El veinte de septiembre a las seis y media de la tarde, la manifestación por la educación pública salió de la plaza de Neptuno ¾ en el mismo lugar y a la misma hora que la que se celebró el miércoles pasado¾, recorrió el paseo
del Prado en dirección a la glorieta de Cibeles, luego torció por la
calle de Alcalá (en dirección metro de Sevilla), donde se ubican la
Consejería de Educación y Empleo de la Comunidad de Madrid y el
Ministerio de Educación; finalmente, en la plaza de la Puerta del Sol se
leyó un manifiesto por parte de los convocantes. Pero la marcha fue
mucho más que eso.
Profesores,
maestros, padres, madres, alumnos (de primaria, secundaria y
bachillerato) y más ciudadanos procedentes de las distintas localidades
de la comunidad autónoma iniciaron el recorrido, muchos de ellos
portando pancartas en las que figuraba el nombre de su colegio o
instituto; y muchos, además, iban ataviados con camisetas verdes en las que se podía leer: “Educación pública: para tod@s de tod@s”. En
la cabecera de la protesta ondeaban las banderolas de los sindicatos y
desfilaba la pancarta principal con el lema: “La educación no es gasto,
es inversión. No a los recortes”. Pero también la marea verde había
elaborado sus propias pancartas. Algunos de los textos eran los
siguientes: “Mis alumnos también son excelentes”; “No es país para
jóvenes”; “La mala educación. Un film de Esperanza Aguirre”; “Más
inversión en educación, menos despilfarro”; “Con el futuro de nuestros hijos no se
juega”; “Antes de Lucía la educación lucía”; “Se vende instituto
público” con dibujo de teléfono incluido imitando los carteles de las
inmobiliarias para vender pisos. En alusión a los recortes también
desfilaban tijeras abiertas de cartón y coloreadas en rojo.
Como
en toda manifestación reivindicativa se vocearon consignas y se
entonaron cánticos. Unos eran específicos, es decir, sobre la enseñanza
pública; otros ¾ muy conocidos por Madrid¾ eran
de rechazo al conjunto de la política desarrollada por Esperanza
Aguirrre; y algunos se referían a la crisis y al descontento con los
partidos políticos mayoritarios. A continuación un poco de todo ello:
“El patio de mi cole
es particular
si no tienes dinero
no puedes entrar.
Agáchate
y vuélvete a agachar
que si te ve la Espe
te hace pagar.
Hache, i, jota, ka, elle, eme, a,
si no nos hacen caso
volveremos a empezar”.
"Los buenos estudiantes tenemos un deseoes particular
si no tienes dinero
no puedes entrar.
Agáchate
y vuélvete a agachar
que si te ve la Espe
te hace pagar.
Hache, i, jota, ka, elle, eme, a,
si no nos hacen caso
volveremos a empezar”.
que para la privada no haya dinero.
Dinero pa’lla,
dinero pa’ca,
Pública pa’lante
privada pa’tras".
(Esto se baila, claro).
“¡Oh eh oh eh oh eh oh ah!
A Esperanza le queremos preguntar:
¿cuántos negocios se van a montar
con la educación y la sanidad?”
“Que la detengan
es una mentirosa, f…. y peligrosa,
todo lo quiere privatizar”.
“Qué casualidad, qué casualidad,
el hijo del obrero no puede estudiar”.
“Una Esperanza se balanceaba
sobre la escuela secundaria
como veía que no se caía
fueron a llamar a otra Esperanza…”
Unos preguntan: “¿El PP?”
Otros responden: “Privatiza”
Vuelven a preguntar: “¿El PSOE?”
Vuelven a contestar:” Autoriza”
“Si somos el futuro ¿por qué nos dan por culo?”
“El mal de la enseñanza se llama Esperanza”.
“Sanidad y educación, NO a la privatización”.
“Nada, nada para la privada”.
“Sobran chorizos, faltan profesores”.
“Que no, que no, que no queremos pagar la deuda con la educación”.
“Escuela pública”.
“Espe, Espe, especulación”.
“Un bote, dos botes, Espe el que no bote”.
“Esperanza, dimisión”.
“Lo llaman democracia y no lo es”.
“Que no, que no, que no nos representan”.
“Hace falta ya una huelga general”.
“Aquí, aquí, ni un paso atrás, esta lucha la vamos a ganar”.
“Ahí está la cueva de Ali Babá”.
“Luego diréis que somos cinco o seis”.
Los
gritos más estruendosos tuvieron lugar frente a las sedes de las
instituciones educativas en la calle de Alcalá. Las manos agitándose en
lo alto ¾como si hicieran los cinco lobitos¾,
pitidos, carracas, tambores, vuvuzelas, tapas de cacerolas, ¡uuuh!
Entre las ocho y media y las nueve la protesta comienza a dispersarse,
pero todavía un grupo de manifestantes encabezado por tambores y alguien
que les marca el ritmo se dirige a la Puerta del Sol, bailando y dando
palmas al mismo tiempo que gritan “Pública”. Al llegar algunos se
detienen ante las cámaras y reporteros de Televisión Española y Telecinco
y de nuevo vocean: “Esperanza, dimisión”; “No somos gasto, somos
inversión”; “Esperanza, no jodas la enseñanza”; “Este partido lo vamos a
ganar”; “Televisión, manipulación”. Había que aprovechar.