lunes, 17 de diciembre de 2012

“Sanidad, sanidad / sanidad, te quiero / pública y de calidad / pública y de calidad / para el mundo entero”

En Madrid un manto de nieve no suele cubrir la capital en el mes de diciembre, pero en este de 2012 sus habitantes han visto teñidas sus calles y sus plazas por la Marea Blanca: sanitarios y vecinos que ataviados con batas, camisetas y otras prendas de ese color están llevando a cabo diversas acciones en defensa de la sanidad pública. Huelgas, encierros, recogida de firmas, manifestaciones son parte esencial de las movilizaciones de la Marea Blanca desde que el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y el consejero de Sanidad, Javier Fernández Lasquetty, anunciaran una reforma sanitaria que, entre otras medidas, pretende implantar el euro por receta y privatizar seis hospitales y veintisiete centros de salud. Todos los domingos de diciembre ha habido acciones contra esta política sanitaria aberrante y destructora:
· día 2, concentraciones bajo el lema “Abraza tu hospital” en los seis hospitales que quieren privatizar ¾Infanta Sofía, Infanta Cristina, Infanta Leonor, Henares, Sureste y Tajo¾;
· día 9, manifestación de Neptuno hasta la Puerta del Sol convocada por la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM);
· día 16, otra manifestación convocada por la Plataforma Asamblearia de Trabajadores y Usuarios por la Salud (P.A.T.U. SALUD), constituida por cuatro marchas sobre Madrid que confluyeron en Cibeles para avanzar juntas hacia la Puerta del Sol.
Los sanitarios y vecinos madrileños de la Marea Blanca acumulan ya muchas acciones de lucha pero, lejos de acusar el cansancio, se han hecho más fuertes tal y como demostraron en la última protesta mencionada, donde se convirtieron en un tsunami que inundó el centro de la capital. La marcha entre la fuente de la diosa y Sol comenzó antes de las doce del mediodía ¾a las doce menos cuarto ya estaba entrando en Cibeles la columna que venía del hospital La Paz¾ y terminó a las dos y media. Durante la primera hora todos los carriles de la calle de Alcalá iban repletos de gente; a la una de la tarde aún seguían entrando por el Paseo del Prado los que portaban pancartas de los hospitales del sur. El número de asistentes debió ser muy llamativo para las autoridades pues los manifestantes fueron “visitados” de forma insistente por un helicóptero, a pesar de no producirse ningún incidente en una marcha que transcurrió pacífica y festivamente con la presencia de muchas familias, incluidos los bebés. Era tan pesada la vigilancia desde las alturas que los presentes saludaban moviendo sobre sus cabezas folios, octavillas, pompones, pancartas y cualquier otra cosa que tuvieran de color blanco cada una de las veces que se acercaba “el pajarito”, de modo que este gesto espontáneo se convirtió en un elemento atractivo y de cohesión dentro de la protesta.
Los sanitarios y vecinos de la Marea Blanca reivindican una sanidad cien por cien pública, universal y de calidad, tal como escriben en gran parte de sus pancartas, pero además, por supuesto, saben transformar estas aspiraciones en cánticos, por ejemplo en este que, aprovechando la música de Carnaval, Carnaval de Georgie Dann, dice así: “Sanidad, sanidad / sanidad, te quiero / pública y de calidad / pública y de calidad / para el mundo entero”. No obstante, el lema más utilizado tanto en pancartas y camisetas como a plena voz fue: “La sanidad pública no se vende, se defiende”. A continuación más lemas y cánticos recogidos en las manifestaciones del 9 y del 16 de diciembre, téngase en cuenta que se trata solo de una pequeña muestra pues fue mucho lo que hubo.
Voz (consignas y cánticos)
“Los buenos sanitarios tenemos un deseo / que para la privada no haya dinero / dinero por aquí, dinero por allá / pública pa’lante, privada pa’tras
“Mariano, capullo, recórtate lo tuyo”.
“González, capullo, recórtate el orgullo”.
“Sí se puede”.
“Paciente, escucha por ti es esta lucha”.
“Que no, que no, que no queremos pagar su deuda con salud y educación”.
“Vecino sal, que venden tu hospital”.
“Lasquetty, paciencia nos vemos en urgencias”.
“Sanidad pública”.
“Lasquetty, dimisión”.
“Oé, oé, esta batalla no la vamos a perder”.
“Ahora, al robar, lo llaman recortar”.
“Pollardón, el justiciero”.
“Capio, escucha, seguimos en la lucha”.
“Luego diréis que somos cinco o seis”.
“Capio y Sanitas se frotan las manitas”.
“Arriba, arriba, arriba / arriba, todos a luchar / la sanidad es un derecho / la sanidad es un derecho / no es para especular”.
“¡Qué jeta, qué jeta, un euro por receta!”
“Lasquetty, ponte un enema”.
“Me cago, me cago, me cago, en el copago”.
Pancartas
A las protestas de los domingos 9 y 16 acudieron sanitarios y pacientes de hospitales y centros de salud con sus respectivas pancartas, pero también asociaciones vecinales y otros grupos de trabajadores de varios oficios que se verán afectados por los recortes en sanidad. La cantidad de centros de salud fue impresionante, venidos de todas partes de la comunidad autónoma; algunos de ellos eran: Torrelodones, Yébenes, Numancia, Felipe II, Margaritas, Calesas, Buenos Aires, Villamil, Monterrozas, Rivas. Resultaba complicado recoger el nombre de todos, sin embargo, sí fue más fácil recoger el nombre de los hospitales, aunque también es posible que falte alguno. Seguro que estaban estos: La Paz, Ramón y Cajal, Infanta Sofía, Infanta Cristina, Infanta Leonor, Henares, Sureste, Tajo, Getafe, Doce de Octubre, Severo Ochoa, Instituto de Cardiología, Carlos III, La Princesa, Niño Jesús, Gregorio Marañón, Virgen de la Torre, La Poveda, Alcorcón, Puerta de Hierro, Cruz Roja y Clínico. Otros colectivos fueron los grupos vecinales, como los de San Blas, La Latina y el Barrio del Pilar. Otros asistentes llevaban pancartas indicando su procedencia: Centro de Transfusiones, Lavandería Central, Tesorería General de la Seguridad social, Samur, Summa, 15‑M Alco-Sanse, Mayores del 15‑M, Coordinadora 25‑S, Universidad de Alcalá, Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Aravaca, Plataforma de Mejora y Defensa de la Sanidad Pública del Henares, Izquierda Anticapitaslista, CAS‑Madrid, Matusalem. Estos son los textos de algunas pancartas:
“Somos médicos, somos pacientes, defendemos la sanidad pública (AFEM)”.
“Contra la privatización de la sanidad, derogación de la Ley 15/97 (CAS‑Madrid, Matusalem)”.
“No a los despidos de interinos y eventuales”.
“Se vende hospital a empresario modélico, como Díaz Ferrán”.
“Roban tu salud”.
“Gestor incompetente, sanidad deficiente”.
“Los recortes en sanidad matan”.
“No se venden las manos que te atienden”.
“Sanidad pública, una muerte anunciada, después no servirá llorar”.
“Con Sanidad del PP, al cielo pronto iré”.
“La salud no es un negocio”.
“La respuesta sois vosotros. No lo esperaban. Un millón de firmas, un millón de gracias”.
“Doña Rosa, que no la mientan, la sanidad sí está en venta. La Paz.” (En alusión al vídeo propagandístico de la Comunidad de Madrid).
“Colectivos a extinguir: cocineros, pinches, costureras, albañiles, mecánicos, electricistas… La Paz”
“Unimos las manos por la sanidad pública”, (pancarta con manos blancas).
“”Laboratorio centralizado, nefastos resultados. Transporte de muestras ¿rápido y fiable?”
“El terror jacobino es la solución”.
“¿Por qué externalización sin antes escuchar?”
“No a los despidos, en sanidad no sobra nadie”.
“Consejería de sanidad = Vergüenza”.
“Defiende tu bolsa y tu vida”.
“PP, Partido Peligroso”.
“Con el plan Lasquetty, hacemos confeti”.
“Bienvenidos a la burbuja sanitaria”.
“Tu silencio, su victoria, no te calles”.
“Ana Mato, copaga, tu coche oficial”.
“Sanidad a subasta, para que los políticos amasen más pasta”.
“Clínica Puerta de Hierro, nos costaba nada y ahora cerrada. Hospital Puerta de Hierro, Majadahonda, 48.000.000 €, 678.000.000 pesetas al mes ¿Esta es vuestra gestión?
“Sureste pa’ Rato vs C’Hospedal del Sureste”.
“Si el Gobierno no escucha, la sanidad seguirá en lucha”.
Muchas gracias a todos los que os habéis manifestado en defensa de la sanidad pública y en contra de las medidas sanitarias de puro terror que nos quieren imponer.
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domingo, 18 de noviembre de 2012

