se realizó una manifestación antirrepresiva a las seis de la tarde desde la Puerta del Sol hasta el Ministerio de Justicia (calle de San Bernardo). Estaba convocada con anterioridad a las detenciones de los titiriteros y de los participantes en el encierro en la sucursal bancaria, pero vino como anillo al dedo: era el escenario adecuado para exigir la absolución de los recientemente detenidos y reivindicar también la libertad de expresión. Si estaba convocada con anterioridad a los incidentes señalados es porque los colectivos asistentes vienen realizando protestas contra la represión  hace tiempo, sobre todo desde que gobierna Rajoy, del Partido Popular   —partido que como tal no acaba de condenar el franquismo—. La manifestación del día 13 se planteó de forma global, es decir, contra la oleada represiva que afecta a la lucha de la clase obrera. El título del cartel de la convocatoria rechaza la criminalización de todas las personas que están en la lucha, sea sindical, político-social o cultural: “Manifestación contra la represión hacia quienes luchan por los derechos de todas/os”. Para vencer la represión el lema de la pancarta que iba en la cabecera de la marcha decía “Nos quieren solas, Nos tienen solidarias”. En definitiva, para resistir, unidad.
Velando por la seguridad desde fuera y desde dentro
La Puerta del Sol estaba abarrotada de gente como suele ser habitual las tardes de los sábados. A ratos chispeaba y soplaba el viento, a ratos llovía y  los transeúntes se ponían las capuchas o sacaban los paraguas. En estas circunstancias era difícil desplegar las pancartas y hacer ondear las banderolas de los distintos grupos presentes en la marcha, no obstante se consiguió  y los manifestantes avanzaron por la repleta calle de Preciados entre fuertes medidas de seguridad. Había agentes de la Policía Nacional a lo largo de toda la estrecha calle peatonal, con especiales refuerzos a las puertas de los grandes comercios. En la plaza de Callao se podía caminar más holgadamente, pero la presencia de furgones policiales y agentes seguía siendo enorme. En Gran Vía encauzaban el tránsito de la marcha hacia la izquierda, camino de San Bernardo, e impedían que se desviase por cualquier otra bocacalle. La caminata transcurrió pacíficamente aunque había tensión en el ambiente, ya que una parte de las consignas escritas y gritadas reprochaban determinadas actuaciones policiales, siendo algunos de estos mensajes muy negativos y radicales. También vigilaba por la seguridad un grupo integrado por los propios manifestantes; sus componentes eran principalmente hombres jóvenes que se distinguían por llevar una cinta roja en el brazo. Se situaban en los laterales de la marcha y el refuerzo mayor era en la cola de ésta, donde parecían haberse colocado para evitar conflictos con los policías que a pie y en lecheras cercaban al grueso de la protesta.
A la manifestación acudió bastante gente, aunque no fue tan masiva como la otra protesta antirrepresiva de la semana, la convocada el día 11 por los sindicatos para reivindicar el derecho de huelga y la amnistía de trabadoras/es represaliadas/os. Eso sí, participaron bastantes colectivos, algunos de los cuales estuvieron en ambas protestas, por ejemplo: Solidaridad Obrera, CGT, Co.bas, Corriente Roja, PCE, Juventudes Comunistas y Marchas de la Dignidad 22M. En la marcha del día 13 estaban además CNT-AIT y diversidad de grupos sociales, entre ellos la Plataforma de Absolución de las 13 Rosas, la Plataforma de Apoyo a los Internacionalistas y Pink Block. Por Twitter se mencionó la asistencia de los Bukaneros  y en la marcha se vieron ondear banderolas en las que ponía “Rayo Vallecano. Antifa Ultra”. Asistieron grupos con símbolos que reivindicaban la libertad de determinados represaliados, expresando incluso su propio nombre. El ambiente no era el de una fiesta, desde luego, pero sí fue una protesta muy activa, de vocerío incesante. Se coreaban lemas aquí y allá, en cualquier tramo del trayecto, en cualquier parte de la aglomeración.
