miércoles, 22 de diciembre de 2010

NAVIDAD. El ansia de tener

Una señora había preparado la chocolatada con leche, cacao, azúcar, canela y clavo. Algunas mujeres y un hombre vinieron a partir el panetón y a colocarlo en unas cajas para poder transportarlo hasta el colegio donde se estaba celebrando la fiesta de Navidad. Las gradas del pequeño anfiteatro estaban llenas de chiquillos, madres, abuelas y perros. Teatro, villancicos, bailes sobre el estrecho y alargado escenario. Actuaciones improvisadas, sin coordinar, chapuceras. El cielo encapotado, contaminación y polvo en el aire. Un calor insoportable. No tenía mucho sentido la chocolatada caliente, tradición importada de los países ricos, países del Norte. En el descanso de la función se comenzó a repartir junto al panetón. Navidad tropical, calor del chocolate, sudor, sed. Agobiante. Se reanuda la función. Una adolescente cierra el acto entonando una canción en una lengua indígena. A través del altavoz se anuncia el reparto de regalos.
Una mujer rica había donado regalos para noventa niños. Se les llamó por nombre y apellidos. Las criaturas se colocaron en fila para pacientemente esperar su regalo, un regalo seguro. El resto de niños permanecía en las gradas aguardando también la llegada de un regalo. Se habían comprado regalos baratos para así poder repartir más, pero no se había previsto -porque allí nadie prevé- que se presentaría toda la comunidad.
Verano tropical, gris, asfixiante. Sudor, calor y mucha sed. Comienza el reparto, ahora sin nombre ni apellidos. Cada monitor repartiría un tipo de regalo: 1) para los pequeñitos (de tres a cinco años); 2) para los niños; 3) para las niñas; 4) para los adolescentes. Era un orden mínimo para que cada uno supiese en qué cola se debía poner. En los diez primeros minutos del reparto todo va bien; mucho calor. De repente comienza la avalancha y con ella el caos. Madres embarazadas que quieren regalos para el bebé que portan atado a la espalda y para el que llevan en su vientre. Pillines que se ponen en una cola y otra y otra acaparando más de un regalo. Niños, que quieren un regalo como sea, intentan cogerlos de las cajas. "Que esos regalos son bolsos para chicas". "Da igual, para mi prima". Se los arrancan de las manos a los monitores. Una ensalada de brazos, pisotones y cabellos revueltos cae sobre los paquetes. Desde la megafonía se llama al orden, pero no se consigue. Los que tienen su regalo y los que han comprendido que no lo van a tener abren los depósitos de agua, beben de las mangueras, se refrescan la cara en los charcos. Desmadre en todos los frentes. Un monitor cae al suelo. Los chiquillos tiran de los regalos que están bajo su cuerpo. Peleas, gritos, ferocidad. Las mujeres adultas compiten con los niños para llevarse un mísero regalo. Algunos desprecian los cuentos y los libros. Otros niños los recogen. Una niña llora desconsolada sentada en la escalera. La monitora: "Ya no hay regalos.Ten estas monedas y mi pañuelo". Un beso. Cesa el llanto, sonríe.
Calor, el cielo se ha despejado, sol de mediodía, al menos sopla el viento. Todos se han marchado. Vasos de plástico manchados de chocolate, envoltorios de panetón, papel de regalo por todas partes. Un desastre. Consumismo, regalos sexistas, derroche de envoltorios, suciedad. La organización no se ha partido la cabeza buscando otros valores. El dinero viene de los ricos del mundo: Berlín, Madrid, Nueva York, Toronto, Londres... Su dinero, el que usted donó de buena fe, sirve para exportar nuestra barbarie. Por todo el planeta, el ansia de tener se desata como un instinto capaz de desorbitar las pupilas e impeler a una lucha encarnizada. Allí también, a pequeña escala, entre aquellos niños, aquellas gentes. Regalos de Navidad: cebos de la maldita estupidez que mueve el mundo.

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domingo, 26 de septiembre de 2010

Normas en la dictadura del capital

Había una norma fundamental en la dictadura del capital: el derecho supremo de los ricos a acaparar; se formulaba más o menos así: “Cualquiera tiene derecho a enriquecerse”; como si todos partiésemos desde el mismo punto de salida. Otra idea básica para entender la dictadura era: “Os necesitamos para enriquecernos; nos sobráis para repartir el botín”. Principio tan simplón y cruel inspiraba el espíritu del legislador. El capital dictaba sus normas sobre los gobiernos nacionales que tenían que hacer políticas encaminadas a pagar las deudas y a atraer la inversión; siempre el dinero antes que las personas. Los gobiernos tenían los siguientes deberes:
  • Flexibilizar el mercado laboral, o sea, facilitar el despido del trabajador.
  • Reducir el déficit, es decir, recortar el estado de bienestar.
  • Hacer economías competitivas, esto es, reducir los salarios.
Los derechos de los trabajadores, conquistados durante largas luchas obreras, se podían limitar o anular según al capital le conviniese. Eran unos derechos muy raros, flojitos, de quita y pon.
A través de los gobiernos nacionales o directamente el capital también imponía normas a cada sujeto. Nos exigía:
  • No echar raíces: cambiar de localidad, país, lengua, familia en busca de oportunidades de trabajo.
  • Reciclar habilidades: tus conocimientos y estudios ya no valen; haz otros.
  • Competir a muerte entre nosotros: éramos capaces de convertirnos en chivatos o traidores por un cacho de pan. Capital, hijo de puta.
Si no cumplías las normas, como en toda dictadura, tu vida era una tortura diaria o acababas pereciendo de hambre y asco; pero, a diferencia de otras dictaduras en las que el tirano es evidente culpable, en la dictadura del capital el culpable es la víctima: un tonto, un inútil que no sabe ganarse la vida.
A algún listo se le ocurrió decir que “el que se adapta a las necesidades del mercado, sobrevive”. Media vida o la vida entera pasábamos adaptándonos, pero la teoría de la acomodación a las condiciones medioambientales no era nada más que un engaño pasajero. La teoría de la adaptación fue superada por la teoría de la selección natural en la que sólo sobreviven los más fuertes. En el capitalismo igual, sobreviven los más fuertes, los que traen innata una ventaja: por pertenecer a familias ricas, por inteligencia o por destacar con alguna cualidad muy apreciada en un momento concreto en el mercado. Los demás, pobres e idiotas de nosotros, estábamos destinados a mendigar o, peor aún, a desparecer.
No, algo no era verdad, no compartíamos el mismo punto de salida.
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sábado, 4 de septiembre de 2010