14-N. La otra manifestación de Madrid: desde la Beata hasta Atocha, desde Atocha hacia los disparos y el humo

Se conoce como “Atocha”, pero en realidad es la Plaza del Emperador Carlos V, en ella está la Fuente de la Alcachofa que constituye una gran rotonda, por tanto, también se llama “Glorieta de Atocha”. El 14 de noviembre ¾día de la segunda huelga general que se hace en 2012 al Gobierno de Rajoy¾ en Madrid por la tarde hubo dos manifestaciones significativas cuyos recorridos tenían en común la Glorieta de Atocha, aunque para una de ellas era el principio y para la otra, el final. La manifestación con mayor reflejo en los medios de comunicación, la convocada por las centrales sindicales CC OO, UGT y la Cumbre Social, salió a las seis y media de la Glorieta de Atocha, recorrió el Paseo del Prado, pasando por Neptuno, y finalizó en la Plaza de Colón. La otra marcha, convocada por CGT, CNT, el Bloque Unitario y la Plataforma “Hay que pararles los pies” (HQPLP), partió a las seis desde la Plaza de la Beata María Ana de Jesús y se dio por concluida en la Glorieta de Atocha. En principio, los convocantes de esta última marcha pidieron autorización para que transcurriera desde la Beata hasta Neptuno, pero la Delegación del Gobierno en Madrid prohibió que acabase en dicho lugar e impuso otro trayecto: desde la Beata hasta la Glorieta de Atocha y, después, calle de Atocha, Jacinto Benavente, Carretas y Puerta del Sol. Los grupos afectados pusieron un recurso contra esta decisión, pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid lo desestimó. Los convocantes no aceptaron al completo el trazado alternativo que impuso la Delegación del Gobierno, sino que decidieron acortarlo al establecer el fin de la protesta en la Glorieta de Atocha. Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno advirtió¾en declaraciones a la Cadena SER¾ que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado actuarían en caso de que se incumpliera el mandato judicial, es decir, en caso de que se llegara a Neptuno. Igualmente indicó que estaba prohibido pernoctar en ese emblemático lugar próximo al Congreso de los Diputados, pues miembros del 25‑S pretendían hacerlo. Así es, este colectivo llamó a pasar la noche en Neptuno, desde las siete y media de la tarde hasta la mañana del día siguiente, para pedir a sus señorías que rechacen los Presupuestos Generales del Estado para 2013, denominados por este grupo “Presupuestos de la Deuda y la Vergüenza”.
Desde la Puerta del Sol al Teatro Español, saludo a los trabajadores que están en el balcón
A las cinco y cuarto una marcha de unas doscientas personas, encabezada por una pancarta en la que se lee “Asamblea Popular de Malasaña”, sale de la calle de la Montera cantando consignas, atraviesa la Puerta del Sol, sube por Carretas, gira a la izquierda por la plaza del Ángel y avanza hasta el fondo de la plaza de Santa Ana porque allí van a hacer una parada: se sitúan frente al Teatro Español en el cual los actores están realizando un encierro. En el balcón del teatro han colocado una pancarta que reza: “Trabajadores del espectáculo en lucha. Huelga general”. Los recién llegados dirigen sus consignas a los que están en balcón y juntos, unos y otros, con el puño alzado, acaban coreándolas. Después de este saludo, los de la Malasaña reanudan la caminata por las calles del Príncipe y Huertas y, seguidos por dos coches de la Policía Municipal, alcanzan la plaza de Matute hasta desembocar en la calle de Atocha. La marcha ¾a la que se ha unido más gente¾ baja por el carril derecho de la calle de Atocha seguida de algunos vehículos hasta que los agentes municipales deciden desviar el tráfico. Los manifestantes tuercen a la derecha por Doctor Drumen gritando “Hoy no se consume, hoy no se trabaja”. Frente al Museo Reina Sofía se cruzan con cientos de manifestantes de diversos colectivos que están preparándose para alguna de las dos convocatorias. Los que siguen a la pancarta de Malasaña salen por Santa Isabel y se dirigen hacia el Paseo de las Delicias, camino de la Beata. Mientras tanto la Glorieta de Atocha o, mejor dicho, toda la plaza del Emperador Carlos V y las calles aledañas se convierten en un hervidero. El bordillo de la Fuente de la Alcachofa está repleto de personas que allí han tomado asiento. Son las seis y los que vienen de la estación de tren se dividen: unos suben hacia el Paseo del Prado ¾manifestación de las centrales¾; otros bajan hacia el Paseo de las Delicias ¾manifestación que comienza en la Beata¾. Camarógrafos y periodistas buscan declaraciones de los asistentes. Hay fotógrafos profesionales y aficionados inmortalizando las múltiples escenas, aparte de gran número de asistentes que hacen lo propio con sus móviles. Se oye gran bullicio cerca de la boca del Metro, se trata de jóvenes cantando y haciendo ondear banderas republicanas y banderolas de los Colectivos de Jóvenes Comunistas (CJC). En lo alto del Paseo del Prado pende la pancarta de las centrales sindicales y la Cumbre Social “Nos dejan sin futuro. Hay culpables, hay soluciones. 14‑N. Huelga general. Tarea Común”. En el suelo, al pie de la Cuesta de Moyano, sale música de una furgoneta forrada con carteles en los que las fotos de Rajoy, Merkel y Draghi, están acompañadas de este mensaje: “14‑N. Huelga general. Un fantasma recorre Europa ¡Qué se vayan todos! Izquierda Anticapitalista.” Cerca del cruce con la calle de Atocha avanzan los de ADICAE con sus pancartas contra la banca: “Stop embargos. Moratoria ¡Ya!”; “Corralito español. La banca nos ha robado nuestros ahorros”; “Valores Santander, productos tóxicos”.
Por el Paseo de las Delicias se increpa al Gobierno y se vuelve a gritar “No son desahucios, son asesinatos”
Los manifestantes de la pancarta de Malasaña ¾al igual que muchos de los que acudieron a la convocatoria de la CNT, CGT y otros colectivos¾ tuvieron que recorrer el Paseo de las Delicias dos veces: primero hacia abajo, camino de la plaza de la Beata y después, ya manifestándose, hacia arriba hasta la Glorieta de Atocha donde se cerraba el acto. En Delicias algunos comercios estaban cerrados y otros echaban las persianas al paso de los congregados. Los ventanales y los cajeros automáticos de las sucursales bancarias estaban empapelados de carteles y pegatinas que hacían alusión a la jornada. Había coches de la Policía Municipal vigilando y en el cielo, de vez en cuando, se veía pasar al helicóptero que era recibido por los presentes con pitidos, abucheos y manos alzadas haciendo la peineta. La manifestación se desarrolló pacífica y festivamente. Los animadores ¾como es habitual¾ cantaban pegados a las furgonetas y los equipos de sonido. Un grupo muy cantarín y bailón iba en el centro, animado por jóvenes con chaleco amarillo de UPS Vallecas; entre ellos también había una chica que traducía los cánticos y lemas¾unos ya típicos de estas movilizaciones y otros nuevos¾ al lenguaje de signos. Hacia el final de la marcha había una gran batucada con diferentes instrumentos de percusión cuyo ritmo incitaba a los asistentes a mover los pies. La pancarta de cabeza llevaba los emblemas del Bloque Unitario y HQPLP, y decía: “Contra los recortes, las reformas laborales, el pacto social. No al pago de la deuda”. Tras ella seguían, aparte