viernes, 30 de diciembre de 2011

Cabalgata Indignada: un compendio divertido de lo reivindicado durante el año

Cuentan los periódicos que al principio de la Cabalgata Indignada, celebrada el 28 de diciembre en Madrid bajo el lema “Hemos perdido la inocencia”, hubo incidentes, los cuales se saldaron con dos manifestantes detenidos y cinco heridos ¾dos de ellos policías¾; después añaden que la marcha transcurrió pacíficamente desde la Puerta de Alcalá, pasando por la Cibeles hasta finalizar en Sol. Ciertamente así fue, pero los medios de comunicación suelen destacar más lo escandaloso que lo participativo, y precisamente eso último es lo que fue la cabalgata, además de creativa y lúdica. A las siete de la tarde ya ha anochecido en Madrid y el día de los Santos Inocentes hacía bastante frío, pero miles de personas se lanzaron de nuevo a las calles: “Ya que nos quitan las cabalgatas de los barrios, venimos a ésta”, comentaba un manifestante al saludar a sus conocidos. Por un solo carril de la calle de Alcalá desde las siete a las nueve y media transitaron carrozas hechas casera o manualmente, batucadas, una pequeña orquesta, personas disfrazadas y realizando actuaciones, repartidores de caramelos para niños, repartidores de octavillas para adultos, banderas republicanas, las caricaturas de Merkel, Rubalcaba y Rajoy que desfilaron el 15‑O, una furgoneta de la que salía música de discoteca y hasta un camión grúa reivindicando la vivienda.
Inocentes y regalos
El simbolismo navideño fue aprovechado para la diversión, la parodia y la protesta. El muñeco de papel blanco que se cuelga en la espalda de los inocentes aparecía por doquier. Algunos se llevaban en alto como si fuesen pancartas: uno de ellos llevaba el dibujo de la boca muy arrugado expresando gran enfado; en otro habían escrito “Adiós inocencia, hola dignidad”. Pero la mayoría de muñecos blancos iban en su lugar tradicional, la espalda del caminante, acompañados de su correspondiente pancarta en la que cada uno escribía un mensaje: “Soy inocente, no soy Urdangarin”; “Soy inocente de los recortes en educación”; “Políticos corruptos, sin inocencia”; “Soy inocente de estar parado”; “Soy inocente, no soy un banquero”.
Como típicos de la Navidad y de las cabalgatas de Reyes son los obsequios, éstos fueron aprovechados para criticar el consumismo y hacer representaciones burlescas de la crisis económica. Un joven vestido de Jesucristo en el calvario llevaba a cuestas una cruz muy peculiar: el madero vertical envuelto en papel de regalo de un color y el horizontal también envuelto pero con otro estampado, como si acarrease dos grandes presentes. Tras él iba un diablo rojo y otros manifestantes ataviados de negro que le daban latigazos y le incitaban gritando: “Compra”, “Consume”, “Un portátil”, “Una consola”. Un grupo de personas llevaban paquetes de diferente tamaño envueltos en papel de regalo sobre los que figuraba la palabra “PARO”. Incluso una joven se había vestido con una caja decorada como un regalo y sobre ella un cartel decía: “Reyes Magos, l@s niñ@s os pedimos un futuro”. Otro joven tenía un dado que entregaba a los transeúntes para que lo tirarán al suelo a ver qué les tocaba en suerte, y en las caras de dicho dado había cosas como un salario de cuatrocientos euros, precariedad laboral o despido gratuito.
Temas de actualidad
La protesta recogía los temas sobre los que los ciudadanos indignados se han estado manifestando a lo largo del año (servicios públicos, separación entre Iglesia y estado, vivienda, corrupción, banca, etc.), pero además se hizo alusión a asuntos que están de plena actualidad: el caso Urdangarin, la publicidad del billete sencillo de Metro, los CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) o la nueva alcaldesa de Madrid. De estos últimos el más destacado fue el caso del duque de Palma y la crítica a la monarquía. Unos manifestantes llevaban en alto un muñeco, al estilo del caganet catalán, cuyo culo eran dos globos rosas y su cara por un lado la foto del rey y por otro la de Iñaki Urdangarin; en uno de sus laterales se pedía “Democracia real ya”. En una pancarta se podía leer: “Rey y yerno. Cuentas, no cuentos. Sobre la ley ni el rey”. En otra: “Los borbones a las elecciones. Jefes por urnas, no por cunas”. Ana Botella se ha convertido en alcaldesa de Madrid en los últimos días, pero algunos manifestantes ya han preparado su pancarta, por ejemplo: “Un alcalde no votado, puro AZNAR, emBOTELLADO. Democracia ¿dónde estás?” Los CIE han saltado a la actualidad mediática tras constatarse que uno de ellos no reunía condiciones higiénicas ni sanitarias adecuadas y una pancarta exige que se cierren: “Guantánamos hispanos, los CIE, cerrados. El CIE, prisión sin justificación”. También es de reciente aparición una publicidad sobre el billete sencillo de Metro que ha molestado a muchos viajeros. En ella el eslogan es “Más por menos” y se compara el precio (1,50 €) con el de otras ciudades de países desarrollados donde es más caro. Los manifestantes lo critican disfrazados de vagones y uniéndose como si fuesen un convoy, aunque no sólo eso, sobre los cartelones de esta publicidad situados en la boca del suburbano en Sol han escrito: “Sí, pero ¿los sueldos?”; “Aguirre, este país es el que menos cobra de toda Europa”.
Servicios públicos y vivienda
