¿Qué se entiende por violencia? ¿Cuántos tipos de violencia se reconocen? ¿Qué tipo de violencia se condena y por quién? La respuesta a estas preguntas va a depender de los diferentes actores en el terreno político, especialmente si son antagónicos; esto es lo que está ocurriendo con los actores dominantes y los emergentes durante el Crisismo. Mientras que las élites económicas y políticas (los crisistas) no consideran violencia los estragos sociales producidos por la supuesta “crisis económica” ni por las políticas de “austeridad”, como mucho lo llaman “sacrificios”, los movimientos sociales y de protesta, (los anticrisistas) —que se oponen a esas políticas— sí consideran dichos estragos violencia y lo denuncian durante las manifestaciones en las frases de sus pancartas y en las consignas que vocean. Para denunciarlo en ocasiones emplean la palabra “violencia”, por ejemplo “Violencia es no llegar a fin de mes”, pero utilizan con más frecuencia términos que aluden al crimen, al delito: “No son suicidios, son asesinatos”; “Los recortes en sanidad, crimen legal”; “Tenemos la solución, los banqueros a prisión”; “Genocidio financiero”; “Reforma laboral, esclavitud del siglo XXI” “Este sistema no es una democracia, es una mafia”, etc. Similares ideas y expresiones también afloran en las asambleas populares o en los encuentros que desarrollan en calles y plazas y, por supuesto, en internet a través de sus páginas web y la participación en redes sociales.
Los actores dominantes y los emergentes, es decir, los crisistas y los anticrisistas no solo se oponen por llamar a las mismas realidades con diferentes nombres, como se sabe lo que para los primeros es “crisis” y “austeriedad” para los segundos es “estafa” y “austericidio”, sino que tienen una concepción muy diferente de lo que puede ser considerado violencia en cuanto a las decisiones políticas se refiere. En el discurso dominante no se cuestionan ni son reprobables las políticas económicas brutales que causan una gran desolación social, por tanto, se puede ejecutar sin más el desmantelamiento del Estado del Bienestar al mismo tiempo que se suben los impuestos, hacer reformas laborales que impliquen reducción de los derechos de los trabajadores o leyes abusivas en beneficio de bancos y grandes corporaciones. Por su parte, los anticrisistas ponen en entredicho esa opinión dominante al considerar “violencia” esas medidas económicas que provocan un devastador impacto social, máxime cuando consideran que los grupos hegemónicos económicos y políticos que las imponen siguen enriqueciéndose y conviviendo con la irresponsabilidad, la corrupción, el abuso o el delito.
Una opinión emergente
En consonancia con los términos Crisismo, crisistas y anticrisitas, emplearé la expresión violencia crisista para referirme a un concepto o una idea aun difusa, pero denunciada por los manifestantes, por tanto, contenida en el discurso y en el pensamiento de una parte de la opinión pública. Lógicamente, no sé cómo se llamará esta idea de violencia en el futuro si es que acaba “afianzándose”, pero de momento la expresión violencia crisista me servirá para aludir a lo que es tan solo una opinión emergente. Si pasa a convertirse en una idea compartida por más sectores de la población, más difundida por los medios de comunicación, más valorada en la vida política, quizá sea un día opinión dominante, y quién sabe si tendrá la misma consideración que otras formas de violencia que son castigadas por las leyes. Hoy por hoy, resumo sus principales rasgos de esta manera:
· La violencia crisista es una opinión emergente.
· Esta idea de violencia se refiere a políticas socioeconómicas que causan un devastador impacto social.
· En el discurso anticrisista se atribuye a la clase económicamente dominante que en connivencia con el poder político tienden a comportamientos abusivos, irresponsables y delictivos, los cuales nos llevaron a la “crisis” y nos impiden salir de ella.
· Se denuncia donde se desarrolla, en la democracias representativas.
La violencia criminal es la que hacen desde las instituciones para quitar a unos y repatrir entre amiguetes. Tu lo explicas mejor pero las conclusiones las mismas. Ya les dedique mas de un post como ladrones y mafiosos. Si hubiera justicia internacional estarían entre rejas. Claro que si otros asesinan y no pasa nada, aparecerán como buenos encima. Un abrazo y gracias por hablar tan claro.
ResponderEliminarHola Carlos:
ResponderEliminarCreo que cada vez más gente está de acuerdo en que esto es violencia. Todo lo que están haciendo causa un enorme daño social. Recortes y austeridad y más austeridad, abusos, corrupciones, saqueo de lo público, etc. Muchos pensamos que el impacto de esto es tan brutal que llega a matar. Para colmo, lo de las ramas de los árboles "terroríficas", que dicen que es también por los recortes en jardineros y demás.
Muchas gracias, Carlos.