Democracia y dictadura del capital

En 2010 vivíamos plenamente la dictadura del capital. Ya no tenía fascistas uniformados a su servicio, los partidos políticos en el poder de derechas e izquierdas estaban a sus órdenes. Eran sus esbirros y nosotros sus esclavos. El caudillo de la dictadura del capital se presentaba difuso, no lo podíamos concretar en un solo individuo. Si acaso lo podíamos circunscribir a una plutocracia que abarcaba grandes empresas y sagradas instituciones: desde los dueños de laboratorios farmacéuticos y grupos petroleros hasta los tecnócratas de los bancos mundiales. Pero el capitalismo era algo más: una doctrina, un sistema, una ponzoña, un espíritu, un cáncer, una cultura, una mierda, un estilo de vida que nos arrastraba a todos en su corriente y cuyo objetivo insaciable era crecer y crecer vendiendo, lo que para nosotros se traducía en consumir y consumir. Con esta dinámica unos pocos ricos extendían su dominio por todo el globo terráqueo para obtener altos beneficios privados, mientras tanto, millones de harapientos iban pereciendo por la violencia de la exclusión y el hambre. En todas las dictaduras hay oprimidos y muertos, en la del capital el número de ellos, año tras año, siglo tras siglo, era incalculable.
El espíritu del capital calaba por todas partes: lo mismo se desenvolvía en las avanzadas democracias representativas de Occidente que en la “dictadura del proletariado” de la China Popular. En las democracias se nos reconocían derechos sobre el papel -al empleo, a la vivienda, a la salud, a la educación-, pero la dictadura del capital nos los quitaba o nos los ponía muy caros. Plutócratas y tecnócratas determinaban nuestras vidas, pero las democracias meramente formales no nos daban suficientes ni eficaces instrumentos para controlarlos. No podíamos votarlos, por tanto ni elegirlos ni echarlos. En nuestras democracias de un voto cada cuatro años para elegir representante, el capital y el proletariado se enfrentaban en la lucha política como la derecha y la izquierda respectivamente. Los partidos políticos de derecha eran declarados amigos de la dictadura del capital, estaban en su bando por definición, por tanto no había duda. Durante un tiempo pensamos que los partidos de izquierda contrarrestarían el poder de la dictadura del capital, que nos defenderían, pero acabaron -como la derecha- poniéndose a su lado en la batalla y conservaron y crearon reglas de juego a su favor. Así que el papel de la izquierda no pasó de ser nada más que un paripé. A los dictadores del capital los sindicatos y las huelgas, en el fondo, les daban risa, así que en nuestras manos sólo teníamos un poder pacífico a la vez que revolucionario: dejar de consumir. Pero ellos sabían que no lo íbamos a hacer. Estábamos encerrados en el círculo perfecto.
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jueves, 26 de agosto de 2010

El Partido Popular

Ellos decían que no, pero muchos pensaban que sí, que todas las derechas -a excepción de la nacionalistas- estaban dentro del Partido Popular, el cual no conseguía quitarse de encima el tufo de la más reaccionaria, que en el caso de España llevaba la marca del nacional-catolicismo franquista, era un hedor que les perseguía a pesar de los exquisitos perfumes del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. En 2010 el Partido Popular (PP) estaba en la oposición y en manos -es un decir- de Mariano Rajoy. Era percibido como un hombre débil -un títere movido por su predecesor Aznar-, con poca decisión, poco brillante, oportunista e incapaz de dirigir su propio partido donde no faltaban las guerras intestinas por desbancarle. Rajoy y los suyos no supieron -o no quisieron- limpiar la escandalosa corrupción que salpicaba al partido un día tras otro, al contrario: miraban para otro lado; o nos querían hacer creer que eran objeto de extrañas conspiraciones; o empleaban todo tipo de argucias para que la justicia no investigara.
Los portavoces del partido, abruptos en las formas, las cuales cultivaban más que el contenido, estaban siempre al acecho y a la más mínima saltaban a los medios de comunicación para desprestigiar como fuese, a veces rozando los límites de la ética y la ley -insultos, acusaciones, ataques personales- a sus oponentes, principalmente socialistas y nacionalistas. Este juego sucio y el desdén hacia la corrupción repelían enormemente, pero no tenían otro. Es posible que dentro del propio partido hubiese personas que renegaran del sello de “derechona”, que les diese vergüenza la corrupción, que tuviesen aspiraciones más honradas, abiertas y democráticas, pero nunca alcanzaban los puestos de mando.
La política del partido carecía de proyecto. De ellos sólo sabíamos que eran liberales en lo económico y represores e hipócritas en todo lo demás. En la mayor parte de las autonomías donde gobernaban -o habían gobernado- aparte de la corrupción, destacaba la privatización del estado del bienestar, fuente de riqueza para empresarios y de desolación para usuarios. En Madrid lo iban haciendo vigorosamente con la sanidad pública y el mismo camino llevaban con la educación.
El PP, a pesar de todo lo dicho, siempre ha tenido un público fijo, incondicional, incluso fanático. Votantes que le garantizan el segundo puesto tras las elecciones generales si hay mucha abstención, y el primer puesto -gobierno- si los votantes de izquierda deciden castigar al partido socialista. El PP gana si se debilita el adversario: Rajoy era conocido como el hombre que podía sentarse tranquilamente a esperar. Sólo había alguien capaz de esperar más, ése era Ruiz-Gallardón, con tuneladora en mano y corte de faraón.
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martes, 24 de agosto de 2010

