domingo, 1 de abril de 2012

La Puerta del Sol, hasta la bandera (republicana) en el día de la huelga general

El jueves 29 de marzo, el tren de Cercanías cumplía los servicios mínimos y, entre las seis y las siete de la tarde, sus vagones iban a rebosar. En la estación de Atocha había tanta gente que los presentes, que llegaban de diversas zonas de la Comunidad de Madrid, en el propio andén empezaron a gritar: “Huelga, huelga, huelga general”; “Luego diréis que somos cinco o seis”. Ya en la calle, unos iban hacia arriba, por el Paseo del Prado, para unirse a la manifestación convocada por las centrales sindicales CC OO y UGT, que comenzaba a las seis y media en Neptuno y terminaba en la Puerta del Sol; y, otros, caminaban hacia abajo, por el Paseo de las Delicias hacia la plaza de la Beata María Ana de Jesús, tranquilamente, pues otra manifestación comenzaría pasadas las siete; esta última estaba convocada por CGT Madrid, CNT Federación Comarcal Sur, Solidaridad Obrera y SAS (Sindicato Asambleario de Sanidad), y contaba con el apoyo de Ecologistas en Acción y Asambleas del 15-M. Los que iban hacia abajo, luego tuvieron que recorrer el Paseo de las Delicias otra vez hacia arriba, ya que la marcha empezaba en la Beata y acababa en Neptuno. Los recorridos de ambas protestas se podían enlazar (Beata‑Neptuno‑Sol); de hecho, el bloque del 15‑M avanzó desde la plaza de la Beata hasta Neptuno, donde simplemente hizo escala, pues al grito de “¡Vamos a Sol!” para allá se encaminó.
Desde la Beata a Neptuno: “Cerrad por un día, cabrones”
En la pancarta de cabecera, además de aparecer los nombres de los convocantes y grupos de apoyo, había este lema: “Huelga general. Contra los recortes, la reforma laboral y los pactos sociales”. También había pancartas por sectores, por ejemplo: “Por un futuro para los trabajadores de RTVE. CNT”; “En la pública tod@s pintamos. Madrid. Enseñanza. CGT”. Los colores predominantes en esta marcha eran el rojo y el negro, separados en diagonal en las banderolas de CGT y CNT, y en horizontal en las de Solidaridad Obrera. Izquierda Anticapitalista llevaba banderas de colores y una original pancarta: “Hay que continuar… hasta enterrarlos en el mar”. El color naranja lo puso el Partido Humanista y el verde los defensores de la enseñanza pública con una pancarta gigante en la que ponía: “Profesores y maestros interinos”. El 15‑M portaba una pancarta amarilla también muy grande con el dibujo de un sol y el siguiente texto: “Bloke 15‑M. No recortes. No reforma”. Entre otras, estaban las pancartas de las Asambleas Populares de Lavapiés, Malasaña, Villaverde, Majadahonda Coslada y Velilla. Los de la Asamblea de los Austrias sujetaban esta pancarta: “No es reforma, es derribo”. Los de la plaza de Dalí: “X mí y x mis compañer@s”. Los de Puente de Vallecas: “No es crisis, es estafa. Reforma laboral, nazi total, total”. Los de Vicálvaro repartían octavillas con esta pregunta: “¿Sabías que se condena a los parados de larga duración que ya no cobran ninguna prestación a no encontrar nunca un trabajo, ya que esta reforma ofrece incentivos fiscales a las empresas que contraten a personas que están cobrando el paro?”
En la marcha había mucha gente de todas las edades, pero sobre todo jóvenes, una batucada y bicicletas, bastantes bicicletas con el ciclista a pie. Una joven ciclista tenía en su espalda una pancarta casera en la que se leía: “Brilla, ilumina, sueña, lucha”. Un joven papá había colocado sobre el cochecito de su bebé esto: “Dignidad o esclavitud. Qué futuro me espera. Luchad por mí”. Otros se quejaban porque, a pesar de ser muchos, precisamente el día de la huelga general no son visibles: “Yo hago huelga, pero no computo. Parados, precarios, amas de casa, pensionistas…” Otros proponían cambiar el mundo de raíz: “Stop Nuevo Orden Mundial y su crisis del capital”. Todos estos manifestantes habían plasmado sus reivindicaciones y protestas en una lona, un cartón o un papel, pero también asistieron otros que se dedicaron a escribir sobre la marcha, a toda velocidad y a cara descubierta con botes de pintura en espray sobre las paredes, cristales y cajeros automáticos de las sucursales bancarias. Sobre la pared de Bankia: “Culpables”; “Ladrones”; “Sin ellos, nosotros”; “Fuck NWO”; “Stop NWO”. De la palabra “Huelga” no se libraron Caja España, ni el Santander, ni el BBVA.
