El
24 de junio se convocó en Madrid una manifestación contra la corrupción para
las siete de la tarde que no fue masiva, aunque sí contó con un número
significativo de manifestantes, los cuales fueron muy contundentes en lo que denunciaban, tanto utilizando el
lenguaje común y cotidiano como recurriendo a iconos cinematográficos. Así,
llamaron “mafia” unas veces al Partido Popular, y otras, al Gobierno. Al
presidente Rajoy lo denominaron despectivamente “Mariano Corleone”. La marcha
partió desde la glorieta de Ruiz Giménez hacia la Puerta del Sol, pasando por
la calle de San Bernardo, donde se encuentra el Ministerio de Justicia, ante el
cual los congregados gritaron “¡No es un ministro, es un sinvergüenza!”, en
referencia a su titular, Rafael Catalá. Allí mismo vocearon repetidamente “Los
delincuentes están ahí enfrente”; “¡Gobierno, ladrón, basta ya de corrupción!”;
y “¡Vergüenza, vergüenza!” Y es que en la protesta no se denunciaba únicamente
la corrupción, sino también la impunidad que impide combatirla. Ambas ideas estaban
plasmadas en la pancarta de cabecera: “Contra la corrupción y la impunidad, +
democracia, + libertad, + derechos”. Como se puede observar es un lema muy
completo, pues también incluye lo que, en opinión de los convocantes, puede ser
la solución. Precisamente “Más democracia, más libertad y más derechos” es el
título del manifiesto que se leyó en Sol antes de la actuación musical con la que
concluyó la protesta.
La convocatoria
fue realizada por la Plataforma contra la Corrupción y la Impunidad, a la que se han adherido 23 organizaciones
y, además, recibe el apoyo de partidos políticos, sindicatos y otros
movimientos sociales. En la protesta se vieron banderas republicanas y
pancartas y símbolos de Ecologistas en Acción, Equo, Podemos, Izquierda Unida, Yay@flautas
Madrid, CGT y Juventudes Comunistas. Una pelota enorme reivindicaba el agua
cien por cien pública. Se sumó un pequeño grupo de la Marea Turquesa que en su
pancarta denunciaba la corrupción de menores. También estaba el colectivo que
vocea contra la impunidad del franquismo y por la recuperación de la memoria
histórica.
La “mafia”
En
el lenguaje simbólico de las pancartas, los cánticos y los lemas voceados, los
manifestantes señalan al PP y, por extensión, al Gobierno como una “mafia” que
roba el dinero público para enriquecimiento particular y para financiación
ilegal del partido, lo que sería hacer trampas en las elecciones y, por tanto,
no respetar el proceso democrático. En este discurso simbólico de la protesta
en la calle, el PP y el Gobierno son denunciados directamente, sin recurrir a
ninguna precaución y, por supuesto, no se dice “presuntamente”. Voceado: “No es
un partido, es una mafia”; “No es un Gobierno, es una mafia”; “¡Ladrones,
ladrones!”; “A ti que estás mirando, también te están robando”. Cánticos:
“Había una vez un partido muy corrupto / que no paraba (2) / de robar / el
Partido Popular”; “Hay que quemar (2) / la corrupción del Partido Popular”; “Se
lo están llevando”. Pancartas: “CorruPPto, doPPado, tramPPoso, ImPPostor,
imPPune” (texto sobre fondo forrado con billetes de 500 €); “Hay que echarlos
por corruptos y mafiosos”; “PP pagó campañas con dinero público”; “Por fallar,
mentir y robar, el PP perdió legitimidad”.
En
coherencia con esta culpabilidad que los concurrentes achacan a los sospechosos
y al PP mismo se pidió el castigo que, en su opinión, merecen: cárcel para los
corruptos, ilegalización del partido y devolución de lo robado. Voceado: “La
mafia popular, a Soto del Real”; “Rajoy y Cospedal, a Soto del Real”;
“Ilegalizar al Partido Popular”; “Devolución de todo lo robado”. Pancartas:
“Corruptos, a la cárcel”; “PP, Partido Peligroso. Ilegalizar al Partido
Popular”.
Durante
la marcha el PP y el Gobierno fueron llamados “mafia”, y para ambos se pidió reiteradamente
la dimisión: “Por falso y ladrón ¡PP dimisión!” (Pancarta)”; “¡Gobierno,
dimisión!” (Voz). Al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se le renombra
cuando, una y otra vez, la muchedumbre canturrea “Mariano Corleone”. Así es, se
cambia su apellido por el del jefe de la familia mafiosa más famosa de la
ficción cinematográfica, Don Vito Corleone de la película El Padrino.
Rajoy es el
personaje más rechazado en las pancartas; en una de ellas se le denuncia como
“corrupto y tirano”. En un número menor
de mensajes sobre la corrupción también hay alusiones a la monarquía, el alto
clero y la banca.
“Secuencia mafiosa”
El
lenguaje del manifiesto es mucho más moderado, prudente y “correcto” que los
mensajes expresados a lo largo del recorrido de la manifestación, no obstante,
es también claramente denunciador. En el texto se afirma que la corrupción es
sistémica en España y una herencia del franquismo. Cita casos acaecidos durante
los gobiernos de UCD, PSOE y PP, aunque indica que con este último es “cuando
se han alcanzado cotas inusitadas de corrupción y financiación ilegal”.
El
manifiesto hace ver que la corrupción se compone no solo de “gobernantes
corruptos”, sino también de “un poder empresarial y financiero corruptor”, y
sentencia: “La corrupción es el aceite que engrasa la maquinaria del
capitalismo”.