Los temas de los que el 15 M se ha ocupado a lo largo del año hallaron su hueco en la Cabalgata Indignada. Una de las reivindicaciones de este movimiento son los servicios públicos, como reza una pancarta: “Salvar lo público, gestión pública”, para hacer frente a las privatizaciones: “Privatizan = Roban”. Sobre la educación y la sanidad se asientan los pilares del estado del bienestar y así queda recogido en la siguiente fórmula: “Escuela pública + sanidad pública = 1 sociedad mejor”. Se trata de combatir la desigualdad: “Escuelas clasistas dividen a la ciudadanía”. Un reno de madera con un gorro verde navideño tiraba de un pupitre en el que había una pluma, un cuaderno y un eslogan: “Escuela pública para tod@s”. Por supuesto, no faltaron las camisetas ni las bufandas ni las pelucas que constituyen la moda de la marea verde. Los defensores de la sanidad pública son la marea blanca y en sus textos dicen: “Venden mi salud”; “Robáis salud”. Otra pancarta dejaba patente la gravedad de los recortes en este ámbito: al dibujo de unas tijeras abiertas seguido de la palabra “Sanidad” le acompañaba el dibujo de la negra parca con su guadaña y, a continuación, las palabras “Crimen legal”. Y es que a nadie se le escapa que los recortes en sanidad nos pueden costar la vida. En Madrid, a las mareas mencionadas, se suma la marea azul pues el carácter totalmente público de la empresa que nos proporciona el agua está en peligro. Como es habitual ya, un grupo de manifestantes llevaban una gran tira de tela de color azul y, entre otras cosas, una enorme pancarta: “¡No! A la privatización del Canal de Isabel II ¡No!”
El movimiento de los indignados se ha preocupado por el problema del acceso a la vivienda en sus diferentes vertientes y lógicamente también se llevó a la cabalgata. Una pancarta reclamaba: “Derecho a la vivienda a precio justo”. En el camión grúa se reclamaba la “vivienda digna” y el “alquiler social”, pues hay muchas casas vacías y mucha gente sin casa. Unos manifestantes iban disfrazados de fantasmas y algunos arrastraban en sus cadenas unos ladrillos. En una de sus pancartas: “Fantasmas inocentes, sin casa, sin euros y sin justicia”. En otra: “Cooperativistas Sur‑Este de Madrid. Sin casa y sin dinero”.
El Papa, la banca, el medioambiente y otros
La vista del Papa durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) sacó a la calle a muchos madrileños este verano y el enfado fue tan grande que su estela ha llegado a esta cabalgata. Una figura que representaba al pontífice con un globo blanco en la mano fue llevada en alto durante toda la protesta. En uno de los laterales: “Banco de España, dinero público. Páguese a El Vaticano la cantidad de cincuenta millones de euros”. Una gran pancarta hacía revivir el carácter reivindicativo de aquel día de agosto: “Ningún privilegio para las iglesias. De mis impuestos a las iglesias, cero”. Otra más pequeña: “Curas, fuera de las escuelas”. Otros grupos por los que la iglesia católica no ha mostrado consideración también se hallaban en la marcha: “Ante el estado de malestar impuesto, placer anal manifiesto, Asamblea Transmaricabollo”; “Ni santas, ni inocentes, feministas irreverentes”.
El medioambiente se defendió con pequeñas pancartas y una gran carroza. En las primeras: “CO2 No”; “Cambia tu vida, no el clima”. De la carroza tiraban dos jóvenes montados en sendas bicicletas y estaba formada por unas chimeneas plateadas de las que salían unas tiras negras como si fuesen el humo, una excavadora de cartón y una mole que podía ser un vertedero o una montaña. En sus carteles: “No más macro vertederos. Reduce, reutiliza, recicla.”; “Incineradora, no”; “Los ricos contaminan y el Sur exterminan”; “Toma la montaña”.
Como es de suponer, la banca fue muy criticada durante la protesta. El frac, el sombrero de copa y el puro simbolizan la figura del rico, y con estos elementos se ataviaron algunos manifestantes para hacer sus parodias. La misma indumentaria lucían dos muñecos llevados a hombros: uno era un cerdo barrigón bañado en purpurina plateada y el otro, un cuervo. Desde un barrio castizo una pancarta con rima: “Asamblea popular Arganzuela, banca a la cazuela”. Como siempre, los indignados se acordaron de otros pueblos que sufren: “En Siria, Herodes”. Otros participantes iban metidos dentro de una red de la que colgaban banderas de un pueblo oprimido y gritaban: “Palestina vencerá. Los pueblos unidos jamás serán vencidos”.
La lucha sigue
Un grupo de manifestantes se había disfrazado de borregos e iban encerrados dentro de una cuerda de la que colgaban unos botecitos, cuando uno salía los otros le decían: “Vuelve al redil”. Así criticaban algunas de nuestras mansas actitudes. Sin embargo, otras pancartas exhortaban al cambio: “Dormíamos, despertamos, somos el 99%”; “Por una revolución integral”; “Si quieres un mundo nuevo, desarma el sistema”.
En la Cabalgata Indignada se cantó menos que en otras marchas, aunque sí se llevaron villancicos protesta grabados, los cuales fueron coreados por algunos asistentes que llevaban la chuleta con la letra. Se vocearon consignas ya conocidas como: “Más policía, menos educación”; “Hace falta ya una huelga general”; “Que no, que no, que no nos representan”; “Vuestra crisis no la pagamos”. Pero la que más veces se pronunció es la que anima a seguir ¾el 2012 se prevé duro¾ y reconforta al grupo: “De Norte a Sur, de Este a Oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste”.
Safe Creative #1112300828310