El Partido Socialista Obrero Español

En 2010 el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se había convertido económicamente en un partido de derechas. Nada nuevo, ya lo habíamos conocido con los últimos años del gobierno de Felipe González, pero en el de José Luis Rodríguez Zapatero las medidas habían pasado el límite de lo tolerable. Tocó las pensiones -los ancianos son uno de los grupos más débiles, así que hacer esto era vulnerar algo sagrado-; redujo el sueldo a los funcionarios; aumentó los impuestos indirectos -que nos afectan a todos en nuestra condición de consumidores-, y amenazaba con subir los directos que acabarían pagando los de siempre: los trabajadores. Las ayudas a las familias cada vez se recortaban más y el estado del bienestar se iba quedando escuálido. Lo peor de todo fue la reforma laboral, en la que seguía las directrices de la patronal y su suposición de que para crear empleo lo primero que había que hacer era “flexibilizar” el mercado laboral. Bajo este eufemismo se escondía el despido barato, aunque para la patronal hubiese sido mejor el gratuito. Todo esto se hacía en nombre de la dichosa crisis económica y a imitación de lo que hacían otros países europeos, como si España se pudiese parangonar con ellos. Ya antes, en nombre de la crisis y también por emulación, se había facilitado dinero a los bancos aunque el crédito no acababa de llegar a los ciudadanos. Mientras el número de parados y pobres crecía, las grandes fortunas -entre ellas las de los banqueros y los que propiciaron la crisis- seguían impunes y no tenían pudor en exhibir las brillantes cifras de su éxito.

Los votantes apenas podían distinguir entre los dos grandes partidos de derecha y de izquierda, especialmente en materia económica. Los obreros, los jubilados, los progresistas y otros potenciales votantes del partido socialista estaban decepcionados. Zapatero, que llegó al poder con un recado “No nos falles”, les había fallado. El PSOE se parecía al PP. Así que muchos votantes llegaron a concluir que los dos partidos que podían gobernar eran iguales, es decir, de derechas: defensores de sus propios intereses -como políticos aferrados al cargo-; y defensores de sus amigos ricos -de los que acabarán obteniendo algo más que de los pobres-. La percepción era que nada había cambiado, que siempre pagan los mismos: los de abajo. Ya no se identificaban con el partido como una institución surgida del movimiento obrero y que históricamente les había defendido. El socialismo en el PSOE -y quién sabe si en el mundo- había desaparecido.
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jueves, 19 de agosto de 2010

REPAGO es como llama Gaspar Llamazares al COPAGO, con gran acierto

COPAGO = REPAGO
Voy a pintar este eslogan en unas camisetas baratitas y las usaré el resto del verano. Serán unas camisetas protesta en contra del copago y a favor de la sanidad pública, y cuando digo pública quiero decir totalmente pública o, como dicen sus defensores madrileños, “100 X 100 pública y de calidad. La idea se la debo a Gaspar Llamazares, presidente de la Comisión de Sanidad y Asuntos Sociales del Congreso y portavoz parlamentario de IU, que a lo largo de un artículo va cambiando el nombre de copago por el de repago, para terminar usando éste último definitivamente. Llamazares explica que la sanidad pública no es gratis, como nos quieren hacer creer, sino que son los ciudadanos los que la financian con sus impuestos. “Se trata, por tanto, no de copago, sino de repago, ya que se pretende una doble imposición para financiar el sistema introduciendo de nuevo el precio”. El autor considera hipócrita que se aduzca la moderación de la demanda “a priori abusiva” para implantar el repago; señala que detrás de todo ello está el afán privatizador y de destrucción del Estado de bienestar. “Lo que ocurre realmente es que el repago se inscribe en la corriente privatizadora de los servicios públicos que se agudiza ahora con el pretexto de la crisis. Es la misma corriente que ve en el sistema sanitario y en el de pensiones públicas y, en general, en el Estado de bienestar un nuevo nicho de mercado”.
En su artículo Llamazares dice que la solución a los problemas de la sanidad pública no pasa por castigar a los ciudadanos con el repago, sino en tomar medidas que recaigan en la Administración y en los servicios.”Se aducen razones como la utilización excesiva de las consultas de Atención Primaria o de urgencias. Sin embargo, poco se dice de la escasez de medios y profesionales de la Atención Primaria, de la necesaria redistribución de funciones en los equipos o de las limitaciones de las políticas de salud pública, de educación y participación sanitaria de los ciudadanos. Invertir en ellas mejoraría sin lugar a dudas la calidad y reducirían el número de consultas que se pretenden limitar con el castigo del repago, como si los ciudadanos fueran el perro de Paulov, objetos de premio y castigo”.
El artículo ha sido publicado por El País y también está en la página web del autor:

