La manifestación del Primero de Mayo convocada por la Plataforma Unitaria “Hay que pararles los pies”

Poco antes de las doce de la mañana del Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo, había multitud de personas transitando alrededor de la glorieta de Atocha. La mayoría de ellas subía por el Paseo del Prado para unirse a la manifestación que habían convocado las centrales sindicales CC OO y UGT, cuyo recorrido, como es últimamente habitual, comenzaría en Neptuno y acabaría en la Puerta del Sol. Otra cantidad menor de personas se cruzaba con esta gran muchedumbre, pero éstas se dirigían a la calle de Atocha porque allí mismo, también a las doce, estaba el punto de partida de otra manifestación que finalizaría en la plaza de Jacinto Benavente y que había sido convocada por la Plataforma Unitaria “Hay que pararles los pies” (HQPLP). Ambas protestas se oponen a la reforma laboral y los recortes en los servicios públicos, pero los grupos de HQPLP también están en contra del pacto social y consideran que los sindicatos mayoritarios están “vendidos” y sometidos al poder.

Encabezaba la manifestación la enorme pancarta de HQPLP con el siguiente eslogan: “Contra la reforma laboral y los recortes. Continuidad en la lucha”. Las demás pancartas, también de gran tamaño, pertenecen a algunos de los colectivos que integran la plataforma; en ellas aparece el lema y el nombre de la organización correspondiente: “Hasta echar abajo la reforma laboral. Continuidad en la lucha. Co.bas”; “Para salir de la crisis, suspensión de la deuda. Corriente Roja”; “Contra la reforma laboral. No al recorte de las pensiones. Coordinadora Sindical de Madrid”; “1º de Mayo. La clase obrera por la conquista del Socialismo. Iniciativa Comunista”; “Contra la reforma laboral y el pacto social. Por la huelga general. PCPE.CJC”; “Contra el sindicalismo vendido, sindicalismo de clase y combativo. Reconstrucción Comunista”. En la cola de la protesta iba un grupo de hombres y mujeres muy jóvenes con esta pancarta: “SKIN HEAD. 1º Mayo. Lucha por tu clase”. Este nombre no forma parte de HQPLP o, al menos, en su web no figura como integrante. Además, había banderolas rojas de Alternativa Sindical de Trabajadores, que sí está en la plataforma, y camisetas de los despedidos de UPS y Telefónica. Como de costumbre, las banderas republicanas fueron abundantes y estaban repartidas por todo el cuerpo de la manifestación. Sin embargo, apenas hubo pancartas pequeñas, de esas que son un papel pegado a un palo y que por su poco peso porta una sola persona. Daba la sensación de que imperaba la adhesión a un grupo, el cual se identifica con su gran pancarta y corea sus propios lemas.

“¡Qué viva la lucha de la clase obrera!”

La consigna más veces repetida durante la marcha fue “¡Que viva la lucha de la clase obrera!”; se puede decir que en torno a ella había unanimidad porque también fue la más coreada por todos los colectivos, pero en cuanto al resto de canciones y lemas había como mínimo tres zonas o agrupamientos dentro de la protesta con distintos repertorios. El primer agrupamiento era el más numeroso y estaba constituido por varios colectivos; también era el que llevaba el equipo de sonido y megafonía más potente, transportado en una furgoneta que iba delante de la manifestación. Tenían un animador con un micrófono que se situaba cerca del vehículo y cuyos cánticos eran reforzados por otro animador con altavoz ubicado en el cuerpo de la marcha, pero siempre dentro de lo que constituía la parte delantera o primer agrupamiento. Su carácter era más lúdico, festivo, melodioso que el de las otras partes de la protesta. Lo mismo voceaban frases que entonaban canciones acompañadas de gestos y bailes. Las gargantas de sus animadores parecían no cansarse ante un repertorio bastante variado: pronunciaron consignas contra la reforma laboral, los recortes y las privatizaciones; apelaron a la huelga general y a la lucha internacional; criticaron a los sindicatos mayoritarios; lanzaron mensajes contra la Iglesia, el PP y los empresarios; vitorearon la República; y, entre otras cosas, reprobaron a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Para muestra un botón: “No es reforma, es derribo”; “Ya está echada abajo la reforma laboral. Huelga, huelga, huelga, huelga general”; “Los recortes para la Iglesia y las Cortes”; “Al PP la sotana se le ve”; “Fuera las empresas de la sanidad y fuera las empresas de la universidad”; “España, Grecia, Italia y Portugal, la lucha obrera es internacional”; “Aquí hace falta ya, en Europa, en Europa, una huelga general”; “¿Dónde están los puestos de trabajo que con la reforma se iban a crear?”; “A Toxo y Méndez les queremos preguntar ¿Cuántas razones hacen falta ya para otra huelga general?”; “Sí, sí, sí, unidad, pero para luchar”; “Se va a acabar la burocracia sindical”. Algunas de sus canciones fueron: “La Mari Carmen en precario está / la Mari Carmen a tiempo parcial / Mari Carmen, Mari Carmen, ya te lo decía yo / las reformas laborales, las reformas laborales van a ser tu perdición”; “Un banquero se balanceaba sobre la burbuja inmobiliaria / como veía que no se caía / fueron a llamar a otro banquero…”; “La escuela de la Espe es particular / si no tienes dinero, no puedes entrar…”; “Que la detengan / es una mentirosa fascista y peligrosa / todo lo quiere privatizar”.