martes, 15 de noviembre de 2011

Manifestación de indignados a una semana del 20N. “Antes de las elecciones, no, pero luego nos van a caer hostias”

La mañana del domingo 13 noviembre era templada, aunque el cielo estaba bastante nublado. Las sandalias y las camisetas de tirantes del 15-O fueron sustituidas por ropas de abrigo para esta manifestación convocada por el 15M bajo el lema “¡Cambio de modelo ya!”, tal y como rezaba la pancarta principal. Las camisetas verdes en defensa de la educación pública ahora se ponen sobre los jerséis, las sudaderas y las chaquetas para que se vean, pero la lucha va para largo y los manifestantes son diseñadores creativos que ya han sacado a la calle su colección para la nueva temporada: la bufanda verde reivindicativa. Es moda para usar un otoño-invierno caliente. “Antes de las elecciones, no, pero luego nos van a caer hostias”, afirmaba un joven mientras charlaba con sus compañeros. Había, al principio del Paseo del Prado, bastantes furgones policiales estacionados en línea. La marcha comenzó con pitidos y abucheos, incluso parecía que algo se podría desmadrar, pero quedó solo en palabras a voces: “Menos policía, más educación”. Después, a grito “pelao”, los convocados dirigiéndose a los agentes uniformados repetían: “Vergüenza, vergüenza, vergüenza…” Así arrancó, a las doce de la mañana, una caminata desde Atocha hacia la Puerta del Sol que se tornó pacífica, festiva, cantarina.
El domingo que viene, 20 de noviembre, se celebran elecciones generales y el ambiente electoral o anti‑electoral ¾quizá sea más acertado llamarlo así¾ fue notorio durante la protesta. En cabeza de manifestación iba un ataúd simbólico en el que yacía un traje de caballero con dos cabezas: la foto de Rajoy y la de Rubalcaba debajo de las siglas PPSOE. A lo largo de toda la marcha grupos de personas repartían octavillas en las que cada cual pedía una cosa: el voto nulo, el voto en blanco computable, la abstención, la no abstención, el voto para partidos poco conocidos o en fase de reconstrucción. Por supuesto, las elecciones también hallaron reflejo en las pancartas: “Contra el capitalismo, tu voto equilibrante”; “No nos representan, vota bótalos”; “La abstención es rendición”; “Partidos muy grandes aplastan a sus votantes”; “Ley electoral más justa ¡ya!”; “Que cada voto valga igual”; “20N no avales el fraude, 21N la movilización es el camino. Corriente Roja”. Se vocearon las consignas de los indignados más emblemáticas al respecto: “Lo llaman democracia y no lo es”; “Que no, que no, que no nos representan”. Y una nueva: “El próximo parado que sea un diputado”.
La actualidad se impone: si las elecciones son inmediatas, el caso Urdangarín, de reciente aparición en los medios de comunicación, ha causado más enojo ¾aún si cabe¾ entre los manifestantes, los cuales dedicaron este cántico a la familia real: “Urdangarín, Urdangarín, a trabajar al Burger King; Marichalar, Marichalar, a trabajar a Pizza Hut; Leonor, Leonor, a trabajar al Hipercor; Sofía, Sofía de cajera en el Día; la precariedad, la precariedad para su majestad”. El enfado con los privilegios de la monarquía se hizo notar más veces: “Queremos saber qué pagan de hipoteca los borbones cada mes”; “Queremos un pisito como el del principito”; “Que recorten sus pensiones a diputados y borbones”.
“Esta crisis no la pagamos” fue el lema más coreado el 15-O, pero para el 13N sufrió una ligera modificación: “Vuestra deuda no la pagamos”. La crisis es deuda y ya no es tan anónima, pues se considera que es de otros, no del pueblo. Los manifestantes creen que esto tiene arreglo: “Tenemos la solución: los banqueros a prisión”; “Sí, sí, la deuda que la pague el FMI”. Al pasar al lado del edificio de La Bolsa ¾muy protegida por la policía¾, los convocados giran sus cabezas y vociferan: “Ahí está la cueva de Alí Babá”, “Botín, te cambio la pensión”. Lo que no se quiere es pagar la crisis con el desmantelamiento del estado del bienestar, y esto se lo echan en cara tanto a la presidenta de la Comunidad de Madrid como al presidente del gobierno. Al conocido cántico de “La escuela de la Espe es particular, si no tienes dinero, no puedes entrar…”, añaden otro que incluye la sanidad: “Mama Espe nos roba, nos roba, nos roba la educación; Mama Espe nos roba, nos roba, nos roba también la salud”; “Espe, paciencia nos vemos en urgencias”. Para el jefe del ejecutivo: “Zapatero, ya hemos visto tu talante, dinero para los banqueros, plan de ajuste a los currantes”. Lo público es resultado de la historia y de duras luchas sociales y, desde luego, algo que estos ciudadanos no están dispuestos a perder, así lo muestra una pancarta que sirve además de homenaje a todos los que se afanaron en ello: “Los edificios públicos son tuyos, son nuestros, porque son la herencia que nos legaron nuestros mayores con su esfuerzo. No vendemos”.
La lucha sigue y seguirá, al menos eso aseguran los manifestantes. Cánticos: “De Norte a Sur, de Este a Oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste”; “A ver, a ver, ¿quién lleva la batuta, el pueblo en la calle, o el gobierno hijo de puta?” Pancartas: “Unificar luchas. Hay que pararles los pies”; “Todo el poder para el pueblo”. Muchos de los manifestantes claman por una huelga general, aunque para ello haya que amonestar a los líderes sindicales: “Oé, oé, oé, oá/ a Toxo y a Méndez les queremos preguntar: / ¿cuántas razones hacen falta más/ para una huelga general?” Lo dicho, se necesita crear moda para pasar un otoño-invierno calentito. Los asistentes advierten: “Se va acabar la paz social”. Una pancarta recuerda que son muchos los afectados: “99% crisis, 1% ladrones”.
Los medios de comunicación estiman que asistió menos gente a esta manifestación que a otras, por ejemplo a la del d 15-O. Así es, sin embargo hubo variedad de grupos y temas. Una parte de las pancartas expresaba la procedencia de quienes la llevaban. El texto era simple, “Asamblea Popular de” y, a continuación, el nombre del barrio o la localidad correspondiente: Coslada, Collado Villalba, Arganzuela, Chamberí, Chueca; incluso había pancartas que venían de lugares considerados algo pijos como el barrio de Salamanca o Majadahonda”. Otros se habían esmerado más en el mensaje que portaban: “¡Lo público ni tocarlo! En defensa de la escuela pública” (Alcobendas y Sanse); “La Elipa está indignada y tenemos un dragón”; “Contra vuestra globalización: re­­­­‑evolución global” (San Fernando de Henares); “Nuestros sueños no caben en sus urnas” (Guindalera); “El problema es el sistema. Rebélate” (Alcorcón); “En lucha y sin cuartel” (Carabanchel). La tercera edad también se quiso hacer ver con su pancarta: “¡No nos robéis nuestros derechos! Jubilados y pensionistas. Veteranos 15M”. Una de las frases más repetidas por los mayores fue: “Depuración de los jueces franquistas”. En la marcha hubo de todo, pues también estaban los que luchan contra la discriminación sexual; su texto: “Stop transfobia, sexismo, homofobia, sexofobia. Transmaricabollo de Sol”. En el Paseo del Prado un pequeño grupo de hombres y mujeres, ellas ataviadas con pañuelo, sujetaban una pancarta: “Siria con el 15M”. La marcha recibe apoyos y los ofrece a pueblos que padecen enormemente: “Occupy Sol, no Palestine”; “No a las ocupaciones, no a la guerra. Paz y Justicia. Fuera de Afganistán y Libia. Autodeterminación de los pueblos”. No es de extrañar que otra de las consignas coreadas fuese: “Menos gastos militares, más gastos sociales”.
La manifestación desembocó en Sol donde se procedió a leer un manifiesto y a presentar, en un foro, las propuestas que los grupos han ido elaborando durante seis meses.
Safe Creative #1111140521962

miércoles, 19 de octubre de 2011

15-O Madrid: “Esta crisis no la pagamos”