En el texto se
explica brevemente cómo funciona la corrupción entre políticos y empresarios a
través de lo que denomina “secuencia mafiosa”, que es la siguiente:
“empresarios que donan importantes comisiones a partidos políticos a cambio de
concesiones públicas, financiación ilegal del partido y enriquecimiento
personal de algunos de sus dirigentes, negación de los hechos por el partido y
no asunción de ningún tipo de responsabilidades”. La corrupción tiene
repercusiones graves para la democracia: “Se falsifica la democracia al
obtenerse el poder con campañas electorales financiadas ilegalmente o cuando se
recurre a la compra de diputados como en el ‘tamayazo’”.
“¡Justicia!”
No
es casualidad que la marcha transcurriese por la calle de San Bernardo, donde
se ubica el Ministerio de Justicia, ya que la impunidad es otro escandaloso
problema que impide combatir la corrupción. El manifiesto dice al respecto:
“Cuando desde el gobierno del Partido Popular se intenta controlar a jueces y
fiscales para asegurarse la impunidad, se está destrozando la independencia
judicial y la división de poderes como puntal básico de una democracia”.
Los reunidos en
la protesta, por su parte, exigieron “jueces de verdad”, una justicia útil y el
fin de la impunidad. Pancartas: “¡Justicia!”; “Jueces de verdad, menos
impunidad”; “Justicia social y jueces de verdad”; “Incapaz y lenta ¿Justicia?”;
“Justicia eficaz y eficiente”; “Impunidad, nunca jamás”.
Recortes, privatizaciones y corrupción
Las
medidas de austeridad emprendidas por el Gobierno de Rajoy, que implican el
desmantelamiento del estado de bienestar y la precariedad en la que vive buena
parte de la población, fueron relacionadas con la corrupción. En el manifiesto:
“Hay una conciencia clara entre la ciudanía de que sus robos son nuestros
recortes y que tienen que ver con las
políticas antisociales de ajuste y las privatizaciones que se están aplicando
en España”. Añade la cifra del coste de la corrupción: “90.000 millones, según
la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia”. El texto indica que la
política de privatizaciones la ha fomentado. A continuación menciona ejemplos
de corrupción en la sanidad y la educación públicas y en el Canal de Isabel II.
Similares denuncias hacían los mensajes orales y las pancartas de la protesta.
En ellos se menciona la corrupción en relación a los recortes en sanidad,
educación y pensiones. Se voceó “Su corrupción, nuestros recortes”; “Más
pensiones, menos corrupciones”; y “Sin corrupción, más sanidad y más
educación”. Una pancarta en referencia a los sobres de dinero negro que
presuntamente han recibido algunos
políticos rezaba “Tu sobre, mi recorte”. Otra, “Tu botín, mi crisis”. Se
gritó “La privatización provoca corrupción”; y respecto al canal,
“¡Delincuentes, el agua es de la gente!”
Los
concurrentes, aunque la protesta era sobre la corrupción, también se refirieron
a la llamada “crisis económica internacional”, y clamaron contra el trato dado
a la banca. En este sentido, como en otras tantas marchas, se coreó “No es una
crisis, es una estafa”. Se criticó el rescate a los bancos mientras persisten
los desahucios y la pobreza: “Rescatan a la banca, ahogan a la gente” (voz);
“Bancos rescatados, ciudadanos desahuciados” (voz). Recientemente ha sido
noticia que no se recuperará el dinero del rescate a los bancos; una pancarta
lo interpretaba así: “60 mil millones nuestros el PP regala a bancos”. En
cuanto al gobernador del Banco de España que se subió el sueldo mientras exigía
para los demás moderación salarial, esto: “Jefe de Banco de España: “Subir
sueldos daña”. Él, 186.000 gana”.
“El pueblo”, responsable
En el lenguaje
simbólico de casi toda manifestación “el pueblo” es presentado como luchador,
justo y, en cierto modo, poseedor de la verdad y la razón; se supone que es el
actor protagonista de la democracia. Generalmente, en una protesta los mensajes
que se dirigen a “el pueblo” son para animarle en la unidad y la lucha, pero
raramente es objeto de críticas o reproches, no se le suele afear una conducta.
Pues bien, en esta marcha sobre la corrupción ocurrió, al menos dos pancartas
apelaban a “el pueblo” y a su papel o, tal vez, su responsabilidad en el
mantenimiento de la corrupción: 1) “”En democracia un pueblo que permite
gobernantes corruptos es un pueblo corrupto”. La Lógica”; 2) “La Guardia Civil
haciendo bien su trabajo y el pueblo español apoyando a la mafia. Patriotas de
pastel”.
Más democracia
“La
corrupción asesina la democracia” (pancarta); para combatirla el manifiesto
propone precisamente más democracia, a su juicio, hay que “fortalecer la
democracia, la participación ciudadana, la moralidad pública y la
transparencia”. Además, formula las siguientes reivindicaciones:
§ Asegurar la independencia del poder judicial
y de los organismos de seguridad que investigan estos delitos.
§ “Que no prescriban los delitos de corrupción
económica y política”.
§ Sanciones a corruptos y corruptores.
§ Luchar contra los paraísos fiscales.
§ Devolución del dinero robado y creación de un
fondo para fines sociales.
§ “Revocatorio de todo cargo público electo”.
§ Mayor control ciudadano sobre el poder
político.
En
definitiva: “Es fundamental recuperar la iniciativa ciudadana para acabar con
esta situación de podredumbre”.
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