de las banderolas y pancartas de la CNT y la CGT, las de otros grupos, a saber: Solidaridad Obrera, Comisiones de Base (Co.bas), Coordinadora Anti‑privatización de la Sanidad(CAS), Alternativa Sindical de Trabajadores(AST), Izquierda Anticapitalista, Corriente Roja, Intersindical SF, Red Roja, Partido Comunista de los Pueblos de España(PCPE), Coordinadora Sindical de Madrid(CSM); también estaba el 15M como Bloque Crítico y varias asambleas populares y grupos de trabajo de este movimiento. La reforma sanitaria madrileña emprendida brutalmente por el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, logró que los colectivos de este sector se hicieran notar, por ejemplo, con estas pancartas: “Para frenar la privatización de la sanidad pública: derogación de la ley 15/97 y rescate hospitales privatizados. CAS Madrid”; “Defendamos la sanidad pública. Contra el expolio. Hacia la autogestión. CNT/AIT”; “Hoy como ayer…Siempre por una sanidad pública. Sindicato Único de Sanidad e Higiene.” Una consigna bien conocida resonó varias veces: “Los hospitales no se venden, se defienden”. Por supuesto, también estaba presente la marea verde de la educación pública con sus camisetas y pancartas, por ejemplo: “En la pública pintamos tod@s”.
El pago de la deuda se considera un asunto con efectos cada vez más graves, así lo demuestran las siguientes pancartas: “Deuda odiosa, con nuestra sangre ¡No!”; “La deuda te aplasta ¿te vas a quedar quiet@? Red Roja”; “No al pago de la deuda. Por un plan de rescate de los trabajadores y el pueblo. Co.bas”; “O su deuda o nosotros. Fuera Rajoy y la Troika. Corriente Roja”. El problema sangrante de la vivienda y los desahucios quedó patente a plena voz. A las viejas consignas “Rescatan al banquero, desahucian al obrero”, “Qué pasa, qué pasa, que nos quitan las casas”, “El próximo desahucio que sea en la Moncloa”, los asistentes sumaron otra nueva que viene a renombrar los últimos trágicos acontecimientos: “No son suicidios, son asesinatos”. Aunque el acto fue lúdico, el clamor contra el Gobierno y su política era fuerte y contundente, con exabruptos que denotaban el máximo enfado. “Illa, illa, illa, Rajoy, hijo de puta” es uno de los gritos más pronunciados en las últimas protestas y el 14‑N volvió a resonar con insistencia. Además se voceó “Rajoy, sicario del Fondo Monetario” y “A ver, a ver, quién lleva la batuta, si los trabajadores o el Gobierno hijo de puta”. El hartazgo es monumental: “¡Basta ya de recortes, reformas, reajustes, reestructuraciones! ¡Rehostias! UR. Las Rozas” (pancarta). La repulsa que produce el Gobierno y, en general, los políticos es evidente: El próximo parado que sea un diputado; si es un senador, será mucho mejor; si es la Cospedal, será fenomenal” (cántico).
Retirada forzosa
Después de que gran parte de los manifestantes de la Beata llegaran a la Plaza del Emperador Carlos V, varios oradores de los colectivos convocantes pronunciaron un discurso, a modo de colofón, y dieron por concluida la marcha. Alguno de estos oradores, habló de la “noche de la desobediencia” y muchos de los presentes vocearon “Eso, eso, eso, nos vamos al Congreso”. Durante bastantes minutos, a Atocha, procedentes de la Beata, seguían llegando más grupos que, de distinta manera, también querían poner colofón a la jornada, así unos finalizaban entonando La Internacional y otros, Santa Bárbara Bendita (himno de los mineros). La glorieta de Atocha seguía en ebullición. La gente se movía de un lado a otro fotografiando y observando curiosidades. Se veía y oía de todo. Un señor dijo “Unos han venido en bañador”, pues unos jóvenes se habían despojado de sus ropas y cruzaban la plaza en modernos calzoncillos de colores. Por la Cuesta de Moyano hacia arriba había menos gente, circunstancia aprovechada por algunos hombres para arrimarse a los paredones y descargar las vejigas dejando largos regueros de orina cuesta abajo. Hacia las ocho y media atraviesan la glorieta, entre los improperios de la muchedumbre, varios furgones de la Policía Nacional que parecen dirigirse hacia la Avenida Ciudad de Barcelona o la estación de ferrocarril. Los manifestantes llegados desde la Beata se resisten a abandonar, al contrario, se reaniman al paso de la gran batucada, la cual acaba congregando a su alrededor a unos que bailan y a otros que hacen fotos o graban. De esta manera, a ritmo de batucada, un buen número de manifestantes avanza por los carriles centrales del Paseo del Prado mientras que otros con las banderolas de IU, CC OO y UGT se retiran por los carriles laterales o las aceras. Se puede caminar, aunque sea lentamente, entre el incesante flujo de personas que suben y bajan. Parece que las riadas de gente que se retira no acaban nunca. La batucada sigue subiendo por el Paseo del Prado; cuando entonan consignas golpean más suavemente los instrumentos, pero cuando dejan de cantar vuelven a darles con fuerza. A las nueve y diez la batucada, seguida de muchos manifestantes llega a la altura del Ministerio de Sanidad, donde el estruendo acompasado de los tamborileros, que concluyeron allí su fiesta entre aplausos, fue sustituido por el abrupto ruido de las cargas policiales y los gritos de la masa en retirada forzosa.
Hubo un amago de avalancha tras los primeros tiros, pero la carrera cesó pronto y la gente aguardaba con curiosidad y expectación. A las nueve y cuarto se oían ya muchos disparos seguidos. Algunas personas se colocaron cerca de la plaza de Platerías Martínez, situada por debajo del Ministerio de Sanidad y adyacente a calles por las que, en caso de necesidad, se podía huir. En esta plaza había un coche de la Policía Nacional y agentes sin casco que charlaban apaciblemente con un par de manifestantes. La mayor parte de la gente tenía la vista vuelta hacia Neptuno mientras sonaban los disparos. A lo lejos brillaban las sirenas azules de las lecheras. Silencio y murmullos, los ojos bien abiertos. “Hay humo”, exclaman con asombro. Así es, la suave brisa lo trae hacia el Ministerio de Sanidad. Más disparos, más humo y otra avalancha, esta vez de verdad, una carrera muy fuerte que hace que muchos se decidan a huir. Bastantes participantes se adentran por la plaza de Platerías Martínez, luego unos siguen por Huertas y otros, por Alameda. Un joven dice a sus amigos “Vamos despacio que por estas callecitas nos dispersamos y no vienen”. Pero la avalancha sí viene, así que hay que seguir corriendo. En los cruces se ve a la gente corriendo por las vías paralelas, es decir, por las calles de arriba y las de abajo. Es difícil decidir por dónde continuar: si de frente hacia la calle de Atocha o si para arriba por las callejuelas. Algunos se meten en los bares. Hasta los callejones llega ruido procedente de la batalla campal que empezó en Neptuno, a lo que hay que sumar el estruendo que produce el helicóptero que ahora se percibe muy próximo. Por las estrechas calles desiertas la gente sofocada va dejando de correr. Pasa un coche de la Policía Municipal pero ya no hay nerviosismo ni tensión. Hay huidos por la calle de Atocha que van hacia Sol. Sí, retorno a Sol, donde empezó todo tras seguir los pasos de una pancarta que venía de Malsaña.
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viernes, 9 de noviembre de 2012