El sábado 15 de octubre ¾cinco meses después del 15-M, día de San Isidro¾ las marchas procedentes de distintos puntos de Madrid llegan a la plaza de la Cibeles por el paseo de Recoletos, la calle de Alcalá y el paseo del Prado. Son las seis de la tarde, y todas estas marchas se transforman en una que se dirige hacia la Puerta del Sol para poner de manifiesto que cada vez son más los indignados por todo lo que está sucediendo en torno a la llamada “crisis económica”. A las siete menos cuarto de la tarde la fuente de la diosa sigue rodeada debido a que los manifestantes se aproximan por todos los flancos, especialmente por el sur. Si se echa un vistazo al paseo del Prado no se atisba un hueco; si se mira hacia la calle de Alcalá en dirección a Sol lo que se ve es un mar de cabezas sobre el que navegan pancartas, banderas republicanas y arcoíris, globos y caricaturas. Hay lleno total y la marcha avanza despacio; algunos se encaraman a las vallas, a las farolas o a cualquier otro tipo de mobiliario urbano que les permita hacer una fotografía panorámica de la colorida muchedumbre.
El conjunto de los manifestantes es variopinto: niños, jóvenes y mayores; bicicletas, cochecitos de bebé y sillas de ruedas; profesores, filósofos y actores famosos; indumentaria formal e informal, cómoda, deportiva, hippy, punk, elegante y hasta algo pija; y, por supuesto, camisetas verdes de las que reivindican la educación pública. Hay varias batucadas a lo largo de la marcha y una pequeña orquesta con sus clarinetes, tambores y otros instrumentos. Algunos grupos llevan papelitos con las letras de sus canciones, que además bailan.
El griterío y las pancartas son sobre el origen y las soluciones que se están dando a esta crisis de carácter mundial, por eso con frecuencia se ven frases escritas en inglés u otros idiomas. Y de lo global a lo local, pues hay textos y voces que aluden al PSOE y al PP, a Rubalcaba y a Rajoy, y a Esperanza Aguirre, presidenta del gobierno de la Comunidad de Madrid. Se está en contra de los bancos, el sistema, el hambre, la desigualdad, los recortes y las privatizaciones; se está a favor de la democracia participativa, la lucha y el cambio. En esta gran manifestación confluyen pancartas y cánticos oídos en otras marchas anteriores más específicas: por la enseñanza y la sanidad públicas, por un estado laico, por el trabajo decente, hasta por el agua. No obstante, el grito más repetido es: “Esta crisis no la pagamos”. Dicha consigna, breve y clara, se vocea con decisión durante el recorrido, en los momentos clave, para levantar el ánimo y a la llegada a Sol.
Contra los bancos y el sistema
Contra los bancos algunos manifestantes entonan una canción con la música de “Hola Don Pepito/Hola Don José”, solo que ésta dice: “¡Hola BBV!/ ¡Hola Santander!/ ¿Se quedó con las casas?/ Con las casas me quedé/ ¿Qué hizo con la deuda?/ Al Estado la pasé/ ¡Qué bien BBV!/ ¡Qué bien Santander!” Las pancartas que tienen a los bancos como protagonistas son de las más numerosas, ejemplos: “No al fraude hipotecario”; “Por una banca pública”; “Nacionalizar cajas y bancos; banca, al banquillo”; RoBankia”; “ERE al Banco de España”; “Bankero, ratero, devuelve el dinero”; “Fuck the bank”; “Bankero, ladrón, no tienes corazón”; “Bancos usureros”; “Las cajas, nuevo botín”. Se corea eso de “Un bote, dos botes, banquero el que no bote”. Otras pancartas exigen que paguen la crisis quienes la originaron: “Se forraron con la burbuja y ahora que pague Rita, la ciudadana”; “Que paguen la crisis sus culpables”; “No al sakeo”.
Un grupo lleva en alto unas escobas y en el cartel que las acompaña se lee: “La revolución de las escobas, dispuestas a barrer todo lo que no nos gusta del sistema”. Otro grupo, ataviado con ropa oscura sobre cuya camiseta está estampada la palabra “Bomberos”, porta una enorme pancarta en la que un texto rodeado por una llama de fuego dice: “Quemados con el sistema”. Más allá otros manifestantes sujetan otra gran pancarta: “Neoliberalismo: tóxico para el plantea y para el hombre”. No se está conforme con un sistema que produce desigualdad: “Unos, palacios; otros, ni espacio”; “Reparto de la riqueza”.
Por la democracia, el cambio y el estado de bienestar
Unas caricaturas de cartón gigantes que representan a Rajoy, Rubalcaba, Merkel y Sarkozy van tras una silueta que lleva el símbolo del dólar en dorado sobre el fondo oscuro de la chaqueta de su traje. Y es que la democracia y la política están también muy presentes en la protesta. Se grita: “Ley electoral, estafa total”. Se canta: “Oé, oé, lo llaman democracia y no lo es. Es una dictadura, eso es”. Se lee: “PPSOE, hay que pararlos”; “Democracia participativa”; “Cargando Democracia 2.0”; “Políticos, somos vuestros jefes y os estamos haciendo un ERE”; “Tomamos las calles, tomamos el poder”; “Bilderberg siempre gana las elecciones antes de que votemos”.
Unos carteles contienen simplemente la palabra “Cambio” en varios idiomas, otros, “Global change”; una pancarta grande invita a ese cambio más directamente: “Sal a la calle, crea otro mundo”. No faltan los cánticos que siempre reconfortan y animan a la lucha: “De Norte a Sur, de Este a Oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste”; “Que viva la lucha de la clase obrera”; y el que todo el mundo conoce es coreado con vehemencia en Sol y calles adyacentes: “El pueblo unido, jamás será vencido”.
Un conjunto de pancartas en colores negro y amarillo explican los motivos de la protesta, a saber: “Porque quieres trabajo, no caridad”; “Porque estás hart@”; “Porque no estudias para esto”; “Porque sin tu voz no hay democracia; “Porque usarán tu sed para forrarse”. Otras pancartas se refieren a la sanidad y a la educación públicas consideradas pilares del estado del bienestar. La gente se ríe y dice “muy buena” a esta: “Copago sanitario, copollas en vinagre”. Un grupo de jóvenes al llegar a Sol se sube a lo alto de un quiosco para extender una pancarta con la leyenda: “Trabajamos para la vida. Una vida sin recortes. Indignados H. La Paz”. Las camisetas verdes se pueden ver durante todo el trayecto luciendo su reivindicación: “Educación pública: para tod@s de tod@s”. Como en otras manifestaciones al llegar a la consejería de Educación se oye: “Esperanza, dimisión”; y, como tantas veces en los últimos tiempos, sea sobre lo que sea la protesta en Madrid: “Espe, Espe, especulación”.
Kilómetro Cero
Como la calle de Alcalá en dirección a la Puerta del Sol va llena, llenísima, los manifestantes pretenden llegar a la emblemática plaza subiendo por Gran Vía o Caballero de Gracia para luego bajar por Montera, Carmen o Preciados. Son rutas por las que se desvía mucha gente aprovechando que el tráfico está cortado y algunas de esas calles son peatonales. Se camina mejor, aunque también está muy concurrido: manifestantes, turistas, consumidores de las tiendas del centro, vendedores callejeros, gente vestida para salir la noche del sábado. Entre las ocho y las ocho y media todos quieren avanzar hacia el Kilómetro Cero, pero es tarea ardua, aun así la gente se empeña en ello. Muchos de los que han entrado, salen con helados, hamburguesas, refrescos. Desde la megafonía se ruega que se sitúen cerca de Ópera y la Calle Mayor que está más despejado; la entrada por Alcalá es un embudo atascado en el que puede haber problemas. Milagro: desde la calle del Carmen una ambulancia del Samur atraviesa Sol entre la multitud.
Alrededor de las nueve de la noche, una mitad de la plaza, la cercana a la calle Mayor y a Arenal, está llena pero es más fácil ir de un lado para otro. En la otra mitad, en la que mira a Alcalá, desplazarse sigue siendo un reto. Los manifestantes jóvenes se han sentado en el suelo ocupando una zona que limita con un lado de la acristalada entrada al tren de cercanías ¾donde se ubica la megafonía¾ y la calzada de Alcalá donde ya trabajan los operarios de limpieza; pero también se extiende la sentada hacia Montera y junto a la estatua de Carlos III, la cual está rodeada por pancartas sobre diversos temas, desde la tragedia del hambre en el mundo hasta la reivindicación de las bibliotecas públicas. Hay gente sentada en las barandillas de la boca del metro, incluso en algunos andamios. La gente conversa en sus corrillos o escucha lo que suena por un micrófono que va cambiando de manos: música, un orador que dice que vamos a hacer un exorcismo a los mercados, alguien que entona una canción protesta compuesta para la ocasión. La noche avanza y las voces se sucederán ante el micrófono. Los jóvenes se quedan.
Safe Creative #1110190330722