Libertad
La exigencia más perentoria es que salgan de prisión o no entren todos los represaliados por participar en diferentes formas de protesta (huelgas, manifestaciones, escraches, encierros, etc.), por tener una ideología determinada, por ejercer su libertad de expresión o el derecho a informar. El lema más coreado para ello fue “Libertad, libertad, detenidos por luchar”. Para lo mismo una pancarta empleaba un lenguaje que recordaba mucho la lucha antifranquista: “Amnistía presxs políticxs”. También se voceó alternativamente “Presas políticas, libertad” y “Presos políticos, libertad”. Así se expresaba la reivindicación de libertad de forma general, sin embargo abundaban las peticiones de libertad para casos concretos, tanto a lo largo de la marcha mediante pancartas y cánticos, como al final con la lectura de un comunicado y de una lista que recopilaba buena parte de esos casos, incluyendo sindicalistas, manifestantes, reporteros gráficos e incluso personas que han entrado en comercios para coger productos simbólicamente —como forma de llamar la atención sobre la pobreza—, o alguna madre que ha hecho lo mismo para remediar la necesidad urgente de su familia.
El caso de los titiriteros, tal vez por su cercanía en el tiempo, fue destacado por un gran número de participantes. El grito para reivindicar su libertad sin cargos era “¡Titiriteros, absolución!”. Había gente con títeres, entre ellos uno que representaba a Don Quijote; otro, a una lideresa conservadora muy liberal; otro, a un policía con casco y porra. Emulando los mensajes de solidaridad con la revista satírica francesa Charlie Hebdo tras sufrir un atentado terrorista, la CNT exhibió una pancarta que rezaba así: “Je suis titiritero. No hay cultura sin libertad”. Varios mensajes reivindicaban libertad de expresión y una enorme pancarta denunciaba la gravedad de su estado modificando levemente una palabra: “La libertad de expresión está titiritando”. Cerca de las banderolas anarquistas se oía “Lucha obrera titiritera”.
En el recorrido de la marcha se pidió también la absolución de Elena y Jesús y se gritó “¡Fuera las esposas de las Trece Rosas!”. Había pancartas exigiendo la libertad de Alfon (Alfonso Fernández Ortega), Nahuel (Juan Manuel Bustamante Vergara) y los “internacionalistas” o “solidarios con el pueblo kurdo”. En la lectura que se hizo al final de la lista de afectados también se nombraron los conocidos casos de Miguel e Isma (por los disturbios tras la manifestación de la Marcha de la Dignidad 22M), ‘los 8 de Airbús’ (huelguistas) y Raúl Capín y Adolfo Luján (fotógrafos de prensa).
Como viene siendo habitual en las protestas contra la represión se gritó “La voz del pueblo no es ilegal” contra la ley mordaza —llamada también Ley de Seguridad Ciudadana—, que limita el derecho de reunión (manifestación) y el derecho a informar y ser informado. El día 9 de febrero se supo que el PSOE, si consigue llegar al poder, traicionará a su electorado y no derogará esta ley, sino que se limitará a reformarla. Sin embargo, los manifestantes insistían en su derogación con este cántico: “Arriba, arriba, arriba, arriba / todas contra la mordaza (2) / la vamos a derogar”.
Mensajes de rechazo para determinadas actuaciones policiales y judiciales
Al ambiente tenso de la protesta contribuían las consignas extremas que se lanzaban contra la policía, cuyos vehículos y agentes uniformados se veían a derecha e izquierda, apostados en las bocacalles, a las puertas de los grandes almacenes, cortando el tráfico rodado, custodiando el recorrido de la protesta, abriendo el paso por delante, avanzando tras ella por el final. En este marco, escrito sobre las telas y a pleno pulmón, se pidió que cesen los “montajes policiales” y se exclamó “¡Basta ya de estado policial!” Como en  otras ocasiones se exigió que los “gastos policiales” se destinen a escuelas y hospitales. Se comparó la policía de la dictadura franquista con la actual diciendo “Antes eran grises, ahora son azules”. Contra la violencia policial, esta proclama: “Ni tiros al aire ni por la nariz, fuera policía de los barrios de Madrid”. El lenguaje fue bastante duro, tanto que la frase “Ser policía, vergüenza me daría” no fue lo más despectivo que se llegó a oír.
Algunas pancartas cuestionaban el papel de los jueces, por ejemplo: “Incrimina en falso el juez”; “Amordazan con falsas acusaciones”. También se aludió a los medios de comunicación ultraconservadores: “La Caverna nos  quiere en la trena”. La corrupción del partido en el Gobierno estaba presente: “Con falsos escándalos tapáis los del PP”. El rechazo contra la represión llegó a ser total: “Abajo los muros de las prisiones”; “El cuerpo represivo, disolución”.