martes, 6 de julio de 2010

La sanidad pública en España no es universal

Estamos presumiendo de la universalidad de nuestro sistema sanitario público, pero lo cierto es que la cobertura no llega a todos. El 28 de junio elpais.com publicó una información muy importante y útil al respecto, unos datos que todos debiéramos conocer pues ahora con la crisis económica podemos ser muchos los que nos llevemos malas sorpresas.
Según elpais.com, las personas que quedan fuera de la sanidad pública son:
      • Parados sin subsidio con alguna renta.
      • Españoles que ha vivido en el extranjero sin convenio sanitario con España y que tienen recursos económicos.
      • Personas que nunca han trabajado y disponen de alguna renta
      • Trabajadores liberales incluidos en colegios profesionales que no están en el régimen especial de autónomos.
Están cubiertos siempre:
      • Los menores
      • Personas sin recursos
El diario explica que el problema se plantea para aquellos adultos que tienen algunos recursos aunque sean escasos. Más información que proporciona sobre las personas sin cobertura:
      • El número de personas afectadas puede estar entre 90.000 y 180.000, según el Ministerio de Sanidad; según expertos podrían ser 300.000.
      • Quedan sin asistencia aunque paguen impuestos, que es como se financia la sanidad pública.
Soluciones:
      • El gobierno prepara una normativa con rango de Ley para que la sanidad pública sea universal.
      • Los partidos políticos están de acuerdo.
Para acceder a la información original:

El 22 de junio en la presentación del Informe Anual del Defensor del Pueblo 2009, Enrique Múgica también denunció que no existe cobertura sanitaria universal en nuestro país. Sus palabras, recogidas por europapress.es, son: "la completa universalidad de la asistencia sanitaria en España no ha podido completarse después de 23 años desde la aprobación de la Ley General de Sanidad, aunque ha conseguido un grado de desarrollo muy alto". Ver:
NOTICIAS DE 2011
elpais.com: La sanidad española será del todo universal
elpais.com: El Congreso da luz verde a la ley que extiende el acceso a la sanidad a 250.000 españoles excluidos

sábado, 3 de julio de 2010

Tras veinte años de movilizaciones vecinales parte del Gómez Ulla será de uso civil en octubre. Las asociaciones lo consideran insuficiente

El 30 de junio la ministra de Defensa, Carme Chacón, anunció que el hospital militar Gómez Ulla atenderá a partir de octubre a la población civil de los barrios más próximos. Será un hospital de referencia para 110.000 vecinos del distrito de Carabanchel. El objetivo es que se integre en la red hospitalaria púbica de la Comunidad de Madrid. El hospital seguirá gestionado por Defensa y dando asistencia a los miembros de las fuerzas armadas.
Las asociaciones vecinales de Carabanchel y Latina después de veinte años de manifestaciones y reuniones están ante un nuevo logro vecinal, pero consideran que la oferta es “insuficiente”. La Coordinadora de Asociaciones de Carabanchel indica que el Gómez Ulla pone a disposición de la población civil 500 camas, pero tiene 1.000 de las que sólo se usan un centenar. Este colectivo pide al Ministerio que ponga a disposición de los vecinos todos los recursos del Gómez Ulla para paliar el déficit sanitario del distrito. Los representantes vecinales de Carabanchel y Latina añaden que el anuncio de la ministra no supone novedad pues lo que se ha hecho es poner en marcha un convenio firmado en 2007. Carabanchel y Latina son los dos distritos “más poblados de Madrid”, según los portavoces vecinales, que aclaran que con la respuesta del Gómez Ulla sólo se atenderá al 25 % de su población.
Las asociaciones han anunciado que en otoño volverán a salir a la calle para reivindicar la construcción de un hospital en los terrenos de la antigua cárcel de Carabachel; explican que es una promesa incumplida del gobierno regional. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, dice que el Ministerio del Interior aún no ha cedido la parcela.
FUENTES
El anuncio de la ministra de Defensa

Las reacciones de las asociaciones vecinales



Las reacciones de los políticos

europapress.es: Aguirre dice que Interior aún no les ha cedido la parcela del hospital de Carabanchel

lunes, 28 de junio de 2010

Vecinos de Carabanchel y Latina reclamaron el uso civil del Gómez Ulla en una manifestación. Será un nuevo logro vecinal. GRACIAS

El pasado 24 de junio tomamos el metro para ir hasta Vista Alegre, en Carabanchel, y unirnos a los vecinos que se manifestaban para pedir al Ministerio de Defensa y al gobierno de la Comunidad de Madrid la firma inmediata del acuerdo de cesión del hospital militar Gómez Ulla. Las asociaciones vecinales llevan veinte años exigiendo que sea transferido a la red sanitaria pública civil para dar cobertura a los habitantes de los distritos de Carabanchel y Latina.

La manifestación fue convocada por la Coordiandora de Asociaciones de Carabanchel y apoyada por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), las asociaciones de vecinos de Las Águilas, Carabanchel Alto, Carabanchel Bajo, Parque Eugenia de Montijo, ARACYL, I U y PSOE.

Comenzamos a caminar a las siete y media de la tarde por la calle de La Oca -esquina con Eduardo Morales- y terminamos frente a la glorieta del Ejército. En la pancarta de la Coordinadora pudimos leer: Hospital Gómez Ulla para el distrito ¡ya! Una de las consignas más coreadas fue: “¡Defensa y Sanidad, firmad el acuerdo ya!” Ambas frases reflejan que a los vecinos de Carabanchel y Latina les urge esta reivindicación pues han de trasladarse a hospitales ubicados a varios kilómetros de distancia, situación ahora agravada con las obras del Clínico. Durante el trayecto también vimos pancartas que reclamaban una sanidad púbica de calidad, como la de la asociación vecinal El Parque de Comillas.