jueves, 13 de octubre de 2011

Manifestantes madrileños contra la privatización del agua

“La Plataforma contra la Privatización del Canal y las Asambleas populares de Barrios y Pueblos de Madrid del Movimiento 15 M han convocado esta manifestación, que es la expresión de un rotundo rechazo de los madrileños y madrileñas a la privatización del agua en Madrid”. Así comienza el manifiesto que los convocantes repartieron entre los asistentes a la manifestación y los viandantes el sábado ocho de octubre, a lo largo de un trayecto que comenzó en la calle de Santa Engracia ¾frente a las oficinas del Canal de Isabel II¾ y continuó por Eloy Gonzalo y la glorieta de Quevedo para terminar en la calle de San Bernardo. En dicho texto también se dice: “La venta del 49% del Canal significará que un inmenso patrimonio, pagado por la población madrileña durante más de un siglo y medio, pasará a manos privadas posibilitando la especulación con terrenos y bienes. Es decir, será un simple robo a la ciudadanía”.
Algunos manifestantes habían optado por ponerse camisetas azul celeste, incluso había alguna peluca del mismo color, igual que los globos que llevaban y una tira de tela de un metro de ancha y varios de larga que agitaban en lo alto mientras debajo de ella bailaban. Es el color que refleja el agua y el del logotipo del canal. La marcha también estuvo amenizada por tambores, silbatos y un micrófono. De vez en cuando se veía a algunos manifestantes con botijos. Los cánticos y las pancartas rechazaban ¾como ya viene siendo habitual ¾ la política de privatizaciones y recortes emprendidos por la presidenta del gobierno de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. En las pancartas grandes se podían leer frases como “No a la privatización del Canal de Isabel II ¡No!” o “Sí al agua pública”; en las pequeñas, más artesanales y originales: “Mójate por tu canal”; “Agua, bien público”; “El agua no es vuestra, es del planeta y sus habitantes”; “No os vais a forrar con el agua del canal”; “Que llueva, que llueva, que Espe se lo lleva”; “Hasta el agua roban al pueblo los populares”; “Espe, privatízate tú, deja de ser pública”; “Aguirre saquea Madrid”; “Amiga de lo ajeno, nos deja en cueros”; “Me tenéis muy jarta”; “Si nos queréis, irse”, al estilo de Lola Flores en la boda de Lolita. Un caballero llevaba sobre sus hombros una silla con un cartel que decía: “Políticos, si nos quitáis el agua os quitamos la silla”. Los manifestantes en sus pancartas indicaban también su procedencia: Getafe, Aluche, Carabanchel, Tetuán, Aravaca, Malasaña; los de Chamberí portaban pancartas verdes en las que ponía: “Árboles sí, golf no”; “Parques sí, golf, no”. En cuanto al vocerío, una buena parte de las consignas se dirigían contra la presidenta del gobierno autonómico; desde el ya tradicional “Espe, Espe, especulación” hasta: “Espe, capulla, el agua no es tuya”; “La llaman Esperanza y no lo es”; “Es una demagoga, eso es”; “Es un a autoritaria, eso es”; “Es una mentirosa, eso es”.
La marcha fue festiva y pacífica con situaciones que no llegaron a ser incidentes sino simples anécdotas. La primera, en la misma calle de Santa Engracia, pues un vecino estaba sentado en un balcón en el que había una bandera de España junto a una bandera falangista (la del yugo y las flechas), esta última totalmente extendida. Los manifestantes al llegar frente al balcón comenzaban a hacer mucho ruido y a pitar con sus silbatos, le señalaban con el dedo mientras gritaban: “Vosotros, fascistas, sois los terroristas”; “Asesinos”; “A ti también te cobran”. El tipo permanecía sentado y, según iba pasando gente y más gente que le voceaba, él agitaba su mano con el dedo pulgar hacia abajo como si se tratase de un emperador en un circo romano. La segunda anécdota ocurrió más avanzada la marcha, en Eloy Gonzalo, donde otro tipo se acercó a una de las pancartas grandes sujetada entre varias personas a las que increpó. Le respondieron con “No a la violencia”; otros manifestantes conversaron con él hasta que se fue.
En la calle de San Bernardo, antes de la glorieta de Ruiz Jiménez, estaban los furgones policiales que marcaban el final del recorrido. Al llegar los manifestantes incrementaron el carácter lúdico de la protesta, tocando más fuerte los tambores, dando aplausos, bailando y volviendo a vocear lo siguiente: “El agua es tuya, defiéndela”; “El agua es vida y no una mercancía”; “Nuestra agua no la vendemos”; “Que no, que no se privatiza”. También se coreaban frases para dar aliento: “La lucha es el único camino”; “De Norte a Sur, de Este a Oeste la lucha sigue, cueste lo que cueste”. Bastantes personas, ubicadas cerca de la cabeza de la manifestación, se sentaron en el suelo para escuchar el discurso de un orador que además de leer el manifiesto aludió a la larga historia del canal en la que ningún gobierno anterior ¾de la república, la dictadura o la democracia¾ lo había privatizado. A las ocho y veinte la concurrencia empezó a dispersarse excepto un grupo que siguió cantando y bailando un poco más. Acabaron con el grito de “Vamos a Sol”.
Se recogen firmas:
Safe Creative #1110100266295