El Paseo de las Delicias se asemeja bastante a una calle de barrio en la que, además de bancos, hay bares y comercios. Algunos de estos últimos estaban abiertos, mayormente los de los vendedores chinos. Un grupo de cuatro o cinco jóvenes ¾chicos y chicas¾ se acercaron a un establecimiento de alimentación que tenía la puerta abierta y en cuyo interior había luz y un dependiente oriental. Los jóvenes, sin disimulos ni titubeos, tiraron de la persiana metálica en forma de red hasta que la cerraron, mientras otros chavales desde la manifestación voceaban: “Cerrad por un día, cabrones”. Otros comercios de alrededor echaron la persiana y dieron por concluida la jornada de trabajo antes de lo habitual. El chino, no. Cuando los jóvenes se fueron, volvió a subir la persiana; el establecimiento volvía a estar abierto. Entraron dos clientes, pero, como se acercaban más manifestantes, el chino, por sí mismo, decidió bajar la persiana nuevamente, esta vez con los clientes dentro. El chino y su trajín: que los manifestantes se acercan, cierra; que los manifestantes se van, vuelve a abrir.
En Neptuno: “¡Vamos a Sol, vamos a casa!”
Desde Atocha a Neptuno, por el Paseo del Prado, la manifestación se tornó muy ruidosa con petardos fortísimos, canciones, consignas voceadas y bailes. Como viene siendo habitual se corearon los cánticos de siempre combinados con otros creados en especial para la ocasión. “Arriba, arriba, arriba / arriba, todos a luchar / que se metan por el culo, que se metan por el culo / la reforma laboral”, fue el más coreado junto a los tradicionales: “El pueblo, unido, jamás será vencido”; “Viva la lucha de la clase obrera”; y “De Norte a Sur, de Este a Oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste”. Con la música del Submarino Amarillo de los Beatles se entonó “Marianito, tienes un marrón, tienes un marrón, tienes un marrón”. Pero no todo fue tan melodioso, con cabreo se gritó: “Mariano, no llegas a verano”. La gente está muy enfadada y las palabras malsonantes se destinan a los que nos gobiernan y a los banqueros de renombre. Imitando aquella frase tan peculiar de Jesulín de Ubrique, se exclama: “En dos palabras, sin‑vergüenza”; “En dos palabras, hijo‑puta”. Un mismo cántico en el que solo cambian los protagonistas acaba así: “Mariano, muérete”; “Aguirre, muérete”. El pueblo está harto: “Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra”; “Si esto no se apaña, caña, caña, caña”.
La manifestación entra en Neptuno como si llegase a una meta. En lo alto, sobre las cabezas, espera la pancarta de CC OO y UGT que dice: “Quieren acabar con todo”. También les recibe un camión con música de gaitas y hay jóvenes bailando sobre la calzada. Sin embargo, para gran parte de los manifestantes se trata solo de una meta intermedia. A las nueve de la noche, el bloque del 15‑M se pone al frente con su enorme pancarta amarilla y gritan: “¡Vamos a Sol!” Posan unos minutos para que los fotógrafos y camarógrafos hagan su trabajo y, luego, mientras avanzan: “¡Vamos a Sol, vamos a casa!”; “Nosotros, a Sol; ellos, a la sombra”. Este grupo hará ahora el trayecto que ya hizo la otra manifestación ¾la de CC OO y UGT¾, aunque con la vía más despejada y, por tanto, más deprisa.
