viernes, 30 de diciembre de 2011

Cabalgata Indignada: un compendio divertido de lo reivindicado durante el año

Cuentan los periódicos que al principio de la Cabalgata Indignada, celebrada el 28 de diciembre en Madrid bajo el lema “Hemos perdido la inocencia”, hubo incidentes, los cuales se saldaron con dos manifestantes detenidos y cinco heridos ¾dos de ellos policías¾; después añaden que la marcha transcurrió pacíficamente desde la Puerta de Alcalá, pasando por la Cibeles hasta finalizar en Sol. Ciertamente así fue, pero los medios de comunicación suelen destacar más lo escandaloso que lo participativo, y precisamente eso último es lo que fue la cabalgata, además de creativa y lúdica. A las siete de la tarde ya ha anochecido en Madrid y el día de los Santos Inocentes hacía bastante frío, pero miles de personas se lanzaron de nuevo a las calles: “Ya que nos quitan las cabalgatas de los barrios, venimos a ésta”, comentaba un manifestante al saludar a sus conocidos. Por un solo carril de la calle de Alcalá desde las siete a las nueve y media transitaron carrozas hechas casera o manualmente, batucadas, una pequeña orquesta, personas disfrazadas y realizando actuaciones, repartidores de caramelos para niños, repartidores de octavillas para adultos, banderas republicanas, las caricaturas de Merkel, Rubalcaba y Rajoy que desfilaron el 15‑O, una furgoneta de la que salía música de discoteca y hasta un camión grúa reivindicando la vivienda.
Inocentes y regalos
El simbolismo navideño fue aprovechado para la diversión, la parodia y la protesta. El muñeco de papel blanco que se cuelga en la espalda de los inocentes aparecía por doquier. Algunos se llevaban en alto como si fuesen pancartas: uno de ellos llevaba el dibujo de la boca muy arrugado expresando gran enfado; en otro habían escrito “Adiós inocencia, hola dignidad”. Pero la mayoría de muñecos blancos iban en su lugar tradicional, la espalda del caminante, acompañados de su correspondiente pancarta en la que cada uno escribía un mensaje: “Soy inocente, no soy Urdangarin”; “Soy inocente de los recortes en educación”; “Políticos corruptos, sin inocencia”; “Soy inocente de estar parado”; “Soy inocente, no soy un banquero”.
Como típicos de la Navidad y de las cabalgatas de Reyes son los obsequios, éstos fueron aprovechados para criticar el consumismo y hacer representaciones burlescas de la crisis económica. Un joven vestido de Jesucristo en el calvario llevaba a cuestas una cruz muy peculiar: el madero vertical envuelto en papel de regalo de un color y el horizontal también envuelto pero con otro estampado, como si acarrease dos grandes presentes. Tras él iba un diablo rojo y otros manifestantes ataviados de negro que le daban latigazos y le incitaban gritando: “Compra”, “Consume”, “Un portátil”, “Una consola”. Un grupo de personas llevaban paquetes de diferente tamaño envueltos en papel de regalo sobre los que figuraba la palabra “PARO”. Incluso una joven se había vestido con una caja decorada como un regalo y sobre ella un cartel decía: “Reyes Magos, l@s niñ@s os pedimos un futuro”. Otro joven tenía un dado que entregaba a los transeúntes para que lo tirarán al suelo a ver qué les tocaba en suerte, y en las caras de dicho dado había cosas como un salario de cuatrocientos euros, precariedad laboral o despido gratuito.
Temas de actualidad
La protesta recogía los temas sobre los que los ciudadanos indignados se han estado manifestando a lo largo del año (servicios públicos, separación entre Iglesia y estado, vivienda, corrupción, banca, etc.), pero además se hizo alusión a asuntos que están de plena actualidad: el caso Urdangarin, la publicidad del billete sencillo de Metro, los CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) o la nueva alcaldesa de Madrid. De estos últimos el más destacado fue el caso del duque de Palma y la crítica a la monarquía. Unos manifestantes llevaban en alto un muñeco, al estilo del caganet catalán, cuyo culo eran dos globos rosas y su cara por un lado la foto del rey y por otro la de Iñaki Urdangarin; en uno de sus laterales se pedía “Democracia real ya”. En una pancarta se podía leer: “Rey y yerno. Cuentas, no cuentos. Sobre la ley ni el rey”. En otra: “Los borbones a las elecciones. Jefes por urnas, no por cunas”. Ana Botella se ha convertido en alcaldesa de Madrid en los últimos días, pero algunos manifestantes ya han preparado su pancarta, por ejemplo: “Un alcalde no votado, puro AZNAR, emBOTELLADO. Democracia ¿dónde estás?” Los CIE han saltado a la actualidad mediática tras constatarse que uno de ellos no reunía condiciones higiénicas ni sanitarias adecuadas y una pancarta exige que se cierren: “Guantánamos hispanos, los CIE, cerrados. El CIE, prisión sin justificación”. También es de reciente aparición una publicidad sobre el billete sencillo de Metro que ha molestado a muchos viajeros. En ella el eslogan es “Más por menos” y se compara el precio (1,50 €) con el de otras ciudades de países desarrollados donde es más caro. Los manifestantes lo critican disfrazados de vagones y uniéndose como si fuesen un convoy, aunque no sólo eso, sobre los cartelones de esta publicidad situados en la boca del suburbano en Sol han escrito: “Sí, pero ¿los sueldos?”; “Aguirre, este país es el que menos cobra de toda Europa”.