El PSOE de derechas y hundido. Los votantes de izquierda no perdonan la traición

Un partido se puede definir a sí mismo en un punto del espectro político, mientras que los posibles votantes pueden ubicarlo en otro bien distinto. Así, el PSOE se puede autodefinir como de izquierdas mientras que muchas personas lo sitúan en la derecha, especialmente tras las medidas a favor de la gran estafa ¾ellos eufemísticamente lo llaman “crisis”¾ tomadas por el Gobierno de Zapatero en 2010 y 2011. De igual modo, el PP puede decir de sí mismo que es un partido de centroderecha, cuando para mucha gente es de ultraderecha o franquista, pues las medidas tomadas durante el Gobierno de Rajoy en 2012 de destrucción del estado del bienestar, laborales y represivas revelan no solo que no reniega de esa herencia sino que, además, se siente muy a gusto en ella. Que el PP tome medidas de extrema derecha no parece que le merme muchos seguidores, como se ha visto tras las elecciones en Galicia (octubre 2012), quizá sea porque entre su electorado hay gente muy fiel, incluso fanática. Sin embargo, si el PSOE toma medidas derechistas se hunde electoralmente pues sus votantes, que optaron por una política de izquierda, son tremendamente críticos. El PSOE se ha hundido ¾no como organización¾ sino electoralmente, es decir, perdiendo votos elección tras elección. Este hundimiento hay que entenderlo teniendo presente el siguiente rasgo: el votante de izquierdas no perdona que el partido de izquierdas que ha elegido haga política de derechas, esto es, no perdona la traición. Esta es la clave del hundimiento electoral del PSOE, que una vez pasado a la derecha ya no genera confianza en sus posibles votantes.
¿Cuáles fueron los golpes mortales que llevaron al PSOE a la UCI? Entre las medidas tomadas en el Gobierno de Zapatero durante 2010 y 2011 hay al menos tres que llevaron a muchas personas a vocear con furia “PSOE, PP la misma mierda es”. Esas son:
· ­­Congelación de las pensiones, retraso de la edad de jubilación a los 67 años y bajada de sueldo a los funcionarios. El PSOE se atrevió a perjudicar a los ancianos, un sector al que tradicionalmente había defendido por ser uno de los más vulnerables.
· Indulto a banqueros. El PSOE benefició con ello a los que su posible electorado considera “culpables” de la gran estafa (“crisis”).
· Reforma del artículo 135 de la Constitución. La realizó en pleno periodo vacacional (agosto) junto al PP, y en ella se establece que el pago de la deuda es prioritario. Esta alianza con el PP a favor de los usureros ha sido crucial para su desplome electoral; con ella el PSOE se ha equiparado a la derecha más feroz y ha traicionado el valor de lo humano, de la solidaridad, pues ha puesto por encima de ello el valor del lucro y la rapiña despiadada y, además, lo ha consagrado en la Constitución que de este modo queda mancillada ante los ojos de muchos ciudadanos. Es un error garrafal que su posible caladero de votos no va a olvidar.
Hay más asuntos, sin duda, que influyeron en el hundimiento, por ejemplo: que el PSOE no hiciera nada contra los desahucios mientras gobernó, ni siquiera avanzó con firmeza en lo referente a la dación en pago cuando mucha gente clamaba por ello en la calle desesperadamente. También contribuyeron ¾y contribuyen¾ a hundir el gran buque socialista los personajes estridentes como Joaquín Almunia ¾vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia¾ o Miguel Ángel Fernández Ordoñez ¾gobernador del Banco de España estando el PSOE en el poder¾, cuyas declaraciones abogando una y otra vez por ajustes y reformas que claramente perjudican a los trabajadores y a los más desfavorecidos, el partido nunca desautorizó. Estos personajes se trocaron en sumamente antipáticos para los posibles votantes del PSOE. Es incomprensible que Joaquín Almunia, un tipo que perdió las elecciones y dimitió, siga cortando tanto bacalao en el PSOE. Recientemente ha vuelto a manifestar “veladamente” su apoyo a los recortes y a las medidas de austeridad: considera que se han puesto “peldaños firmes” que servirán para salir de la crisis; en esta misma línea se ha pronunciado la ministra de Empleo y Seguridad Social (PP), Fátima Báñez, que ve “señales esperanzadoras” a pesar del aumento del número de parados. ¿Por qué mantienen en el PSOE a un traidor tan visible? La deslealtad genera desconfianza y pasa factura. No es nada nuevo, ya se lo advirtieron sus votantes a Zapatero la noche de la jornada electoral que le llevó a la jefatura del Gobierno, le dieron un solo recado “No nos falles”, pero les traicionó. Para futuras elecciones, ya nada será como antes.
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lunes, 15 de octubre de 2012