martes, 11 de octubre de 2011

Por el trabajo decente, contra la impunidad del franquismo y corrillos de discusión en la Puerta del Sol

Seis de octubre, se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente y para ello los sindicatos CC.OO. y UGT han convocado una manifestación a las siete de la tarde desde la Plaza de la Villa hasta la Puerta del Sol, pero es jueves y, por tanto, colectivos contra la impunidad del franquismo también se manifiestan en el mismo lugar. Además, en la emblemática plaza hay corrillos alrededor de los mariachis, las estatuas vivientes o la gente que conversa en tertulia; y están, como siempre, los turistas, los ociosos, los clientes de los comercios y muchos trabajadores que entran y salen del transporte público en su trasiego diario, todo en medio del calor del verano que todavía dura e invita a la vida en la calle. Por supuesto, no faltan las cámaras profesionales y no profesionales y las del propio móvil para fotografiar los mencionados acontecimientos o lo pintoresco del lugar.
Por el trabajo decente
La manifestación por el trabajo decente comienza tarde, pasadas las siete y media. Arranca la marcha con las furgonetas que llevan las banderas de los sindicatos y los altavoces, luego los líderes sindicales, entre ellos Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez , que encabezan la manifestación sujetando una pancarta con el lema de esta convocatoria: “El trabajo decente no es un privilegio”. En torno a los líderes sindicales hay un cordón de protección en el que participan, enlazando sus manos, personas ataviadas con un chaleco rojo de UGT. En el cuerpo de la manifestación abundan las pegatinas de los sindicatos sobre las camisetas, algunas de las cuales son verdes, de las que reivindican la educación pública. Hay pancartas grandes como la de la Federación de Servicios Financieros y Administrativos en la que se lee: “Empelo, protección social y economía productiva”. La de las Juventudes Comunistas: “Juntos hacia otra huelga general. Contra los recortes y las políticas neoliberales”. También ondea una bandera republicana enorme en la que han prendido un cartel que dice: “Huelga general. Sobran 5.000.000 de razones”. En las pequeñas pancartas, de esas que son un papel pegado a un palo, se exhorta al pueblo pasivo a moverse, se rechazan los recortes, se alude a los banqueros y a la crisis. Ejemplos: “Sin luchar, ni pan ni libertad”; “Al pueblo cobarde, roban de balde”; “Pueblo manso, buen esclavo”; “Pueblo pendón, vota al ladrón”; “Tijeretazo, tijeretazo”; “Recortar, robo legal”; “Recortar a banqueros y al clero”; “La banca, ya, al banquillo”; “Nos mandan a paseo y siguen su saqueo”; “Fuera trampas, no es crisis, es estafa”, “Violencia es cobrar 600 euros”; “Tu botín, mi crisis; “Sin pan, no habrá paz”.
A las ocho y cuarto los manifestantes entran en Sol y se ubican frente al escenario situado a un lado de la estatua de Carlos III montado a caballo. Como fondo de escenario, de nuevo el lema de esta jornada por el trabajo decente al que han añadido: “El empleo y las personas primero”. Una voz femenina, otra masculina y una joven que domina el lenguaje para sordomudos transmiten un manifiesto a todos los allí congregados. Hay gente que se sienta a escuchar o a descansar en el bordillo que rodea las fuentes, no queda un hueco. Algunos sindicalistas pinchan sus banderas en la tierra que cerca la fuente, junto a las flores, pero con cuidado para no tocarlas. El acto acabó antes de las ocho y media.
Solidaridad con las víctimas del franquismo
La manifestación por el trabajo decente es sucedida por la de la memoria histórica. Si en la primera la edad de los asistentes es variada, en la segunda predomina la gente mayor. Daban vueltas por la plaza de la Puerta del Sol y en cabeza una pancarta roja: “Contra la impunidad. Solidaridad con las víctimas del franquismo”. El resto de manifestantes portaban fotos de los fallecidos, entre ellas las de Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández con la leyenda “Nunca más”. También llevaban la bandera republicana, claro. Sus consignas a través del altavoz: “Verdad, justicia, reparación”; “Tenemos memoria, queremos justicia”; “Hay que juzgar al franquismo criminal”; “Los crímenes del franquismo no prescriben”. Mirando hacia lo que actualmente es la sede del gobierno autonómico ¾el edificio del reloj¾ los manifestantes coreaban: “En esa casa se asesinaba, en esa casa se torturaba y ahora es la cueva del PP”. A las nueve de la noche el grupo se detiene, como antes lo hiciera el otro, junto al caballo con el rey ilustrado; éstos, sin escenario, comienzan su conferencia. Los curiosos se acercan, ahora los jóvenes escuchan a los mayores con un silencio sumamente respetuoso. Un orador rememora la vida de una camarada recientemente fallecida, la cual luchó contra el franquismo que la detuvo y la torturó. Otro orador recuerda la historia de la enseñanza pública durante la II República, las vicisitudes padecidas por los maestros durante la dictadura y, finalmente, su discurso viene a los tiempos presentes para denunciar el desmantelamiento del estado del bienestar. Concluye diciendo que se está volviendo para detrás; cosecha aplausos. Después se procede a guardar un minuto de silencio, que los manifestantes mayores realizan con el puño en alto y los jóvenes, en puro silencio y quietud. Inmediatamente, como un ritual, los mayores gritaron: “¡Viva la República!”. Los del corrillo: “¡Viva!” El acto terminó con la recogida de firmas para poner una placa donde se ubicó la Dirección General de Seguridad.
Tertulia en la plaza
Al mismo tiempo que los de la memoria histórica celebran su acto de los jueves, a un lado de esa especie de bóveda o cúpula acristalada que da entrada al tren de cercanías, hay otro corrillo de gente de diversas edades que debaten pasándose un micrófono. Unos escuchan sentados en el suelo, otros, de pie. Por turno toman la palabra. Una señora habla del capitalismo, un señor dice que manda la ultraderecha, un joven cuestiona el actual sistema democrático, otro le contesta que el poder es inevitable. Los conceptos cada vez son más abstractos, parece que filosofan. Poco más allá de este corrillo, mirando hacia la calle de Alcalá, hay otro que escucha a un solo hombre que escribe y dibuja con rotulador sobre una pizarra; éste habla de Cristo.
Son más de las nueve de la noche y casi todo acaece al mismo tiempo o inmediatamente después. Las estatuas vivientes se toman un descanso pero no se van. Los que están disfrazados de personajes infantiles parece que acaban su jornada. Bob Esponja se quita eso, la esponja, y se queda con los zapatones negros mientras charla con alguien. Dos muñecos¾uno azul y otro rojo¾, similares a los monstruos de las galletas de Barrio Sésamo, se relajan y también conversan. Un león de terciopelo brillante bebe agua de una botella y come un bocadillo. Sol seguía siendo un imán para los transeúntes, un hervidero a fuego lento cuando entraba la noche.
Safe Creative #1110100266301

