martes, 15 de noviembre de 2011

Manifestación de indignados a una semana del 20N. “Antes de las elecciones, no, pero luego nos van a caer hostias”

La mañana del domingo 13 noviembre era templada, aunque el cielo estaba bastante nublado. Las sandalias y las camisetas de tirantes del 15-O fueron sustituidas por ropas de abrigo para esta manifestación convocada por el 15M bajo el lema “¡Cambio de modelo ya!”, tal y como rezaba la pancarta principal. Las camisetas verdes en defensa de la educación pública ahora se ponen sobre los jerséis, las sudaderas y las chaquetas para que se vean, pero la lucha va para largo y los manifestantes son diseñadores creativos que ya han sacado a la calle su colección para la nueva temporada: la bufanda verde reivindicativa. Es moda para usar un otoño-invierno caliente. “Antes de las elecciones, no, pero luego nos van a caer hostias”, afirmaba un joven mientras charlaba con sus compañeros. Había, al principio del Paseo del Prado, bastantes furgones policiales estacionados en línea. La marcha comenzó con pitidos y abucheos, incluso parecía que algo se podría desmadrar, pero quedó solo en palabras a voces: “Menos policía, más educación”. Después, a grito “pelao”, los convocados dirigiéndose a los agentes uniformados repetían: “Vergüenza, vergüenza, vergüenza…” Así arrancó, a las doce de la mañana, una caminata desde Atocha hacia la Puerta del Sol que se tornó pacífica, festiva, cantarina.
El domingo que viene, 20 de noviembre, se celebran elecciones generales y el ambiente electoral o anti‑electoral ¾quizá sea más acertado llamarlo así¾ fue notorio durante la protesta. En cabeza de manifestación iba un ataúd simbólico en el que yacía un traje de caballero con dos cabezas: la foto de Rajoy y la de Rubalcaba debajo de las siglas PPSOE. A lo largo de toda la marcha grupos de personas repartían octavillas en las que cada cual pedía una cosa: el voto nulo, el voto en blanco computable, la abstención, la no abstención, el voto para partidos poco conocidos o en fase de reconstrucción. Por supuesto, las elecciones también hallaron reflejo en las pancartas: “Contra el capitalismo, tu voto equilibrante”; “No nos representan, vota bótalos”; “La abstención es rendición”; “Partidos muy grandes aplastan a sus votantes”; “Ley electoral más justa ¡ya!”; “Que cada voto valga igual”; “20N no avales el fraude, 21N la movilización es el camino. Corriente Roja”. Se vocearon las consignas de los indignados más emblemáticas al respecto: “Lo llaman democracia y no lo es”; “Que no, que no, que no nos representan”. Y una nueva: “El próximo parado que sea un diputado”.
La actualidad se impone: si las elecciones son inmediatas, el caso Urdangarín, de reciente aparición en los medios de comunicación, ha causado más enojo ¾aún si cabe¾ entre los manifestantes, los cuales dedicaron este cántico a la familia real: “Urdangarín, Urdangarín, a trabajar al Burger King; Marichalar, Marichalar, a trabajar a Pizza Hut; Leonor, Leonor, a trabajar al Hipercor; Sofía, Sofía de cajera en el Día; la precariedad, la precariedad para su majestad”. El enfado con los privilegios de la monarquía se hizo notar más veces: “Queremos saber qué pagan de hipoteca los borbones cada mes”; “Queremos un pisito como el del principito”; “Que recorten sus pensiones a diputados y borbones”.