Servicios públicos y vivienda
Los temas de los que el 15 M se ha ocupado a lo largo del año hallaron su hueco en la Cabalgata Indignada. Una de las reivindicaciones de este movimiento son los servicios públicos, como reza una pancarta: “Salvar lo público, gestión pública”, para hacer frente a las privatizaciones: “Privatizan = Roban”. Sobre la educación y la sanidad se asientan los pilares del estado del bienestar y así queda recogido en la siguiente fórmula: “Escuela pública + sanidad pública = 1 sociedad mejor”. Se trata de combatir la desigualdad: “Escuelas clasistas dividen a la ciudadanía”. Un reno de madera con un gorro verde navideño tiraba de un pupitre en el que había una pluma, un cuaderno y un eslogan: “Escuela pública para tod@s”. Por supuesto, no faltaron las camisetas ni las bufandas ni las pelucas que constituyen la moda de la marea verde. Los defensores de la sanidad pública son la marea blanca y en sus textos dicen: “Venden mi salud”; “Robáis salud”. Otra pancarta dejaba patente la gravedad de los recortes en este ámbito: al dibujo de unas tijeras abiertas seguido de la palabra “Sanidad” le acompañaba el dibujo de la negra parca con su guadaña y, a continuación, las palabras “Crimen legal”. Y es que a nadie se le escapa que los recortes en sanidad nos pueden costar la vida. En Madrid, a las mareas mencionadas, se suma la marea azul pues el carácter totalmente público de la empresa que nos proporciona el agua está en peligro. Como es habitual ya, un grupo de manifestantes llevaban una gran tira de tela de color azul y, entre otras cosas, una enorme pancarta: “¡No! A la privatización del Canal de Isabel II ¡No!”
El movimiento de los indignados se ha preocupado por el problema del acceso a la vivienda en sus diferentes vertientes y lógicamente también se llevó a la cabalgata. Una pancarta reclamaba: “Derecho a la vivienda a precio justo”. En el camión grúa se reclamaba la “vivienda digna” y el “alquiler social”, pues hay muchas casas vacías y mucha gente sin casa. Unos manifestantes iban disfrazados de fantasmas y algunos arrastraban en sus cadenas unos ladrillos. En una de sus pancartas: “Fantasmas inocentes, sin casa, sin euros y sin justicia”. En otra: “Cooperativistas Sur‑Este de Madrid. Sin casa y sin dinero”.
El Papa, la banca, el medioambiente y otros
La vista del Papa durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) sacó a la calle a muchos madrileños este verano y el enfado fue tan grande que su estela ha llegado a esta cabalgata. Una figura que representaba al pontífice con un globo blanco en la mano fue llevada en alto durante toda la protesta. En uno de los laterales: “Banco de España, dinero público. Páguese a El Vaticano la cantidad de cincuenta millones de euros”. Una gran pancarta hacía revivir el carácter reivindicativo de aquel día de agosto: “Ningún privilegio para las iglesias. De mis impuestos a las iglesias, cero”. Otra más pequeña: “Curas, fuera de las escuelas”. Otros grupos por los que la iglesia católica no ha mostrado consideración también se hallaban en la marcha: “Ante el estado de malestar impuesto, placer anal manifiesto, Asamblea Transmaricabollo”; “Ni santas, ni inocentes, feministas irreverentes”.
El medioambiente se defendió con pequeñas pancartas y una gran carroza. En las primeras: “CO2 No”; “Cambia tu vida, no el clima”. De la carroza tiraban dos jóvenes montados en sendas bicicletas y estaba formada por unas chimeneas plateadas de las que salían unas tiras negras como si fuesen el humo, una excavadora de cartón y una mole que podía ser un vertedero o una montaña. En sus carteles: “No más macro vertederos. Reduce, reutiliza, recicla.”; “Incineradora, no”; “Los ricos contaminan y el Sur exterminan”; “Toma la montaña”.
Como es de suponer, la banca fue muy criticada durante la protesta. El frac, el sombrero de copa y el puro simbolizan la figura del rico, y con estos elementos se ataviaron algunos manifestantes para hacer sus parodias. La misma indumentaria lucían dos muñecos llevados a hombros: uno era un cerdo barrigón bañado en purpurina plateada y el otro, un cuervo. Desde un barrio castizo una pancarta con rima: “Asamblea popular Arganzuela, banca a la cazuela”. Como siempre, los indignados se acordaron de otros pueblos que sufren: “En Siria, Herodes”. Otros participantes iban metidos dentro de una red de la que colgaban banderas de un pueblo oprimido y gritaban: “Palestina vencerá. Los pueblos unidos jamás serán vencidos”.
La lucha sigue
Un grupo de manifestantes se había disfrazado de borregos e iban encerrados dentro de una cuerda de la que colgaban unos botecitos, cuando uno salía los otros le decían: “Vuelve al redil”. Así criticaban algunas de nuestras mansas actitudes. Sin embargo, otras pancartas exhortaban al cambio: “Dormíamos, despertamos, somos el 99%”; “Por una revolución integral”; “Si quieres un mundo nuevo, desarma el sistema”.
En la Cabalgata Indignada se cantó menos que en otras marchas, aunque sí se llevaron villancicos protesta grabados, los cuales fueron coreados por algunos asistentes que llevaban la chuleta con la letra. Se vocearon consignas ya conocidas como: “Más policía, menos educación”; “Hace falta ya una huelga general”; “Que no, que no, que no nos representan”; “Vuestra crisis no la pagamos”. Pero la que más veces se pronunció es la que anima a seguir ¾el 2012 se prevé duro¾ y reconforta al grupo: “De Norte a Sur, de Este a Oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste”.
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