En el camino, los manifestantes si ven policía vocean: “Ser policía, vergüenza me daría”. Si pasan por la sede del Ayuntamiento, “Ahí está la cueva de Alí Babá”. Si por el Banco de España, “Culpables”. Y si ven que hay viandantes que les observan: “A ti que estás mirando, también te están robando”; “No nos mires, únete”; “Vecino, alerta, el paro está en tu puerta”. No obstante, por la calle de Alcalá los mirones les aplauden y les acompañan cantando sus consignas. Los manifestantes no se cansan, al revés, enfilan la cuesta de Alcalá con ánimo renovado. Incluso, cerca de la Puerta del Sol, chillan muy fuerte a la policía: “No es ilegal la voz del pueblo”. Los agentes retiran un furgón del medio de la calzada y los manifestantes continúan hasta donde pueden porque Sol ya está a tope. Entran cantando otra vez más: “Arriba, arriba, arriba / arriba, todos a luchar / que se metan por el culo, que se metan por el culo / la reforma laboral”. Todos, los que están y los recién llegados, arman un estruendo impresionante con aplausos, silbatos, tambores y gritos. Se aplauden, se congratulan. Está lleno hasta la bandera, nunca mejor dicho. Alguien ha conseguido subir al edificio que en otros tiempos tenía un cartel luminoso de Tío Pepe y que ahora está en obras, y, a través de la red verde que cubre la fachada, ha sacado el brazo para hacer ondear una bandera republicana. Los más cercanos miran hacia arriba, jalean y aplauden su hazaña.
Bicicletas y patines
Son las nueve y media y en Sol no cabe ni un alma más. Muchos jóvenes ya se han sentado en el suelo, donde se suelen celebrar las asambleas. Otras personas caminan entre pisotones y codazos para aproximarse a las bocas del Metro o del tren de Cercanías, aunque, cuando lo logran, se dan cuenta de que están cerradas. Nadie puede entrar y nadie puede salir. De nuevo, ante manifestaciones multitudinarias, las autoridades cierran el acceso al transporte público en Sol, pero esta vez es un día de huelga general con servicios mínimos. Los que se quieren ir, buscan una salida. El Metro está cerrado también en Gran Vía y, en Banco de España, los conductores no paran porque los vagones ya van cargados de pasajeros. Las calles repletas de gente durante más tiempo.
En el Paseo del Prado, en el carril de subida, hay varios vehículos de limpieza y operarios realizando su tarea. Es el único tramo libre de latas de refrescos, botellas de plástico, octavillas y otros residuos generados durante las protestas. Es un placer pasear sin tener que aguantar la circulación de automóviles. Todavía quedan por la zona muchos agentes y vehículos de la Policía Nacional y Municipal. Todo parece realmente apacible hasta que, de repente, a las diez de la noche unos cuantos ciclistas y patinadores (hombres y mujeres) entran por Atocha y enfilan el Paseo del Prado. Primero parecían pocos, pero después llegaron más, y más, y muchos más pedaleando a cierta velocidad. Son los de Bici Crítica que realizan este tipo de actos por la ciudad los últimos jueves de cada mes desde las ocho de la tarde. La Policía en coches y motos con las sirenas encendidas suben por el carril bus. Un nutrido grupo de manifestantes, que se dirige a la estación de Atocha para regresar a casa, aplaude a los que van en bicis y patines pues no sólo traen aire fresco, también constituyen una hermosa estampa para finalizar esta jornada de lucha.
Por la glorieta de Atocha y la avenida Ciudad de Barcelona ya se ha reanudado el tráfico. Se ha vuelto a la normalidad. Casi. El primer acceso en la calle a la estación de Atocha está cortado por una barrera formada con agentes de la Policía Nacional; así que hay que ir hasta el segundo acceso, allí hay otra ristra de ellos, pero en fila junto a la pared, sin impedir el paso. Los que nos envían a tantos policías para reducir las entradas de los transportes públicos ¿qué se creerán que vamos a hacer? ¿Qué podemos hacer nosotros que sea peor que lo que ellos nos están haciendo?
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3 comentarios:

