martes, 11 de octubre de 2011

Por el trabajo decente, contra la impunidad del franquismo y corrillos de discusión en la Puerta del Sol

Seis de octubre, se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente y para ello los sindicatos CC.OO. y UGT han convocado una manifestación a las siete de la tarde desde la Plaza de la Villa hasta la Puerta del Sol, pero es jueves y, por tanto, colectivos contra la impunidad del franquismo también se manifiestan en el mismo lugar. Además, en la emblemática plaza hay corrillos alrededor de los mariachis, las estatuas vivientes o la gente que conversa en tertulia; y están, como siempre, los turistas, los ociosos, los clientes de los comercios y muchos trabajadores que entran y salen del transporte público en su trasiego diario, todo en medio del calor del verano que todavía dura e invita a la vida en la calle. Por supuesto, no faltan las cámaras profesionales y no profesionales y las del propio móvil para fotografiar los mencionados acontecimientos o lo pintoresco del lugar.
Por el trabajo decente
La manifestación por el trabajo decente comienza tarde, pasadas las siete y media. Arranca la marcha con las furgonetas que llevan las banderas de los sindicatos y los altavoces, luego los líderes sindicales, entre ellos Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez , que encabezan la manifestación sujetando una pancarta con el lema de esta convocatoria: “El trabajo decente no es un privilegio”. En torno a los líderes sindicales hay un cordón de protección en el que participan, enlazando sus manos, personas ataviadas con un chaleco rojo de UGT. En el cuerpo de la manifestación abundan las pegatinas de los sindicatos sobre las camisetas, algunas de las cuales son verdes, de las que reivindican la educación pública. Hay pancartas grandes como la de la Federación de Servicios Financieros y Administrativos en la que se lee: “Empelo, protección social y economía productiva”. La de las Juventudes Comunistas: “Juntos hacia otra huelga general. Contra los recortes y las políticas neoliberales”. También ondea una bandera republicana enorme en la que han prendido un cartel que dice: “Huelga general. Sobran 5.000.000 de razones”. En las pequeñas pancartas, de esas que son un papel pegado a un palo, se exhorta al pueblo pasivo a moverse, se rechazan los recortes, se alude a los banqueros y a la crisis. Ejemplos: “Sin luchar, ni pan ni libertad”; “Al pueblo cobarde, roban de balde”; “Pueblo manso, buen esclavo”; “Pueblo pendón, vota al ladrón”; “Tijeretazo, tijeretazo”; “Recortar, robo legal”; “Recortar a banqueros y al clero”; “La banca, ya, al banquillo”; “Nos mandan a paseo y siguen su saqueo”; “Fuera trampas, no es crisis, es estafa”, “Violencia es cobrar 600 euros”; “Tu botín, mi crisis; “Sin pan, no habrá paz”.
A las ocho y cuarto los manifestantes entran en Sol y se ubican frente al escenario situado a un lado de la estatua de Carlos III montado a caballo. Como fondo de escenario, de nuevo el lema de esta jornada por el trabajo decente al que han añadido: “El empleo y las personas primero”. Una voz femenina, otra masculina y una joven que domina el lenguaje para sordomudos transmiten un manifiesto a todos los allí congregados. Hay gente que se sienta a escuchar o a descansar en el bordillo que rodea las fuentes, no queda un hueco. Algunos sindicalistas pinchan sus banderas en la tierra que cerca la fuente, junto a las flores, pero con cuidado para no tocarlas. El acto acabó antes de las ocho y media.
Solidaridad con las víctimas del franquismo
La manifestación por el trabajo decente es sucedida por la de la memoria histórica. Si en la primera la edad de los asistentes es variada, en la segunda predomina la gente mayor. Daban vueltas por la plaza de la Puerta del Sol y en cabeza una pancarta roja: “Contra la impunidad. Solidaridad con las víctimas del franquismo”. El resto de manifestantes portaban fotos de los fallecidos, entre ellas las de Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández con la leyenda “Nunca más”. También llevaban la bandera republicana, claro. Sus consignas a través del altavoz: “Verdad, justicia, reparación”; “Tenemos memoria, queremos justicia”; “Hay que juzgar al franquismo criminal”; “Los crímenes del franquismo no prescriben”. Mirando hacia lo que actualmente es la sede del gobierno autonómico ¾el edificio del reloj¾ los manifestantes coreaban: “En esa casa se asesinaba, en esa casa se torturaba y ahora es la cueva del PP”. A las nueve de la noche el grupo se detiene, como antes lo hiciera el otro, junto al caballo con el rey ilustrado; éstos, sin escenario, comienzan su conferencia. Los curiosos se acercan, ahora los jóvenes escuchan a los mayores con un silencio sumamente respetuoso. Un orador rememora la vida de una camarada recientemente fallecida, la cual luchó contra el franquismo que la detuvo y la torturó. Otro orador recuerda la historia de la enseñanza pública durante la II República, las vicisitudes padecidas por los maestros durante la dictadura y, finalmente, su discurso viene a los tiempos presentes para denunciar el desmantelamiento del estado del bienestar. Concluye diciendo que se está volviendo para detrás; cosecha aplausos. Después se procede a guardar un minuto de silencio, que los manifestantes mayores realizan con el puño en alto y los jóvenes, en puro silencio y quietud. Inmediatamente, como un ritual, los mayores gritaron: “¡Viva la República!”. Los del corrillo: “¡Viva!” El acto terminó con la recogida de firmas para poner una placa donde se ubicó la Dirección General de Seguridad.
Tertulia en la plaza
Al mismo tiempo que los de la memoria histórica celebran su acto de los jueves, a un lado de esa especie de bóveda o cúpula acristalada que da entrada al tren de cercanías, hay otro corrillo de gente de diversas edades que debaten pasándose un micrófono. Unos escuchan sentados en el suelo, otros, de pie. Por turno toman la palabra. Una señora habla del capitalismo, un señor dice que manda la ultraderecha, un joven cuestiona el actual sistema democrático, otro le contesta que el poder es inevitable. Los conceptos cada vez son más abstractos, parece que filosofan. Poco más allá de este corrillo, mirando hacia la calle de Alcalá, hay otro que escucha a un solo hombre que escribe y dibuja con rotulador sobre una pizarra; éste habla de Cristo.
Son más de las nueve de la noche y casi todo acaece al mismo tiempo o inmediatamente después. Las estatuas vivientes se toman un descanso pero no se van. Los que están disfrazados de personajes infantiles parece que acaban su jornada. Bob Esponja se quita eso, la esponja, y se queda con los zapatones negros mientras charla con alguien. Dos muñecos¾uno azul y otro rojo¾, similares a los monstruos de las galletas de Barrio Sésamo, se relajan y también conversan. Un león de terciopelo brillante bebe agua de una botella y come un bocadillo. Sol seguía siendo un imán para los transeúntes, un hervidero a fuego lento cuando entraba la noche.
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1 comentario:

  1. Loli dijo
    ¡Gran post celeste!.
    Un fuerte Abrazo.

    12 Octubre 2011, 11:04

    Celestepv dijo
    Loli, me alegra tu visita.
    Muchas gracias.
    Un abrazo.

    12 Octubre 2011, 16:17

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