Se achaca terrorismo al fascismo y al Estado represor
Los manifestantes en sus proclamas suelen redefinir términos y conceptos. Esto es lo que hicieron los participantes en la marcha del 13 de febrero, pues quisieron dejar claro que no es solo terrorismo la crueldad y violencia  que utilizan las bandas armadas terroristas así oficialmente clasificadas y conocidas, también ese terrorismo se lo atribuyeron a los fascistas, que han provocado un amplio historial de víctimas y dolor. Voceaban: “Vosotros, fascistas, sois los terroristas”. La crueldad y el uso despiadado, irracional y extremo de la violencia también puede venir del propio Estado cuando emplea fuertes medidas represivas, como recogen estas frases: “Terrorismo de Estado, la única culpable es la ley” (pancarta); “Contra el Estado y su violencia, ahora y siempre, resistencia”; “Aquí se tortura como en la dictadura”. Por tanto se cuestiona que actualmente se esté en democracia y quiénes deben ser llamados terroristas: “Democracia ¿dónde? Terrorista ¿quién?” Por supuesto, se entonó “Lo llaman democracia y no lo es (2), es una dictadura, eso es”. Como en casi todas las protestas antirrepresivas resonaron los viejos lemas “Madrid será la tumba del fascismo” y “No pasarán”.

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viernes, 19 de febrero de 2016

Manifestación masiva por el derecho de huelga y la amnistía de trabajadoras/es represaliadas/os

Entre los días 9 y 12 de febrero de 2016 —a veces conviene recalcar el año, incluso el siglo— se celebró en Getafe el juicio por ‘los 8 de Airbús’, que es como se conoce el caso de los ocho trabajadores para los que se piden ocho años y tres meses de prisión para cada uno por los incidentes de la huelga general del 29 de septiembre de 2010. El jueves 11 de febrero se convocó una manifestación para pedir la libertad de estos trabajadores y la de más de trescientos encausados —según los sindicatos— que se enfrentan a penas de cárcel por participar en piquetes. A las seis y media de la tarde la marcha partió de Cibeles, avanzó por Alcalá, Sevilla, Canalejas, San Jerónimo y finalizó en la Puerta del Sol, donde desde un escenario Cristina Almeida —conocida exlíder de izquierdas— leyó un manifiesto apoyado por varios sindicatos. La pancarta de cabecera contenía la reivindicación principal con palabras que inevitablemente evocaban tiempos pasados de fuerte represión política y del movimiento obrero: “Amnistía trabajadores/as represaliados/as”. A esta enorme pancarta le seguía unos metros detrás otra de similar tamaño que decía “#HuelgaNoEsDelito es un derecho”. Estas mismas frases se pudieron leer en el telón de fondo del escenario, donde se añadía otra exigencia: “Contra la criminalización del Derecho de Huelga. Por la derogación del artículo 315.3 del Código Penal”. Dicho artículo, considerado por los sindicatos como propio del siglo XIX, castiga a quienes “coaccionen a otras personas a iniciar o continuar una huelga”.
Algo de unidad sindical
La protesta fue masiva debido a la acción conjunta de diversos sindicatos que en otras circunstancias —por ejemplo, Primero de Mayo— suelen manifestarse por separado. A lo largo del recorrido se pudieron ver banderolas, chalecos y pancartas de CC OO, UGT, USO, CGT, CSIT Unión Profesional, Solidaridad Obrera, Cobas y Ganemos CCOO. También vinieron desde fuera de Madrid con una gran bandera-pancarta que decía “Asturias UGT”.
Entre las formaciones políticas visibles a través de sus símbolos estaban Izquierda Unida y Podemos, con presencia de representantes parlamentarios de ambas organizaciones. La representación socialista no destacó, tan solo una pancarta firmada por el PSOE de Getafe. Además acudieron otras formaciones de izquierda como el PCE de Madrid, CJC, Juventudes Comunistas, Corriente Roja, Anticapitalistas y Recortes Cero. Entre los movimientos sociales se hicieron notar los de las ‘Marchas de la Dignidad 22M’ y los que piden la libertad del Alfon, que es como se conoce al joven Alfonso Fernández Ortega, preso a raíz de la huelga general del 14 de noviembre de 2012; sus defensores dicen que su proceso estuvo cargado de irregularidades. Durante la marcha fue también notable la presencia de los trabajadores de ‘Coca-Cola en lucha’ y los de Telemadrid.
“¡Que viva la lucha de la clase obrera!”