En el cartel de la convocatoria el lema es: “Estamos a punto de conseguirlo, participa”. Así es, estamos ante un inminente nuevo logro del movimiento vecinal. El pasado día 10 de junio los representantes vecinales se reunieron con el secretario general de Defensa, Constantino Méndez, para insistir en sus reivindicaciones. El resultado es alentador porque, según los vecinos, Defensa comparte la demanda vecinal. Los representantes ciudadanos también esperan ser recibidos pronto por la presidenta de la Comunidad de Madrid y el consejero de Sanidad.

En esta manifestación pudimos comprobar, una vez más, lo mucho que debemos al movimiento vecinal madrileño, a unos hombres y mujeres que decían a los paseantes “No nos mires, únete”, y lo consiguieron. Como van a lograr que el Gómez Ulla sea un hospital público de uso civil. Gracias.
 
La noticia en: 
europapress.es: Unos 1.500 vecinos de Carabanchel piden el uso civil del Gómez Ulla


La convocatoria de la manifestación en la web de la FRAVM:
aavvmadrid.org: Carabanchel saldrá a la calle el 24 de junio para exigir la firma de cesión del Gómez Ulla
aavvmadrid.org: El vecindario de Carabanchel, de nuevo en la calle por el Gómez Ulla

domingo, 13 de junio de 2010

Pasos hacia el uso civil del Gómez Ulla, reivindicación de los vecinos de Carabanchel y Latina

El día once de junio la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, anunció que, tras reunirse el día anterior con la ministra de Defensa, Carme Chacón, “está más cerca” el acuerdo para el uso civil íntegro del Hospital Militar Gómez Ulla. Es una noticia que nos ofrece europapress.es y que la complementa con otra en la que se recogen las reacciones de las asociaciones vecinales de Carabanchel y Latina. Estos colectivos se alegran del acercamiento y dicen que llevan reclamando más de veinte años un hospital de gestión pública con capacidad suficiente para atender a la población de los dos distritos. Entre las reivindiaciones vecinales también está la construcción de un hospital en los terrenos de la antigua cárcel de Carabanchel, pero, si con el Gómez Ulla se asegura la atención sanitaria de todos los vecinos, piden que esos terrenos se destinen a equipamientos sociales. Ver noticias:



viernes, 4 de junio de 2010

Vecinos de Madrid por la sanidad pública (1 de junio de 2010). GRACIAS

Qué pena que todo esto no sirva para nada”, le dice un joven médico a otro muchacho a mitad de la manifestación mientras avanzan por la calle de Atocha. El amigo responde: “Sirve para que nos vean, para que se sepa”. Este es el sabor agridulce que deja una manifestación por la sanidad pública un día muy caluroso en el centro de Madrid. Por un lado, hay que agradecer a los vecinos participantes su lucha y solidaridad con los demás defendiendo los servicios públicos. Por otro, hay que lamentar que no sirva para nada, que los que gobiernan no les escuchen, que no les preocupe el bienestar de la gente, sólo el crecimiento económico, el suyo, claro. Sí, joven doctor, pero aquí estás y aquí estáis para que -como dice tu amigo- se sepa, y porque no todos pensamos igual.

Grupos y pancartas
A las siete de la tarde todo estaba preparado. La calle cortada, cuatro furgones de policía en cabeza, dos en la cola. Una ambulancia del Samur. Los micrófonos y los fotógrafos de la prensa. Los repartidores de folletos de los distintos colectivos en la acera de la izquierda y en la de la derecha. Las banderas con abundante color rojo de: Partido Comunista de España (PCE), Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE), Izquierda Unida (IU) e Izquierda Anticapitalista. Las pancartas, desde las grandes con letras de imprenta hasta las escritas con rotuladores en un folio pegado en un palo. Encabezando la manifestación la de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (FRAVM), en ella se lee: “En defensa de la sanidad pública. No a las privatizaciones”. Sigue a un coche azul con megafonía y a una mujer con micrófono que con cánticos y consignas anima la manifestación. Después las pancartas de las asociaciones vecinales y de los grupos sanitarios: El Pozo del Tío Raimundo, Orcasitas, Carabanchel y Latina, Los Pinos de Retiro Sur, El Parque de Comillas, Vientos del Pueblo y Aires Nuevos, Plataforma Sur de Madrid, Plataforma por la Sanidad Pública de Móstoles, Movimiento Asambleario de Trabajadores-as de Sanidad (MATS), Coordinadora Anti-Privatización de la Sanidad (CAS), Madrileñ@ TU Salud EN peligro (MATUSALEN), Corriente Roja... Una pancarta en alto dice: “Hospital del Henares 100 x 100 público”. Aparte de la señora del micrófono que marcha junto al coche en cabeza, hay más animadores. Gente con tambor, silbatos o flautas, pero quien más marca el ritmo es una batucada de jóvenes de esos que visten y peinan distinto. A los manifestantes se les van los pies. Los turistas creen que es una fiesta. “Do you speak English?” “Que dice qué es esto”. “Por la sanidad pública” “Sorry?”. Uno, pelín más avispado con el inglés: “Public hospitals”. Los japoneses, alemanes e ingleses: “Good, good”.