Otro segundo repertorio procedía del centro de la manifestación, lo voceaba menos gente, chicos y chicas que portaban la pancarta de un solo colectivo. Sus mensajes eran los más radicales de todos pues algunos de ellos aludían al enfrentamiento armado. Ejemplos: “Pueblo armado, pueblo respetado”; Si la ETT te explota, explota la ETT”; “Contra su violencia, ahora y siempre, resistencia”; “No son accidentes, son asesinatos”; “Basta ya de pactar, es la hora de luchar”; “Comisiones y UGT, sindicatos del poder”; “La lucha está en la calle y no en el Parlamento”. El radicalismo de sus mensajes era tal que, cuando la parte delantera cantaba sus consignas más lúdicas, este segundo grupo les reprendía con: “Menos batucadas y más barricadas”; “No es la hora de bailar, es la hora de luchar”. Este grupo llegaba a cambiar la letra de los mensajes del agrupamiento delantero para hacerlos más extremos. Si los primeros decían “Tenemos la solución, los banqueros a prisión”, los segundos: “Tenemos la solución, los banqueros al paredón”. Si los lúdicos cantaban “Ya queremos ver (bis) a la Espe y al Rajoy en la cola del INEM”, los radicales: “No queremos ver (bis) a la Espe y al Rajoy con un tiro en la sien”.

Había un tercer repertorio voceado por los manifestantes y colectivos situados desde el centro de la protesta hasta casi el final. En esta zona predominaba la gente de mediana edad cuyos mensajes hacían referencia al discurso tradicional de la lucha obrera. Ante su altavoz se alternaban animadores que entonaban esto: “Hemos decidido / hemos acordado / obrero despedido / patrón colgado”. De aquí extraían una frase corta que sí llegaron a gritar casi todos los colectivos de la manifestación, incluidos los radicales; era esta: “Obrero despedido, patrón ‘colgao’”. En esta tercera y última zona con consignas más tradicionales también se escuchó lo siguiente: “Banqueros y empresarios no son necesarios”; “La crisis la provoca el capitalismo, la crisis se resuelve con el socialismo”; “Obreros y estudiantes, unidos y adelante”; “Contra la reforma, contra el capital, huelga general”; “Primero de Mayo, orgullo proletario”; “Pacto social, negocio patronal”; “Banqueros y burgueses, os quedan pocos meses”; “Obrero, si no luchas, nadie te escucha”.

En honor de los muertos en la lucha

La manifestación del 29 de abril contra los recortes lo mismo que la del Primero de Mayo han estado pasadas por agua. Avanzado ya gran trecho de la calle de Atocha comenzó a chispear y desde los micrófonos de la zona delantera y lúdica se animaba a la concurrencia: “Aunque llueva, aunque se moje, la clase obrera no se encoge”. A la altura del monumento en honor de los abogados laboralistas asesinados en Atocha, la clase obrera no se encogió y bajo lo que era ya un fuerte chaparrón las gargantas emocionadas gritaron: “Atocha, hermanos, nosotros no olvidamos”; y “Vosotros, fascistas, sois los terroristas”. Todo el mundo se detuvo y en la furgoneta con el equipo de sonido pusieron un disco con la música de La Internacional. Los manifestantes levantaron el puño izquierdo y los de más edad, que eran los que se sabían la letra, la cantaron de principio a fin. Inmediatamente después vinieron los aplausos y otra vez más se exclamó: “¡Viva la lucha de la clase obrera!” “¡Viva!” Conmovido el ánimo con el recuerdo, los presentes continuaron el trayecto hasta la plaza de Jacinto Benavente, donde al llegar ya hacía sol.

En la plaza a ras de suelo ¾sin escenario¾ se procedió a leer un manifiesto por dos oradores, una mujer y un hombre que se turnaban en el micrófono. Se dijo que en el Primero de Mayo no había nada que festejar, “es día de lucha y solidaridad”, y se rememoró a los trabajadores de Chicago que lucharon por la jornada de ocho horas; los asistentes les aplaudieron y aclamaron: “¡Vivan los mártires de Chicago!” Después los oradores hicieron un repaso de los distintos atropellos que se están produciendo: repago, tarifazo, privatizaciones, recortes, despidos, carestía. etc. Exigieron la libertad de los detenidos en Barcelona durante la huelga general del 29de marzo. Se tildó de “vergonzante sumisión al Gobierno” el acuerdo suscrito en enero por CC OO y UGT con la CEOE. Rechazaron el “banco malo” y los rescates y pidieron la nacionalización de la banca. Finalmente, se mencionó la posibilidad de que se convoque otra huelga general en junio. Las últimas consignas de los oradores fueron: “¡Por una salida obrera y popular a la crisis!”; y “¡La crisis que la paguen los capitalistas!”. Tras agradecer la asistencia y los aplausos consiguientes, la gente se fue dispersando mientras sonaban la canción protesta “¡A galopar, a galopar, hasta enterrarles en el mar!” y la que lleva por título el nombre de la plataforma, “Hay que pararles los pies”.