El
maltrato infantil existe como en cualquier otra parte, pero en los
asentamientos humanos son escasos los medios para combatirlo, a pesar de
las campañas que de vez en cuando se llevan a cabo. Las maestras piden
ayuda tras observar las manos quemadas de los niños o magulladuras en
sus piernas y brazos. Si un niño coge una moneda aunque sólo sea para
comprarse un chicle, su mano puede ser machacada con una piedra por su
propia madre. Las niñas recibirán una paliza si sus hermanos varones
menores o mayores se lastiman, se caen o les pasa algo.
Desde
que la niña (unos diez años) comenzó a usar sombrero no se lo quita ni
de día ni de noche, ni con niebla ni con sol. Bajo el sombrero una gasa,
bajo la gasa el color amarillo del desinfectante y una herida. El padre
le había partido la cabeza. La niña presenció una discusión entre su
padre y un hermano mayor. La niña se enfrentó al padre en defensa del
hermano. El padre cogió una escoba y con ella le golpeó la cabeza. La
niña cayó al suelo con su cabeza abierta y sangrando a chorros. El padre
no sólo no la socorrió sino que, enfurecido, le deseó la muerte. El
progenitor abandonó el hogar diciendo que ya no le interesaba esta
familia y que tenía otra paralela, otra mujer y otros hijos en otro
lugar. La niña fue llevada a la posta médica donde le cosieron su cuero
cabelludo. Diariamente utiliza un sombrero para resguardar la herida de
la suciedad, el polvo y la contaminación y, de paso, esconder la herida;
o quizá es al revés, lo primero es esconder la herida, luego protegerla de tanta porquería.
Nadie
lo denunció: ni la madre, ni los trabajadores de la ONG que las
acompañaron a la posta, ni los médicos, ni los vecinos que supieron de
ello, ni el hermano mayor, ni la niña. Todos conscientes de lo que es
para esconderlo, pero nadie para denunciarlo. Y es que no existen
mecanismos especiales para que denuncien los niños, ni tampoco la
concienciación de los adultos es suficiente respecto al maltrato
infantil. Además, en caso de denunciarlo, es posible que tampoco ocurra
nada. Todos dudan de la eficiencia de las autoridades debido al elevado
grado de corrupción. En los basurales no hay dinero para “poner en
marcha” la acción policial.
Pilar dijo
ResponderEliminarOtro aspecto terrible de la vida infrahumana que la hace insoportable hasta extremos indescriptibles: el maltrato y hasta la muerte a golpes sin posibilidad de amparo o defensa alguna por aquellos que deberían protegerla en primer lugar: sus propios padres. La vida en estos asentamientos no vale nada y la de un niño, menos que nada.
Los niños y las mujeres junto a los ancianos y por supuesto los enfermos, sufren la pobreza con más intensidad y en total indefensión. Por eso son los más pobres de entre los pobres.
Un abrazo
17 Abril 2009, 10:41
15 Julio 2009, 06:49
xelextepv
xelextepv dijo
Hola Pilar, disculpa que no te haya contestado antes.
Este post sobre la niña con sombrero es muy desagradable o "terrible" como tú dices. La pobreza por sí sola ya es bastante violenta como para que encima sucedan estas cosas. Nada que añadir a lo que comentas, es así. Gracias, de nuevo, por escribir.
23 Abril 2009, 11:25
15 Julio 2009, 06:50