El trayecto
Los participantes crean su propio sonido durante la protesta. Frases cortas para que puedan ser coreadas por todos: “Sanidad pública”; “Que no, que no, no a la privatización”. Una, muy conocida, es acompañada con palmas: “Espe, espe, especulación”. Los manifestantes van vociferando consignas mientras avanzan por la calle de Atocha, cerca de la boca de metro de Antón Martín se paran un buen rato; después la cabeza continúa y la otra mitad que viene más rezagada se para en el mismo lugar. “¿Por qué se paran?” “No sé si por aquí fue lo de los abogados laboralistas de Atocha”. “¿Qué?” “Eres demasiado joven”. “Por respeto a los compañeros muertos. Juraría que es por eso”. La manifestación sigue y tuerce por la plaza de Jacinto Benavente. Manifestantes y transeúntes se confunden. Parece que la manifestación ha ido creciendo. Esa es la sensación, más fuerte cuando se llega a la estrecha calle de Carretas, donde las pancartas desfilan arrugadas. Ahora parecemos o somos muchos. Quién sabe. Nos acercamos a la Puerta del Sol. Los policías custodian la marcha. Campo abierto. Las pancartas se extienden y alzan. Las gargantas se recuperan. Un joven lo lanza: “Derogación de la ley 15/97”; los demás corean: “No al 15/97”. El coche con megafonía se ubica en el centro de la plaza. Cámaras fotográficas de profesionales y de turistas por todas partes. Hay que esperar a los más rezagados. El reloj de la Puerta del Sol da las ocho. Desde megafonía nos invitan a rezar. “Oremos. Perdona a la Espe, perdónala señor...”

Lectura del comunicado
La plaza a tope, parece que estamos todos. Junto al coche, el representante de la FRAVM se dispone a leer un comunicado, pero lo primero de todo es guardar un minuto de silencio por los fallecidos de la Flotilla de la Libertad; después un aplauso, gritos en favor de Palestina y en contra de Israel. Se grita muy fuerte. Desde el megáfono se vuelve a centrar el tema en la sanidad pública y, tras repasar el nombre de los convocantes y grupos que apoyan, comienza la lectura del comunicado. Se mencionan las principales reivindicaciones: contra el Área Única de Salud, la ley 15/97, el copago y la privatización. Se reclama la construcción de los centros de salud prometidos, más médicos, enfermeros y administrativos, la gestión íntegramente pública de los nuevos hospitales. En fin, se defiende una sanidad pública universal. El acto ha concluido. “Que se acerquen los representantes de las plataformas para hacer una foto para la prensa”. Rápidamente la muchedumbre se dispersa. Quedan los de la batucada con su percusión animando la siempre transitada Puerta del Sol.

Qué pena que todo esto no sirva para nada”, retumba en mi cabeza. Miro para la sede del gobierno regional. “La Espe” ¿dónde estará? Puede que diciendo barbaridades ante micrófonos indiscretos. ¿Sabrá que hemos venido? ¿Cómo se puede ser así? No le importa que aquí estén el joven doctor y su amigo con otros vecinos y profesionales sanitarios de Madrid. Sí sirve, joven doctor. A los que habéis venido os tenemos que agradecer la difusión de otros valores, vuestra solidaridad y compromiso, la defensa de la salud de todos. Se trata de luchar por la vida. ¿Se te ocurre algo más importante? Qué te voy a decir a ti que eres médico. Sí sirve, chaval.
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La noticia en:
aavvmadrid.org: Más de 1.500 personas claman de nuevo por la sanidad pública madrileña
europapress.es: Centenares de personas se manifiestan por una sanidad pública de calidad

domingo, 30 de mayo de 2010

Copago significa que una parte la pagas tú y la otra también

Los días veinticinco y veintiséis de mayo el tema del copago saltó a los medios de comunicación debido a la presencia de la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, en un programa de Televisión Española y, después, en rueda de prensa en la que presentó el Barómetro Sanitario 2009. También la ministra respondió a los periodistas sobre el copago en los pasillos del Congreso, donde estos días se habla de reducir el déficit para salir de esta crisis en la que los que tienen el poder económico nos han metido. Titulan en abc.es “Vuelve el fantasma del copago” y es verdad, es un asunto que aparece para meternos miedo y, luego, desaparece porque es una medida realmente impopular con la que se teme perder votos. El partido que se atreva, trastocará la sanidad pública, aquí considerada universal -para todos- y gratuita -mal llamada así porque la pagamos entre todos con nuestros impuestos-. Una de las pocas prestaciones bien valoradas por los ciudadanos, precisamente porque en ella se atiende a todos: desde los que viven en chabolas hasta los que viven en palacios y llevan corona. De las cosas que hemos creado como colectivo nacional -o lo que sea esto que llamamos España y los españoles- es casi la única de la que podemos estar orgullosos. Algo por lo que nos admiran desde fuera y no se trata de un tenista, una nadadora o un equipo de fútbol. Es algo que vamos manteniendo como colectivo, pero que algunos se lo quieren cargar. Dicen -normalmente expertos sin identificar- que no es para recaudar, sino para reducir la mala utilización de los recursos públicos. Parece ser que vamos mucho al médico, que abusamos, vaya. Pero, que el sistema sanitario público sea bien valorado por los ciudadanos, no quiere decir que ir al médico o al hospital no sea un calvario; eso lo sabemos todos. El sistema público se prefiere al privado, pero le queda mucho por mejorar. No es una fiesta ir al médico: tardan en darte cita, papeles que se pierden, largas colas, listas de espera escandalosas... ¡Una gozada! No tenemos cosas mejores que hacer. Pero a alguien se le ha ocurrido decir que abusamos y se da por sentado. Por cierto, no nos explican cómo se mide eso del abuso, pero lo dicen muchos muchas veces, a ver si cala y para que se convierta en “verdad”. Sí, ese es el estilo, no aportar datos ni pruebas sobre lo que se dice. Lanzar consignas y culpar a los individuos, a esos desgraciados que formamos la gran masa. Como de un modo u otro vamos a pagar todos los desmames -los cometa quien los cometa-, lo primero que hacen es convertirnos en culpables. A esto hay que añadir unos periodistas que repiten el discurso dominante sin rechistar, mucho menos investigar. Los grupos dominantes tienen más espacio en los medios y ellos nos imponen su lenguaje, su definición de las cosas. ¿Qué significa copago? Nos dirán que de la consulta al médico (atención primaria, especializada, urgencias) una parte la paga el Estado y otra parte la paga el paciente, sin embargo lo más exacto es decir: una parte la pagas tú vía impuestos y la otra, también, con dinerito de tu bolsillo, o sea, que pagas dos veces. Pero no, periodistas y expertos -identificados y sin identificar- repiten hasta la saciedad que usar la sanidad pública en España es gratis.