13-O. Cacerolada en Madrid con mucho ruido y…

Llegué en transporte público a Nuevos Ministerios y caminé por el paseo de la Castellana hasta la plaza de Emilio Castelar, punto de partida de la cacerolada de Madrid con motivo de las movilizaciones internacionales convocadas bajo el lema “Global Noise”. Lo primero que puede constatar es que en la manifestación del 13 de octubre de este año había menos gente que en la del año pasado, la del 15-O, cuyo eslogan era “Global Change” y en la que los participantes marcharon sobre la capital organizados en varias columnas. La movilización madrileña de 2012 ha atraído a menos gente ¾a pesar de que las consecuencias del saqueo a los ciudadanos son cada vez más graves¾ quizá por coincidir con el puente del Pilar, quizá por el hartazgo de tanta protesta. La manifestación ocupó los tres carriles centrales de bajada ¾contiguos al bulevar¾ de la Castellana, igual que en el paseo de Recoletos y en  la calle de Alcalá, permaneciendo el resto de carriles abiertos al tráfico de vehículos. Los policías, con el casco prendido en la cintura, caminaban sobre la doble línea continua separando tráfico rodado y manifestantes.
La ruidosa manifestación iba encabezada por las siguientes pancartas: “No debemos, no pagamos” y “No debemos, no pagamos. Auditoría Ciudadana de la Deuda. Desmontando mentiras”. A las seis de la tarde salió por debajo de la plaza de Emilio Castelar, cerca del edificio rojizo (situado a la izquierda) que es sede de la Unión Europea en Madrid, sin incidentes. Recorrió la Castellana pasando por la esquina con la embajada de Alemania (a la derecha), sin incidentes. Llegó a Colón, dejando a la derecha la calle de Génova donde está la sede del PP, sin incidentes. Bordeó la Cibeles, donde está el Ayuntamiento, sin incidentes. Giró hacia la calle de Alcalá por la derecha y pasó cerca del Banco de España, sin incidentes. Frente a la Consejería de Educación y el Ministerio de lo mismo, sin incidentes. Por el número 15 de la calle de Alcalá, con abucheos a una persona conocida a la que gritaron “culpable” e “hija de puta”. Junto al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas custodiado por bastantes furgones y policías, sin incidentes. Si detallo el recorrido es porque ha habido confusión en torno al mismo. Basándome en lo que vi, puedo confirmar que el grueso de esta manifestación no pasó por Neptuno.
A las ocho de la tarde ¾o de la noche porque ya había oscurecido¾  la marcha alcanzó la Puerta del Sol, plaza que, a pesar de que hace poco se ha remodelado, quieren volver a “reformar” ¾o sea, “recortar”¾ para impedir que en ella se manifiesten o acampen los descontentos. Una vez allí, en Sol, los del 15M ¾como suelen hacer¾ se situaron a un lado de la “ballena” (entrada acristalada al tren de Cercanías), el que mira para la calle de la Montera. Alrededor de las ocho y cuarto, unos jóvenes lograron encaramarse a la cúpula de la “ballena” y durante mucho tiempo sujetaron bien extendida esta pancarta: “Deuda odiosa. Referéndum ya. Soberanía monetaria”. También habían colocado más abajo un cartel en el que se leía: “ILP. Dación en pago. Stop desahucios”. Los del 15M intentaban leer un manifiesto o debatir, pero apenas se les oía porque los que iban llegando a la plaza hacían sonar sus cacerolas, sartenes, silbatos, tambores, vuvuzelas o lo que tuvieran a mano; por ejemplo: los que no llevaron nada, sacaron las llaves y las  batían en el aire; otros, los situados al pie de la valla metálica que rodea las obras del que antaño fue el edificio Tío Pepe, daban con sus palmas golpes sobre el metal.
El ruido no cesaba, al contrario, aumentaba según hacían entrada en la plaza los participantes y los diferentes colectivos con sus respectivas pancartas, a saber: ATTAC, Corriente Roja, Izquierda Anticapitalista, Solfónica 15M, ya@flautoas, y las asambleas populares de Carabanchel, Alcorcón, Getafe, Malasaña, Moratalaz, Pinto. Cada vez que entraba un nuevo grupo con sus animadores y su equipo de sonido la consigna “El pueblo unido jamás será vencido” se voceaba con vehemencia. Cuando la mayoría de la gente ya había alcanzado la meta se produjo un estruendo ensordecedor. Todos los cacharros e instrumentos sonaron al mismo tiempo durante unos minutos. Luego a gritos se coreaba la consigna  “No debemos, no pagamos”; bien la voceaban así, toda seguida, bien de forma interrumpida por dos golpes dados con sus cacharros, esto es: “No debemos”, tac- tac;  “No Pagamos”, tac-tac. Sumergidos en este estrépito un hombre de unos sesenta años, bien vestido y arreglado, me pregunta: 
¾¿Por qué dicen “No debemos, no pagamos”?
¾Por lo de la deuda ¾contesté escuetamente.
¾¿Qué deuda? ¿La del Gobierno? ¾Vuelve el señor a preguntar.
¾La deuda privada, que la convierten en pública y estas personas creen que no la debemos pagar ¾respondo dando pistas e intentando no ser pedante.
¾¿La del Gobierno? ¾Vuelve el hombre a insistir.
¾No, la de los bancos, que es deuda privada, pero que con lo de los rescates se convierte en deuda pública. Los ciudadanos vamos tener que pagar el dinero que dan a los bancos más los intereses ¾intenté aclararlo un poco más en medio de aquel ruido.
¾¡Ah! ¡Sí! Les han dado dinero; el Gobierno ¾repite el caballero.
¾Es que como la deuda privada se convierte en pública, la tenemos que pagar entre todos ¾procuro explicar a voces para que me oiga¾. Esta manifestación es porque no queremos pagar esa deuda, la cual nosotros no hemos provocado, con recortes en sanidad y educación, salarios bajos, subida de impuestos, desahucios; por eso dicen: “No debemos, no pagamos”.
¾Pues muchas gracias, pero no te entiendo ¾concluyó el buen hombre y se fue.
La última frase me hundió y me sentí mal por no haber sabido explicarlo. Con mi primera respuesta ¾“Por lo de la deuda”¾ di por hecho que el hombre se percataría del tema y en seguida se ubicaría para entender la protesta. Pero no, no se percató. Luego intenté aclararlo un poco por encima porque en aquellas circunstancias tan ruidosas y hablando a gritos tampoco me podía explayar. Pero, nada. Así que eso, descendí a un pozo negro en el que me sentí inútil total porque aquel señor no me había entendido. Finalmente, después de ir de acá para allá mirando a la gente con cara de estupefacción, empecé a relativizar mi culpabilidad. La verdad es que del fondo de mi alma salió algo que por poco exclamo en voz alta: “¡Joder, es que también el tío, no estar enterado de nada!” No es que el hombre no se haya enterado solo de lo que precariamente intenté explicar, es que parecía estar desinformado en general. Aquel señor no rebatió lo que intenté decir, no me dijo que no estuviera de acuerdo, es que ignoraba. Es la otra cara del problema, la de los que no se suman a las protestas porque ignoran. Sin embargo, hay algo incluso peor: los que no salen a la calle pero no ignoran. Son los que se quejan en las reuniones familiares, en los corrillos del trabajo, del parque o del bar; los que al llegar las seis de la tarde de un sábado cualquiera no acuden a las manifestaciones, con las que están de acuerdo, poniendo las excusas  más peregrinas. Me reconforté observando con respeto y admiración a los que sí estaban, a los que habían subido a la “ballena”, a los que daban cachiporrazos a las cacerolas. Guardé el cuaderno y el bolígrafo en el bolso; saqué un vasito de metal y una cuchara de madera y comencé a hacer ruido con todas mis fuerzas. Mientras tanto, con furia interna ¾o mala leche¾ me decía: “Nueces, lo que todavía sigue haciendo falta son muchas nueces”.