Como dijo Gandhi..."Me opongo a la violencia, porque cuando parece causar el bien éste sólo es temporal, el mal que causa es permanente"
ResponderEliminarSaludos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarTambién parece permanente esta sutil violencia de la clase dominante.
EliminarGracias. Saludos.
Interesante y esclarecedor artículo, Celeste.
ResponderEliminarLa forma en que manipulan el lenguaje (en medios de comunicación, por ejemplo) es una marca más de cómo se están quedando solos, o eso quiero pensar,...
La lejanía de poderes fácticos de la sociedad civil es abismal, mientras eso no se solucione dudo mucho que lleguemos a un entente cordiale...
Besos
Hola Inma:
EliminarLa manipulación es la clave; por eso hay que desenmascarar tantas cosas. En mi opinión, esa tarea la están haciendo los anticrisistas.
Muchas gracias. Un abrazo.
Hola, Celeste, buenas tardes.
ResponderEliminarViolencia es todo aquello que se utiliza para agredir.
¿Cuántos tipos de v…? Infinito. Depende de la capacidad imaginativa y los recursos de quien agrede.
La que se condena, dices…? La que interesa según quienes la juzgan.
Ahora que… si se trata de terreno político… apaga y vámonos. Porque, al menos en mi punto de vista, su sola presencia ya es violencia. Cada respiración de un político puede suponer la muerte de un inocente.
Y, si les añades además los enfermos codiciosos más graves (tú dices élites económicas) pues, hasta por nacer le pueden matar a uno…
Lo que «esos» (no se merecen ni un nombre) consideran o no consideran, ten en cuenta que será todo marketing. Hay que cribar todo lo que dicen y luego analizarlo con lupa. En sus palabras, lo que va siempre por delante es la manipulación, el engaño, la desinformación… etc.
Lo que me preocupa mucho últimamente es que cuando hay un movimiento social de protesta, utilizan toda su mala educación y su agresividad (violencia) en ofender, descalificar e insultar sin cortarse para nada. Esa soberbia tan agresiva al pueblo quien primero la usaba así sin más era el psicópata Aznar, y estos secuaces la circundan. Esas formas de hablar, son totalmente, no solo violencia, sino falta de respeto y desprecio al pueblo.
En la situación actual… está bien claro: todo lo que está sucediendo, recortes, agresión a las instituciones públicas, trabajadores sin derechos, paro, pobreza, etc., es provocado… les está saliendo todo según sus planes que ellos han planeado… El país está totalmente como ellos quieren que esté.
Esto que sucede, es lo que esos quieren que suceda. Está más claro que el agua.
Los nombres que le demos a un proceso o cualquier hecho, es secundario, todo esto es debido a la agresión intencionada, y planeada, a la sociedad, especialmente al Estado del Bienestar, el cual «esos» odian, como odian la democracia, y odian que un obrero se pasee por ahí con una table, un smartphone, pantalones de marca, etc… esas cosas «esos» las odian…
No sigo. Se me entiende todo.
Gracias por este artículo.
Un saludo de Juande
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En mi opinión los nombres que damos a los hechos son importantes; no es lo mismo llamar "crisis" al colapso económico ocurrido en 2008 que llamarlo "estafa". Creo que en este caso el nombre cambia sustancialmente nuestra idea de la realidad y de cómo hemos de enfrentarnos a ella.
ResponderEliminarGracias Juande. Me alegro de que sigamos viéndonos por aquí.
Abrazos
Celeste: estoy contigo con lo que nos expones de forma sencilla...creo que tanto recorte, tanta austeridad...todo lo que está pasando en nuestro país..es violencia.
ResponderEliminarÁgueda, muchas gracias por tus palabras.
EliminarSaludos.
Me parece muy bien esa crítica de la perversión a que se lleva interesadamente el lenguaje, porque el lenguaje es la esencia de la política: la política se basa en la palabra y manipularlas es una manera de bloquearla. No es casual que el principal crítico de la política exterior yanqui sea un linguïsta, Chomsky. Estoy seguro de que el mismo Wittgenstein hubiese hecho un análisis estupendo del actual uso de las palabras que hacen pp y psoe en España. Imposibilitan cualquier discusión o negociación de nada con un discurso lleno de engaño. Lo de la crisis es de psiquiatra: los que la han creado ahora se presentan como los únicos que nos pueden salvar de ella, con nuestro sacrificio. Un saludo.
ResponderEliminarPues sí, esto que me da por llamar "Crisismo" se lleva acabo con grandes dosis de manipulación. Espero que los anticrisistas la puedan seguir desmontando, pero no olvidemos que hay gente que se cree el discurso dominante sin más y que los medios de comunicaciónlo lo difunden sin parar.
EliminarMuchas gracias.