Espacio dedicado en las noticias a los colectivos de la sociedad civil:

En las noticias de estos días se recogen las reacciones de las asociaciones de pacientes y consumidores respecto al copago, que como se puede suponer, son contrarias al mismo. De los medios que suelo leer, europapress.es es el que más espacio les dedica: un noticia, en la que se recogen las opiniones del Foro Español de Pacientes (FEP) y la Asociación Defensor del Paciente (ADP). Menos espacio les dedica elpais.com: media noticia, -los tres párrafos finales- con las declaraciones de la Confederación Española de Consumidores y Usuarios (CECU) y de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Más pequeño aún es el espacio dedicado en abc.es: un pequeño recuadro en el que caben las reacciones de: ADF, FEP, CECU, OCU, Círculo de Empresarios y Colegio de Farmacéuticos. (No nos dice abc.es por qué recoge la opinión de las dos últimas entidades o por qué no lo equilibra buscando también las reacciones de los sindicatos o de los vendedores de plantillas). 
 Ver:

europapress.es:





elpais.com:




abc.es:


viernes, 28 de mayo de 2010

Preferencia por la sanidad pública, pese a las listas de espera


La sanidad pública es uno de los servicios mejor valorados por los españoles, aunque tenga mucho que mejorar, especialmente en lo que se refiere a las listas de espera quirúrgica. Esto es lo que se deduce del Barómetro Sanitario 2009 que la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, dio a conocer el pasado veinticinco de mayo.

Lo mejor:
  • Siete de cada diez españoles creen que el Sistema Nacional de Salud funciona “bien” o “bastante bien”. La nota que dan es de 6,35 en una escala del 1 al 10.
  • El 62 % de los encuestados prefieren el sistema sanitario público frente al privado.
  • Los ciudadanos tienen mucha o bastante confianza en médicos y enfermeros (84 %).
  • También son bien valorados -nota algo superior a 7- la atención del personal sanitario, los equipamientos y la tecnología.
Lo peor:
  • El 50,8 % de los españoles piensa que las listas de espera “siguen igual”.
  • El 85 % considera que hay déficit de coordinación entre autonomías.
  • Los encuestados dan notas que no alcanzan el aprobado para: el tiempo que tardan los especialistas en ver a los pacientes que piden cita (4,78); el retraso en la entrega de los resultados de las pruebas diagnósticas (4,72); el tiempo de demora para el ingreso no urgente en un hospital (4,45).
Hay que saber:
El Sistema Nacional de Salud se financia con los impuestos que pagamos todos los ciudadanos. (Las datos han reflejado que un alto porcentaje de encuestados no lo sabe).

Si quieres leer más:

viernes, 21 de mayo de 2010

Manifestación por la sanidad pública el 1 de junio en el centro de Madrid

Un barracón metido en un sobre para devolvérselo al consejero de Sanidad, es el acto simbólico que el pasado 13 de mayo realizó la Asociación de Vecinos Los Pinos de Retiro Sur para protestar por la situación de un centro de salud que no reúne las condiciones adecuadas para pasar consulta. Ese mismo día otras asociaciones vecinales federadas convocaron concentraciones, recogieron firmas, pusieron mesas informativas y celebraron asambleas para formular las principales reivindicaciones sanitarias de sus barrios. Esta serie de actos precede a la manifestación conjunta que la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) ha convocado para el próximo 1 de junio a las siete de la tarde, desde Atocha a la Puerta del Sol. Leer más en:
 aavvmadrid.org: Nueve movilizaciones anuncian la próxima manifestación vecinal en defensa de la sanidad pública el próximo 1 de junio


Este año los principales problemas de la sanidad pública en la Comunidad de Madrid denunciados por la FRAVM en una información publicada en su web son:
  • Congelación de la contratación de personal sanitario. Faltan médicos, enfermeras y, sobre todo, pediatras.
  • Crecientes listas de espera, en algunos centros hasta para ir al médico de cabecera.
  • De los 55 centros de salud comprometidos, 28 están pendientes de construcción.
  • Disminución presupuestaria, destino de fondos públicos a la sanidad privada y empeoramiento de la calidad asistenciaria.
Lee la información completa en:
 aavvmadrid.org: 13 de mayo: jornada de movilizaciones contra el deterioro de la sanidad pública madrileña


El año pasado la FRAVM y otras organizaciones salieron a la calle para defender la sanidad pública y protestar contra la implantación del Área Única de Salud, ver:
aavvmadrid.org: 25J: concentración en defensa de la sanidad pública. ¡No al área única de salud!

lunes, 10 de mayo de 2010

Vergonzoso récord : 51.974 pacientes en lista de espera quirúrgica

El siete de mayo elpais.com publicó una noticia con los últimos datos oficiales de la lista de espera quirúrgica en la Comunidad de Madrid: “a 31 de marzo había 51.947 personas esperando, un 2,5% más que el trimestre pasado (50.689)”. En el periódico lo califican de “récord histórico” e indican que “es el segundo trimestre consecutivo de récord”. En mi opinión, un récord vergonzoso. En la noticia también se dice que casi el 37% de pacientes rechazan ser operados en primera opción en una clínica concertada, ya que prefieren un centro público en el que van a tener que esperar hasta seis veces más. Creo que este dato deja entrever la alta valoración de la sanidad pública que tienen los pacientes madrileños.
 