“Esta crisis no la pagamos” fue el lema más coreado el 15-O, pero para el 13N sufrió una ligera modificación: “Vuestra deuda no la pagamos”. La crisis es deuda y ya no es tan anónima, pues se considera que es de otros, no del pueblo. Los manifestantes creen que esto tiene arreglo: “Tenemos la solución: los banqueros a prisión”; “Sí, sí, la deuda que la pague el FMI”. Al pasar al lado del edificio de La Bolsa ¾muy protegida por la policía¾, los convocados giran sus cabezas y vociferan: “Ahí está la cueva de Alí Babá”, “Botín, te cambio la pensión”. Lo que no se quiere es pagar la crisis con el desmantelamiento del estado del bienestar, y esto se lo echan en cara tanto a la presidenta de la Comunidad de Madrid como al presidente del gobierno. Al conocido cántico de “La escuela de la Espe es particular, si no tienes dinero, no puedes entrar…”, añaden otro que incluye la sanidad: “Mama Espe nos roba, nos roba, nos roba la educación; Mama Espe nos roba, nos roba, nos roba también la salud”; “Espe, paciencia nos vemos en urgencias”. Para el jefe del ejecutivo: “Zapatero, ya hemos visto tu talante, dinero para los banqueros, plan de ajuste a los currantes”. Lo público es resultado de la historia y de duras luchas sociales y, desde luego, algo que estos ciudadanos no están dispuestos a perder, así lo muestra una pancarta que sirve además de homenaje a todos los que se afanaron en ello: “Los edificios públicos son tuyos, son nuestros, porque son la herencia que nos legaron nuestros mayores con su esfuerzo. No vendemos”.
La lucha sigue y seguirá, al menos eso aseguran los manifestantes. Cánticos: “De Norte a Sur, de Este a Oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste”; “A ver, a ver, ¿quién lleva la batuta, el pueblo en la calle, o el gobierno hijo de puta?” Pancartas: “Unificar luchas. Hay que pararles los pies”; “Todo el poder para el pueblo”. Muchos de los manifestantes claman por una huelga general, aunque para ello haya que amonestar a los líderes sindicales: “Oé, oé, oé, oá/ a Toxo y a Méndez les queremos preguntar: / ¿cuántas razones hacen falta más/ para una huelga general?” Lo dicho, se necesita crear moda para pasar un otoño-invierno calentito. Los asistentes advierten: “Se va acabar la paz social”. Una pancarta recuerda que son muchos los afectados: “99% crisis, 1% ladrones”.
Los medios de comunicación estiman que asistió menos gente a esta manifestación que a otras, por ejemplo a la del d 15-O. Así es, sin embargo hubo variedad de grupos y temas. Una parte de las pancartas expresaba la procedencia de quienes la llevaban. El texto era simple, “Asamblea Popular de” y, a continuación, el nombre del barrio o la localidad correspondiente: Coslada, Collado Villalba, Arganzuela, Chamberí, Chueca; incluso había pancartas que venían de lugares considerados algo pijos como el barrio de Salamanca o Majadahonda”. Otros se habían esmerado más en el mensaje que portaban: “¡Lo público ni tocarlo! En defensa de la escuela pública” (Alcobendas y Sanse); “La Elipa está indignada y tenemos un dragón”; “Contra vuestra globalización: re­­­­‑evolución global” (San Fernando de Henares); “Nuestros sueños no caben en sus urnas” (Guindalera); “El problema es el sistema. Rebélate” (Alcorcón); “En lucha y sin cuartel” (Carabanchel). La tercera edad también se quiso hacer ver con su pancarta: “¡No nos robéis nuestros derechos! Jubilados y pensionistas. Veteranos 15M”. Una de las frases más repetidas por los mayores fue: “Depuración de los jueces franquistas”. En la marcha hubo de todo, pues también estaban los que luchan contra la discriminación sexual; su texto: “Stop transfobia, sexismo, homofobia, sexofobia. Transmaricabollo de Sol”. En el Paseo del Prado un pequeño grupo de hombres y mujeres, ellas ataviadas con pañuelo, sujetaban una pancarta: “Siria con el 15M”. La marcha recibe apoyos y los ofrece a pueblos que padecen enormemente: “Occupy Sol, no Palestine”; “No a las ocupaciones, no a la guerra. Paz y Justicia. Fuera de Afganistán y Libia. Autodeterminación de los pueblos”. No es de extrañar que otra de las consignas coreadas fuese: “Menos gastos militares, más gastos sociales”.
La manifestación desembocó en Sol donde se procedió a leer un manifiesto y a presentar, en un foro, las propuestas que los grupos han ido elaborando durante seis meses.
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