  1. Cordura dijo
    Buenas, muy buenas preguntas finales.

    Desde luego, yo estuve y había mucha más gente que en las previas. Hasta la bandera, sí (aunque yo creo que están de más las banderas republicanas, no vienen a cuento, solo sirven para espantar a personas que vendrían en otros casos, y para dar argumentos a la Derechosa).

    En fin, gracias por el interesante relato. Saludos cordiales.

    01 Abril 2012, 12:13
    VERDATU
    VERDATU dijo
    Pero, ¿qué te crees, Mariano,
    que por tus santos cojones,
    sin atender a razones
    y fumándote un habano,
    puedes a este pueblo llano
    doblegar sin indulgencia
    en la señoril creencia
    de que la crisis los pilla
    sin ánimo, de rodillas
    y prestos a tu obediencia?

    Fui uno de muchos que llevaron la bandera republicana en Sol. Me la sudan los que se espantan del símbolo y no de la que está cayendo.

    Saludos

    01 Abril 2012, 13:20

    Carlos M dijo
    Celeste guapa, tu eres masoquista ja ja ja. Como si no se entiende que te metas a la hora de la mani en un tren de cercanías, luego en Sol, la marcha con los indignados y luego regreso a Atocha....Ya no solo eres mi "héroa" ya pasas a ser la hostia.
    Me encanta tu relato por la calidad de siempre y porque es mucho mas cómodo que hacerse el recorrido entero ja ja. Y la verdad es que conociendo otros tuyos es como estar en el sitio realmente.
    ¿La bandera republicana? pues como la "parrala" unos dicen si y otros dicen no. Exactamente lo mismo, que la roja, la verde la amarilla o la china. A todos nos gustan unas mas que otras y preferimos unas pancartas a otras y unos "dichos" a otros.
    ¿Y que mas dá si todos íbamos contra la reforma laboral?
    Ya estan los pedorros del socialismo obrero con la tontería de sumarse ó no por tal o cual. Que se vayan al pijo como hermanísimos del PP y vayamos los demás juntos contra el robo sistemático.
    Un besazo guapetona y cuidate esa "milanesa" para el 1º de Mayo.

    01 Abril 2012, 19:27

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  2. Celestepv dijo
    Hola Cordura:

    Lo de la bandera republicana sólo es una anécdota, tampoco creo que tenga mayor importancia o, al menos, no tanta como para dejar de acudir a una protesta, espero. Además en las manifestaciones cabemos todos, la gente es muy variada.

    Muchas gracias
    Saludos.

    01 Abril 2012, 19:32

    Celestepv dijo
    Hola Verdatu:

    A mi me parce que a Mariano lo maneja todo el mundo. Antes lo manejaba Aznar y ahora es la marioneta perfecta para Bruselas, Merkel y toda esa panda.

    Gracias. Saludos.

    01 Abril 2012, 19:39

    Celestepv dijo
    Hola Carlos:

    Es verdad que caminé un rato. Desde la Beata a Sol, la policía cierra Cercanías en Sol y no me queda más remedio que bajar a la estación de ATocha. Luego, mi tren tardó casi dos horas en llegar. Mi pie estuvo bien todo el rato hasta que se enfrió esperando el tren. Ahí me empezó a dar la lata, pero pude asistir a las manis y regresar a casa a las doce y pico de la noche.

    En el viaje de ida a Madrid fuimos enlatados. Una señora mayor se colocó entre los cuatro asientos, esos que dentro del tren forman conjunto y se miran unos a otros. Estaba gordita, bueno, gorda. Se apoyaba en el cristal con una mano y con la otra en su marido que iba a mi lado de pie, yo sentada. Le digo a la señora que si se quiere sentar, me dice que no que luego le cuesta levantarse. Así que no veas que viaje para llegar a las manifestaciones. El compañero de asiento tenía que ir retorcido mirando al cristal; yo, retorcida mirando al compañero y con el barrigón del marido apoyado sobre mi hombro. ¡Ay! Todo sea porque tenemos que seguir luchando.

    Lo de la bandera creo que es lo de menos.

    Muchas gracias. Un abrazo.

    01 Abril 2012, 20:17

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  3. Guillermo Martínez dijo
    Hola Celeste, he estado unos días fuera y a la vuelta......se ve a los PPeros muy preocupaados con la huelga,,,,,,,,,,,10000 millones en educación y sanidad, además de la subida del metro, estamos apañados.
    Un abrazo.

    10 Abril 2012, 12:36

    Celestepv dijo
    Hola Guillermo:

    Desprecian totalmente al pueblo al que se deben; desprecian sus huelgas y sus manifestaciones; desprecian el sufrimiento de la gente. Solo aprecian el dinero para sí mismos.

    Saludos.

    11 Abril 2012, 10:29

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