El veinte de abril UGT también criticó esta tendencia a batir récords de la lista de espera quirúrgica en la Comunidad de Madrid, según una noticia que europapress.es publicó ese mismo día. Tanto en la información de elpais.com (mayo) como en la de europapress.es (abril) se proporcionan datos sobre los tres grupos en los que se encuadran a los pacientes pendientes de operación y sobre los millones de euros empleados para reducir las listas de espera que, según se deduce de los mencionados “récords”, no habrían servido para nada. Ver:

 
europapress.es: “Récord histórico”: 50.600 enfermos en lista de espera en Madrid

miércoles, 5 de mayo de 2010

La sanidad pública en el especial La sostenibilidad del Estado de bienestar de “El País”

Para esto no merece la pena comprar el periódico. Se discute sobre el futuro del periodismo: que si desaparecerán los diarios de papel, que si habrá que pagar en internet, en fin, opciones varias. Pero si se habla de pagar dinero a cambio de información, ésta tendrá que ser más valiosa que la que se obtenga gratuitamente. El lector -consumidor y usuario de la información- pronto se dará cuenta de que lo que compra tiene el mismo valor que lo que le regalan, luego para qué lo va a comprar. El periodismo a cambio de dinero deberá tener cierta calidad, cierto valor diferente. Incluso puede suceder que el periodismo gratuito sea más óptimo que el comprado. Esta es la conclusión a la que he llegado tras leer las informaciones de “El País” sobre la sanidad pública en ese especial titulado La sostenibilidad del Estado de bienestar. Ya he comentado el reportaje inicial titulado Las costuras de la sanidad revientan; los siguientes que he leído tampoco me resultan creíbles ni rigurosos por diferentes motivos, entre ellos uno de los más importantes está en las fuentes de las declaraciones, que en este caso son fuentes de opinión o valoración más que fuentes informativas. A continuación cuatro informaciones y sus correspondientes fuentes (entidad y cargo, sin nombre propio de los entrevistados).

13-04-2010 La llave está en los médicos (reportaje)
  • Partido Popular, secretaria de Política Social
  • Escuela Nacional de Sanidad, experto
  • Aeseg (“agrupa a los fabricantes de genéricos”), director general
  • Secretario General de Sanidad
  • Organización Médica Colegial, presidente
  • Consejo General de Colegios de Enfermería, presidente
  • Viceconsejera de asistencia sanitaria de la Comunidad de Madrid
  • Aeseg, presidente de la patronal de fabricantes de genéricos

15-04-2010 La relación entre coste y efectividad marcará los nuevos servicios sanitarios (reportaje)
  • Foro Español de Pacientes, presidente y médico
  • Secretario General de Sanidad
  • McKinsey, consultora
  • Escuela Nacional de Sanidad

16-04-2010 El pago simbólico por visita médica no convence a políticos ni a expertos (reportaje)
  • Izquierda Unida, diputado en el Congreso y presidente de la subcomisión de Sanidad
  • Partido Popular, coordinadora de Política Social y ex ministra
  • Secretario General de Sanidad
  • Consejero de Sanidad de Asturias
  • McKinsey, consultora especializada
De nuevo, como en el reportaje comentado en el anterior post, hay fuentes de opinión sin explicar, desequilibradas y ausentes. Está McKinsey, una fuente que el lector tendrá que buscar -el que lea en internet irá a un buscador, el del diario de papel también o se queda sin saberlo-. No nos explican qué entidad es McKinsey, ni qué relación tiene con la sanidad pública. Suena a empresa privada, claro, nos lo podemos imaginar. En periodismo al lector se le informa, cuando quiera imaginar que lea una novela. Entre las fuentes ausentes están todas aquellas que representan a los ciudadanos como usuarios y trabajadores (o jubilados). Bueno, sí aparece el Foro Español de Pacientes representado por su presidente que es un médico, quizá esto ha sido considerado suficiente. No he visto en estas cuatro informaciones la opinión de los sindicatos, ni la de las asociaciones para la defensa de la sanidad pública, ni la de las asociaciones vecinales, ni la de los colectivos de discapacitados, por ejemplo. A pesar de que son asociaciones que llenan las calles con movilizaciones a favor de la sanidad pública. Hay tantas organizaciones que no a todas se les puede preguntar, pero al seleccionar unas fuentes y omitir otras ya vemos hacia donde se encaminan los reportajes. Parece que los ciudadanos como usuarios no tenemos opinión sobre el copago, las prestaciones, los genéricos o el gasto farmacéutico. Y si la tenemos, se omite. Así, se dice que los ciudadanos españoles van mucho al médico y esos mismos ciudadanos no pueden opinar, mucho menos defenderse. Somos los culpables del desastre. Se da por hecho que no percibimos que la sanidad cuesta, como si nos la regalarán, como si fuéramos olvidadizos y no debiéramos tener en mente que pagamos impuestos. Quizá los olvidadizos sean otros. Y ya no sigo más porque no me gusta el periodismo conformista, el que da por válidas todas las sentencias que a los grupos de poder se les puedan ocurrir, el que no indaga, el que no pregunta ni se interesa por el bienestar de todos.