jueves, 22 de septiembre de 2011

“El patio de mi cole es particular, si no tienes dinero no puedes entrar…”

El veinte de septiembre a las seis y media de la tarde, la manifestación por la educación pública salió de la plaza de Neptuno ¾ en el mismo lugar y a la misma hora que la que se celebró el miércoles pasado¾, recorrió el paseo del Prado en dirección a la glorieta de Cibeles, luego torció por la calle de Alcalá (en dirección metro de Sevilla), donde se ubican la Consejería de Educación y Empleo de la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Educación; finalmente, en la plaza de la Puerta del Sol se leyó un manifiesto por parte de los convocantes. Pero la marcha fue mucho más que eso.
Profesores, maestros, padres, madres, alumnos (de primaria, secundaria y bachillerato) y más ciudadanos procedentes de las distintas localidades de la comunidad autónoma iniciaron el recorrido, muchos de ellos portando pancartas en las que figuraba el nombre de su colegio o instituto; y muchos, además, iban ataviados con camisetas verdes en las que se podía leer: “Educación pública: para tod@s de tod@s”. En la cabecera de la protesta ondeaban las banderolas de los sindicatos y desfilaba la pancarta principal con el lema: “La educación no es gasto, es inversión. No a los recortes”. Pero también la marea verde había elaborado sus propias pancartas. Algunos de los textos eran los siguientes: “Mis alumnos también son excelentes”; “No es país para jóvenes”; “La mala educación. Un film de Esperanza Aguirre”; “Más inversión en educación, menos despilfarro”; “Con el futuro de nuestros hijos no se juega”; “Antes de Lucía la educación lucía”; “Se vende instituto público” con dibujo de teléfono incluido imitando los carteles de las inmobiliarias para vender pisos. En alusión a los recortes también desfilaban tijeras abiertas de cartón y coloreadas en rojo.
Como en toda manifestación reivindicativa se vocearon consignas y se entonaron cánticos. Unos eran específicos, es decir, sobre la enseñanza pública; otros ¾ muy conocidos por Madrid¾ eran de rechazo al conjunto de la política desarrollada por Esperanza Aguirrre; y algunos se referían a la crisis y al descontento con los partidos políticos mayoritarios. A continuación un poco de todo ello:
“El patio de mi cole
es particular
si no tienes dinero
no puedes entrar.
Agáchate
y vuélvete a agachar
que si te ve la Espe
te hace pagar.
Hache, i, jota, ka, elle, eme, a,
si no nos hacen caso
volveremos a empezar”.
"Los buenos estudiantes tenemos un deseo
que para la privada no haya dinero.
Dinero pa’lla,
dinero pa’ca,
Pública pa’lante
privada pa’tras".
(Esto se baila, claro).

“¡Oh eh oh eh oh eh oh ah!
A Esperanza le queremos preguntar:
¿cuántos negocios se van a montar
con la educación y la sanidad?”

“Que la detengan
es una mentirosa, f…. y peligrosa,
todo lo quiere privatizar”.

“Qué casualidad, qué casualidad,
el hijo del obrero no puede estudiar”.

“Una Esperanza se balanceaba
sobre la escuela secundaria
como veía que no se caía
fueron a llamar a otra Esperanza…”

Unos preguntan: “¿El PP?”
Otros responden: “Privatiza”
Vuelven a preguntar: “¿El PSOE?”
Vuelven a contestar:” Autoriza”

“Si somos el futuro ¿por qué nos dan por culo?”