Otras pancartas

“Ni Merkel ni PPPSOE. €urovilencia No!”

“No, Crisis? Atraco”

“Si quieres ganar, lucha sin descansar”

“Democracia económica”

“Contra los recortes. Su deuda no la pagamos. Izquierda Anticapitalista”.

“Abajo el régimen. Juventud sin futuro. Viva la lucha del pueblo sin miedo”.

“Dictadura de los banco, No!

“Precari@, no debes nada, te lo deben todo”

“No al desahucio express. Inquilinos indignados”.

“Banka pública”

“Economía real”

“Para salir de la crisis, suspensión de la deuda. Corriente roja”.

“¿Dónde está el dinero de mi educación?”

“¿Crisis? No, estafa y terrorismo de estado”.

“Recortes sí, pero bajo la cabeza y sobre los hombros”








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viernes, 12 de octubre de 2012

13-O. “No debemos, no pagamos”

Manifestación y cacerolada internacional ¾Global Noise¾ contra el pago de una deuda que no hemos ocasionado.
El 13 de octubre no te quedes en casa porque la banda del Rajao se apropia de tu silencio. Haz ruido, llévate la cazuela, el silbato, la carraca o el tambor y grita: “¡NO DEBEMOS, NO PAGAMOS!”
En Madrid será a las 18:00 horas, desde la plaza de Emilio Castelar (sede Unión Europea) hasta Sol.
Exigencias del Manifiesto:
Exigimos la moratoria en el pago de la deuda hasta realizar una auditoría ciudadana, y repudio del pago de toda aquella deuda que resulte ilegítima por no haber repercutido en beneficio del conjunto de la población.
- La determinación de responsabilidades civiles y penales a los gestores políticos y económicos que han generado la deuda ilegítima.
- La creación de una banca pública, bajo control social, al servicio de las personas y la sociedad y no sometida a otros intereses que los generales.
- La redistribución de la riqueza por medio de un sistema fiscal progresivo y justo que grave más a quien más tiene, y la persecución del fraude fiscal, así como la prohibición de operar en paraísos fiscales hasta conseguir su cierre.
- El cese inmediato de privatizaciones y recortes, y el desarrollo de unos servicios públicos suficientes que garanticen la cobertura de las necesidades de toda la población.
- La regulación inmediata del mercado inmobiliario para acabar con la especulación de un bien de primera necesidad, el establecimiento de la normativa legal que ampare a las personas que necesiten acogerse a la dación en pago, así como la moratoria de los desahucios y la reconversión de pisos hipotecados ejecutados y pisos vacíos para el establecimiento de un parque público de viviendas en régimen de alquiler social.
- La anulación de la reforma laboral y la creación de un nuevo marco laboral que proteja los derechos de las personas trabajadoras. La implantación de salarios mínimos y rentas básicas que permitan cubrir sus necesidades a toda la ciudadanía, así como el establecimiento de salarios máximos.
- La derogación de los tratados y pactos que constituyen la Unión Europea de las grandes empresas y bancos, así como la construcción de una Europa social y democrática.
Más información en las páginas web del 15M. Consulta en ellas el horario y el recorrido de la manifestación en tu ciudad.