Junto a la amnistía de las represaliadas y los represaliados y la derogación del artículo 315.3 del Código Penal, una reivindicación más aparecía en las pancartas, aunque no en las de los sindicatos, sino en las de los movimientos sociales; concretamente se pedía que cesen los “montajes policiales”. Ejemplos: “Alfon, libertad. Stop montajes policiales”; “22M Dignidad. Huelga no es delito. No a los montajes policiales”. Precisamente “Huelga no es delito” fue el lema que más se repetía en las pancartas. “No somos 8, somos miles”, en referencia a la solidaridad que se ofrece a ‘los 8 de Airbús’, se pudo leer en varias pancartas y fue una de las proclamas coreadas. No obstante, la consigna que aglutinó a todos, la coreada más veces, por más asistentes y con más vehemencia y entusiasmo fue “¡Que viva la lucha de la clase obrera!” Muchos de los mensajes escritos y voceados aludían a la lucha contra la represión: “Así, ni un paso atrás, contra su represión, huelga general” (voz); “Contra la represión y su violencia, ahora y siempre, resistencia” (voz); “Leyes represivas, no nos callarán” (pancarta); “Contra la represión política de ayer y hoy, resistencia y solidaridad.CGT” (pancarta).
La marcha transcurrió pacíficamente con varios cordones de seguridad formados por integrantes de los sindicatos más grandes en torno a sus respectivas pancartas, portadas algunas de ellas por conocidos líderes. La tarde resultó algo desapacible debido al viento y, a pesar de que había una batucada que participó animadamente, el ambiente de la protesta no fue precisamente festivo; más bien, sobrio. Quizá no podía ser de otra manera en una protesta en la que una parte de las pancartas aludían a la lucha por la recuperación de unos derechos que están en peligro: “Reconquistemos nuestros derechos”; “El derecho se consigue haciendo huelga.PCE”; “No nos robarán nuestros derechos ni nuestra libertad. Juventudes Comunistas”. No faltaron pancartas con referencias al partido que gobierna (Partido Popular) y a sus dirigentes más cuestionados: “PPeor: falso, corrupto y tirano”; “Rita en el Senado, huelguistas en prisión. Anticapitalistas”. En un contexto en el que se denunciaba la represión, la corrupción y la tiranía de vez en cuando resonaba el cántico “Lo llaman democracia y no lo es / es una dictadura, eso es”.
“Son compañeros, no delincuentes”
Una vez que la marcha llegó a la Puerta del Sol, un grupo de trabajadores con camisetas de ‘los 8 de Airbús’ y ‘Coca-cola en lucha’ subió al escenario y se colocó junto al telón de fondo; los concurrentes aplaudieron. Delante de ellos y frente al micrófono, Cristina Almeida, que se presentó como abogada laboralista jubilada, recordando el lema solidario con los trabajadores de Airbus dijo que no son miles, sino “decenas de miles los que estamos aquí para apoyar una causa justa”, y agregó: “para reclamar el derecho de  huelga que es un derecho fundamental”. Se refirió a la unidad sindical y dijo que “por primera vez”  los sindicatos habían apoyado un “manifiesto conjunto” y que le habían pedido que lo leyese. La oradora mencionó los sindicatos que figuran en el manifiesto agrupados bajo el nombre Cumbre Sindical; son estos: UGT, CC OO, USO, CGT, AMYTS, SATSE, Alternativa  Sindical de Seguridad Privada, Solidaridad Obrera, GESTHA, Unión de Actores, CSIT Unión Profesional, STEM.
El manifiesto concluye dirigiéndose al Gobierno Central y al Parlamento de la Nación, les insta a derogar el artículo 315.3 del Código Penal, la Ley de Seguridad Ciudadana (o “ley mordaza”) y las reformas laborales de 2010 y 2012. Por supuesto, también pide la “absolución de todas las trabajadoras y trabajadores ya juzgados y condenados por participar en las huelgas generales de 2010 y 2012”, así como medidas “para evitar el ingreso en prisión de todos las personas encausadas pendientes de juicio”.   
Al terminar Almeida la lectura del texto, los congregados aplaudieron y gritaron vigorosamente “¡Viva la lucha de la clase obrera!”; la oradora también lo coreó. La abogada laboralista jubilada pronunció unas palabras de ánimo y solidaridad antes de despedirse. Refiriéndose al 12 de febrero, último día de juicio, indicó que el fiscal tenía la “opción de razonar sobre ese derecho y retirar las acusaciones”. Añadió: Nadie puede ser condenado por hacer huelga en defensa de los trabajadores y las trabajadoras”. Concluyó: “Su condena sería nuestra condena. Son compañeros, no delincuentes”. 

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