“El mal de la enseñanza se llama Esperanza”.
“Sanidad y educación, NO a la privatización”.
“Nada, nada para la privada”.
“Sobran chorizos, faltan profesores”.
“Que no, que no, que no queremos pagar la deuda con la educación”.
“Escuela pública”.
“Espe, Espe, especulación”.
“Un bote, dos botes, Espe el que no bote”.
“Esperanza, dimisión”.
“Lo llaman democracia y no lo es”.
“Que no, que no, que no nos representan”.
“Hace falta ya una huelga general”.
“Aquí, aquí, ni un paso atrás, esta lucha la vamos a ganar”.
“Ahí está la cueva de Ali Babá”.
“Luego diréis que somos cinco o seis”.
Los gritos más estruendosos tuvieron lugar frente a las sedes de las instituciones educativas en la calle de Alcalá. Las manos agitándose en lo alto ¾como si hicieran los cinco lobitos¾, pitidos, carracas, tambores, vuvuzelas, tapas de cacerolas, ¡uuuh! Entre las ocho y media y las nueve la protesta comienza a dispersarse, pero todavía un grupo de manifestantes encabezado por tambores y alguien que les marca el ritmo se dirige a la Puerta del Sol, bailando y dando palmas al mismo tiempo que gritan “Pública”. Al llegar algunos se detienen ante las cámaras y reporteros de Televisión Española y Telecinco y de nuevo vocean: “Esperanza, dimisión”; “No somos gasto, somos inversión”; “Esperanza, no jodas la enseñanza”; “Este partido lo vamos a ganar”; “Televisión, manipulación”. Había que aprovechar.
Safe Creative #1110100266318

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Extraño concurso por teléfono para apostar a Euromillones

MUY IMPORTANTE:
NO FACILITES TUS DATOS BANCARIOS
No está detrás el sorteo oficial de Euromillones
Has ganado 1600 euros de mentira, paga 55 de verdad
Me han llamado dos veces al teléfono fijo. La primera vez era una voz femenina. Me propuso participar en un concurso en el que yo tenía que acertar un eslogan relacionado con Euromillones. Como respuesta había tres opciones; dos de ellas tan ridículas y absurdas que era muy fácil dar con la respuesta verdadera. Así que la voz femenina me dice que acerté el eslogan y que he ganado 1600 euros para jugar al sorteo de Euromillones. “Ya sabe, ha visto usted el anuncio del perrito Pancho en televisión. Pues ese.” Después me soltó un rollo al que no presté mucha atención hasta que me dijo que había que pagar 55 euros. “¿Hay que pagar?” —pregunté para cerciorarme—. Ella me explica que sí, a través de un contrato grabado en el que yo facilitaría mis datos. Les respondo que no me interesa. “Pero ¿cómo? ¿Me va a decir que no le interesan 1600 euros?” —dice la voz femenina—. “No, no me interesa y no voy a pagar nada. Prefiero ir a una administración de loterías, coger un boleto y apostar como yo quiera” ¾contesto—. Así que tranquila y educadamente nos despedimos.
Me quedé pensando que si no era un timo se parecía mucho. En cualquier caso, con 55 euros al mes podría hacer muchas apuestas por mi cuenta, sin intermediarios ni cosas raras. Me olió a chamusquina también por lo del perrito Pancho, al que nunca he visto en la publicidad de Euromillones sino en la de la Primitiva. Ya que se inventan rollos de estos podrían informarse mejor. A veces los detalles son cruciales para descubrir los engaños.
“¿Sabe usted que es más desagradable que un helado de mierda?”
A la semana siguiente volvieron a llamar, en esta ocasión la voz era masculina. Me dijo que habían seleccionado el teléfono de forma aleatoria, pero yo ya empezaba a creer que esto también era mentira. Le contesté que era la segunda vez que telefoneaban y que no me interesaba el concurso porque ya en la primera llamada me sonaba a timo y a engaño. Colgué. ¡Para qué dije nada! Esta segunda llamada tuvo lugar alrededor de las tres y media de la tarde. En cuanto colgué el auricular volvieron a llamar, pero no lo cogí pensando que serían ellos. Llamaron seguidamente cuatro o cinco veces más y yo seguía sin descolgarlo. Pasado un periodo mayor de tiempo (unos quince minutos) volvió a sonar el teléfono, lo cogí y una voz masculina me dijo: “¿Sabe usted que es más desagradable que un helado de mierda?”. “¿Lo has probado?” —pregunté—. Me colgó, pero las llamadas no cesaron. Cada cinco o diez minutos volvían a llamar, así estuvieron hasta las seis de la tarde.
V de venganza
Después del exabrupto no volví a descolgar el teléfono, por supuesto. Me dediqué a buscar por internet y estas son algunas de las cosas que encontré:
Personas que indican el nombre (o varios nombres) de la empresa que está detrás de esto y diversos números de teléfono según provincias.
Otros explican que si aceptas el contrato entras a formar parte de una peña de cien personas para hacer apuestas y que, entre tantas apuestas, con frecuencia toca algo de la combinación ganadora, pero que a repartir entre tantos sólo te llevas unos céntimos.
Otros han picado y expresan sus temores respecto al contrato tras cancelar la cuenta bancaria cuyos datos han facilitado.
Un ex trabajador de la empresa aconseja colgar el teléfono sin mediar palabra.
Precisamente en el relato de este ex trabajador encontré la explicación de tanta llamada telefónica después de haberles insinuado que me sonaba a timo. Cuenta que los números no se eligen aleatoriamente sino que hay una lista y sobre el número de teléfono de las personas que protestan o se enfrentan a ellos ponen una V, de venganza, la cual consiste en telefonear insistentemente. Se van pasando el folio entre los trabajadores y van llamando. Lo que explica este ex trabajador cuadra perfectamente con lo que hicieron conmigo aquella tarde de timbrazos continuos.
Para concluir
Respecto a los consumidores:
No siempre se trata de dilucidar si el negocio es legal o ilegal, pues algo puede ser legal y no interesar nada. Aunque el asunto resulte atractivo en nuestras manos está no picar. Hasta la sabiduría popular lo advierte: “Nadie da duros a peseta”. Sin embargo, y por lo que se cuenta en los foros, son muchas las personas que han aceptado el contrato y han proporcionado sus datos bancarios. Pero ¿no hay suficientes fraudes para que seamos algo más precavidos? ¿De veras piensan que si toca un premio gordo lo van a repartir entre los pardillos que participan? ¡Con las artes que se traen! Increíble.
Respecto al trabajo:
Que existan empleos de estos me parece una mezquindad. Hay mucha gente desesperada buscando empleo y se encuentran con estos trabajos de teleoperadores donde no basta con engatusar al cliente, sino que además hay que molestarle (o “vengarse”). Tendríamos que tener claro que los que están detrás de ciertos negocios y se valen de toda argucia no son emprendedores sino otra cosa que mejor no nombro. Y eso es lo que ofrecen: trabajos ruines y asquerosos.
Safe Creative #1109100033891