jueves, 27 de septiembre de 2012

25-S. Pidiendo democracia y huyendo de la policía como en la dictadura

La tarde era gris, de otoño y hacía algo de frío en Madrid para ser 25 de septiembre. Las personas que se concentraron en la plaza de Cánovas del Castillo ¾conocida como Neptuno por hallarse allí una fuente en honor del dios romano de las aguas¾, mirando a la Carrera de San Jerónimo ¾donde se ubica el Congreso de los Diputados¾, vestían ropas de abrigo (botas, cazadoras, bufandas) mezcladas aún con algunas prendas veraniegas (bermudas, camisetas de manga corta, sandalias). Algunos asistentes llevaban chubasquero, incluso paraguas, porque parecía que iba a llover. Iban pertrechados para las inclemencias climáticas de este puntual otoño, pero no llevaron nada para defenderse de la violencia policial. Los golpes, patadas y porrazos incidían directamente sobre sus cuerpos. La solidaridad y el arrojo de otros manifestantes que tiraban de ellos para arrancarlos de los brazos policiales evitaron que la escabechina fuese mayor. En este 25 de septiembre los ciudadanos que se concentraron mirando, aunque de lejos, al Congreso de los Diputados ¾institución donde supuestamente están los representantes del pueblo español¾ para exigir más democracia fueron brutalmente golpeados y tratados como súbditos, ganado o esclavos. La feroz actuación policial y las reacciones del gobierno del Partido Popular alabándola corroboran lo que los manifestantes sostienen: la supuesta democracia española de 2012 se comporta como una virulenta dictadura que no solo empobrece a su población, sino que también la reprime y vapulea.
“De tanto chorizo como hay, ha ‘venío’ el ‘perrío’”
La marcha desde Cibeles a Neptuno estaba convocada a las cinco y media; un recorrido muy corto a una hora muy temprana, así que la gente seguía bajando por el Paseo del Prado independientemente de la manifestación y de la hora. A las seis lo hacían principalmente por el bulevar y los carriles de bajada; por los de subida todavía rodaba el tráfico. En Neptuno los congregados se hallaban junto a las vallas azules que han puesto en la confluencia de la plaza con la Carrera de San Jerónimo. Después de esta masa humana “compacta” pegada a las vallas había más asistentes, algo más dispersos, por lo plaza de Cánovas del Castillo, tanto a un lado como a otro de la fuente del dios romano. Al norte de la fuente se ubicaban las unidades móviles de los medios audiovisuales, unos andamios y una grúa para captar buenas imágenes desde lo alto. Entre este equipamiento mediático y las zonas ajardinadas más cercanas a la fuente habían colocado unas vallas grises, parecía que para protegerlo, aunque los manifestantes se ubicaban muy próximos a las unidades móviles o, incluso, entre ellas. La fuente de Neptuno, de la cual en todo momento brotaba agua, estaba rodeada completamente por unas vallas de color granate. Se veían policías de pie tras las vallas azules que impedían el acceso a la Carrera de San Jerónimo. También había furgones de la Policía Nacional y agentes de pie en los carriles de bajada del Paseo del Prado y en torno a la fuente del dios del mar¾varias lecheras en dos filas por arriba de la fuente y varias lecheras en dos filas por abajo¾. Estos policías apostados junto a las lecheras que sitiaban la fuente llevaban el casco puesto. Había también un vehículo de la Policía Municipal mirando al poco tráfico que aún subía por el Paseo del Prado. El despliegue policial era asombroso y la gente lo comentaba en los corrillos. Habían visto también parejas de la Policía Nacional en las estaciones del tren de Cercanías o cerca del Ayuntamiento. Un hombre en tono castizo y jocoso, alzando la voz para que lo oigan más allá de su corrillo, suelta esto: “De tanto chorizo como hay, ha ‘venío’ el ‘perrío’”. A las siete menos veinte el tráfico de vehículos está ya cortado también en los carriles de subida del Paseo del Prado. Cada vez había más gente: el goteo de manifestantes no cesó hasta las nueve de la noche. Al principio los congregados eran de edades variadas: desde bebés hasta ancianos, aunque podría decirse que predominaba la gente de mediana edad. Con el paso de las horas ya no se veía público infantil, pero se añadieron muchísimos jóvenes.
Pequeñas banderas rojas o negras sin siglas, sin nada
Como en toda protesta los asistentes portaron banderas y pancartas, además de vocear sus consignas. En esta concentración ondearon varias banderas republicanas y los llegados de otras comunidades enarbolaron su respectiva bandera, como la de Aragón y la de Andalucía. También se pudo ver una bandera arcoíris y otra con la imagen del Che y su lema “Hasta la victoria siempre”. En la parte sur de la glorieta ondearon las banderolas con las siglas CNT/AIT. Sobre la cabeza de un pequeño grupo situado frente a la Carrera de San Jerónimo se veían unas banderas del tamaño de una servilleta, de un solo color, o rojo o negro, y sin siglas o emblema que identificase a algún colectivo. La tela estaba pegada a un mástil que parecía de madera. El número de ellas podría estar entre diez y quince. En cuanto a las pancartas, la mayor parte de ellas hacían alusión a la democracia y a los políticos, las referidas a los recortes del estado del bienestar eran las menos. Pancartas tan escuetas como “No” o “Así, no!” estaban junto a otras también muy breves pero más significativas, por ejemplo, en torno a la democracia: “Abrir un proceso constituyente!”; “Rescatar la democracia”; “Soberanía popular, ya!”; “Democracia económica”; “Libertad de expresión!”; “Antidemocrático golpe de estado, golpear al ciudadano”; “We demand democracy”; “Democracia de verdad”. Respecto a los políticos: “Dejadles salir, tienen que dimitir”; “Políticos, culpables!”; “”Políticos corruptos, sistema podrido”; No nos da para sogas, el que lleve una que levante la mano” ( frase acompañada con el dibujo de una horca con soga); “Aplastemos al Gobierno. No paguemos su deuda. En lucha. Anticapitalismo y revolución” (con el dibujo de un martillo sobre las siglas del PP).
Las consignas voceadas antes de los primeros incidentes con la policía fueron varias veces repetidas pero limitadas: “Dimisión”; “Fuera”; “Que no, que no, que no nos representan”; “Oé, oé, oé lo llaman democracia y no lo es”. La masa apenas cantaba; el ambiente no era festivo, sino de expectación. No obstante, algunos grupos aislados intentaron divertir a la concurrencia. Por ejemplo, cuando pasaba el helicóptero sobre sus cabezas coreaban: “Ito, ito, ito, que se caiga el pajarito”; “Eso, eso, eso, que se caiga en el Congreso”. Un grupito de mujeres con altavoz iban cantando (con la música de “Obí, obá, cada día te quiero más”): “Botín, Rajoy, cada día me roba más…” También sacó unas risas al personal la charla de un hombre que logró ubicarse con una furgoneta en un carril de subida del Paseo del Prado; llevaba megáfono y un cartel sobre el vehículo que entre otras cosas decía: “Atropellado por la justicia alemana, francesa y española”. En otro grupo una mujer joven con altavoz pronunciaba un discurso ecologista. Así transcurría el tiempo, de corro en corro, con gente moviéndose de aquí para allá, hasta que a las siete de la tarde suena un estruendo de silbatos, carracas y gritos. Se oye “Hijos de puta” y “Esto nos pasa con un Gobierno facha”; después, muy fuerte por toda la plaza: “¡Gobierno, dimisión!”. Desde el fondo de la plaza una ambulancia del Samur se abre paso entre la muchedumbre, todo hace pensar que lleva heridos.
Primera avalancha. “¡Parad, parad, que no pasa nada!”
A las siete y diez llega a Neptuno una marcha con la siguiente pancarta en cabecera: “Que se vayan todos”. No se detiene en la plaza sino que continúa hacia abajo; la mayoría de la gente no se une a ellos. Al contrario, los participantes en la concentración cogen sitio en la plaza de Cánovas del Castillo y ya son tantos que la rebasan. Esto hace que haya gente apostada en la acera donde está el Museo del Prado, en la acera donde está el Hotel Ritz y por Felipe IV arriba, que es la calle que separa a ambos insignes edificios. Los manifestantes del norte de Neptuno aguardan sentados en los bancos y el césped del bulevar o, de pie, cerca del palacio de Villahermosa, donde hay una ristra de furgones policiales. Al sur de la fuente, en el bulevar hay dos puestos de banderas y suvenires y más adentro se halla gente descansando bajo la oscuridad de la arboleda. Algunos aprovechan para merendar; otros, hasta para orinar, como dos individuos que lo hicieron de cara a los setos. Un joven sobre una bandera larga y estrecha que está en el suelo escribe: “Mariano, hijo puta. Policía asesina”. En estos carriles de bajada al sur de Neptuno no se ven lecheras de la policía cerca y los congregados charlan relajados en diferentes grupos. Sin embargo, a las ocho la gente se desplaza hacia la derecha, hacia los carriles de subida, chillando: “¡Hijos de puta!”. Sube un furgón policial y la gente continúa voceando: “¡Menos policía, más educación!”. Ya en la plaza se produce una avalancha: la gente corre hacia abajo por los carriles de subida del Paseo del Prado. Un hombre de frente a los que corren ordena a gritos: “¡Parad, parad, que no pasa nada!”. La turba cesa. Ahora también hay lecheras en los carriles de subida del Paseo del Prado, por encima de Neptuno, de ahí que la gente huyese hacia abajo. Se está haciendo de noche y se encienden las farolas. De las sirenas de las lecheras también sale la típica luz de color azul. Los manifestantes vuelven a sus corrillos y comentan los incidentes, lo que han visto, lo que les han contado, que si “una chica con toda la espalda roja”. Son las ocho y cuarto y la tensa espera es de nuevo interrumpida por la marcha que antes bajó por el paseo y ahora regresa; dicen: “Nos movemos”; “Eo, eo, vamos de paseo”. Otro grupo más ameniza la tarde, pero estos son realmente llamativos: van vestidos con harapos mugrientos de pies a cabeza y cantan “Yo soy español, español, español”.
Segunda y tercera avalancha. “Papá, ¿dónde estás, papá?”
A las nueve menos cuarto un buen número de asistentes enlazan sus manos formando una cadena humana. Salen desde el interior de la plaza hacia arriba, por un carril de subida del Paseo del Prado. La cadena se extiende y se extiende mientras sus integrantes corean: “Eso, eso, eso, rodeamos el Congreso”; “El próximo parado que sea un diputado”, “Sí se puede”. La cadena se estira y desde ella algunos pueden mirar casi cara a cara a los antidisturbios que están de pie junto a las lecheras ubicadas en estos carriles de subida. Gritan: “¡No nos mires, únete!”; “¡Échale cojones, que nos faltan eslabones!”. Los policías llevan puesto el casco y algunos llevan escudo. Uno de los furgones policiales hace maniobras para subir hacia arriba. Mientras las realiza da marcha atrás hasta casi rozar a los integrantes de la cadena. Gira y sube. Hay profesionales y manifestantes que lo están grabando y fotografiando. La cadena se suelta y aplaude. Desde el interior de la plaza se oyen petardos o disparos, sea lo que sea, la gente por todas partes vuelve a decir “Dimisión” y “El pueblo unido jamás será vencido”. Aumenta el ruido y con él viene la segunda avalancha. Una chica desde su megáfono suplica: “¡No corráis, que somos muchos!”. La multitud se calma, pero solo unos segundos. Llega la tercera avalancha y la gente corre más deprisa y durante más tiempo. Huyen por todas partes. Un lugar despejado de furgones policiales es la calle Felipe IV. Son las nueve de la noche y desde esta calle se escuchan perfectamente los disparos. Una mujer exclama: “¡Están cargando!”. Los huidos por Felipe IV se paran, se dan la vuelta mirando a Neptuno y aguardan acontecimientos. Pero pocos segundos después la turba se mueve y hay que seguir corriendo hacia arriba. Otra vez se paran, se dan la vuelta y oyen un rumor: “El pueblo unido jamás será vencido”. Los allí parados se unen y lo vocean también. Después, otra voz se aproxima y los allí parados de nuevo contribuyen a propagarla: “Hijos de puta, hijos de puta…” Desde un hotel los curiosos salen a la puerta. La calma no dura nada, no hay lugar para contemplaciones, hay que seguir corriendo. Un chaval avisa: “¡Por la izquierda hay policía!”. La gente que va para un lado se cruza con la que va para otro. La confusión y el pánico son tremendos. Una muchacha corre mirando para detrás: “Papá ¿dónde estás, papá?” La mayor parte de los huidos entran por la derecha en la calle Ruiz de Alarcón; al poco tiempo dejan de correr y van caminando. Pero el reposo es muy breve, viene gente corriendo y los que pasean se ponen nerviosos y corren también. Los huidos se acaban dispersando por los callejones. Al cabo de un rato muchos de ellos se reencuentran en Alfonso XII, calle ya límite con el Retiro. Por el móvil dan noticias de cómo se encuentran. A lo lejos se siguen oyendo las cargas policiales. Una chica se ha puesto la bandera republicana a modo de bufanda; hace algo de frío. Algunos nos dirigimos a la estación de Atocha para coger el tren de Cercanías y regresar a casa. No imaginábamos que en aquel vestíbulo y en aquellos andenes más tarde se desataría la locura. ¿Cómo pudieron todos aquellos policías perder de aquel modo la cabeza? Bueno, tampoco fue tan raro, llevaban haciéndolo toda la noche con la complacencia ¾hasta el aplauso¾ de sus jefes.
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