viernes, 19 de febrero de 2016

Manifestación masiva por el derecho de huelga y la amnistía de trabajadoras/es represaliadas/os

Entre los días 9 y 12 de febrero de 2016 —a veces conviene recalcar el año, incluso el siglo— se celebró en Getafe el juicio por ‘los 8 de Airbús’, que es como se conoce el caso de los ocho trabajadores para los que se piden ocho años y tres meses de prisión para cada uno por los incidentes de la huelga general del 29 de septiembre de 2010. El jueves 11 de febrero se convocó una manifestación para pedir la libertad de estos trabajadores y la de más de trescientos encausados —según los sindicatos— que se enfrentan a penas de cárcel por participar en piquetes. A las seis y media de la tarde la marcha partió de Cibeles, avanzó por Alcalá, Sevilla, Canalejas, San Jerónimo y finalizó en la Puerta del Sol, donde desde un escenario Cristina Almeida —conocida exlíder de izquierdas— leyó un manifiesto apoyado por varios sindicatos. La pancarta de cabecera contenía la reivindicación principal con palabras que inevitablemente evocaban tiempos pasados de fuerte represión política y del movimiento obrero: “Amnistía trabajadores/as represaliados/as”. A esta enorme pancarta le seguía unos metros detrás otra de similar tamaño que decía “#HuelgaNoEsDelito es un derecho”. Estas mismas frases se pudieron leer en el telón de fondo del escenario, donde se añadía otra exigencia: “Contra la criminalización del Derecho de Huelga. Por la derogación del artículo 315.3 del Código Penal”. Dicho artículo, considerado por los sindicatos como propio del siglo XIX, castiga a quienes “coaccionen a otras personas a iniciar o continuar una huelga”.
Algo de unidad sindical
La protesta fue masiva debido a la acción conjunta de diversos sindicatos que en otras circunstancias —por ejemplo, Primero de Mayo— suelen manifestarse por separado. A lo largo del recorrido se pudieron ver banderolas, chalecos y pancartas de CC OO, UGT, USO, CGT, CSIT Unión Profesional, Solidaridad Obrera, Cobas y Ganemos CCOO. También vinieron desde fuera de Madrid con una gran bandera-pancarta que decía “Asturias UGT”.
Entre las formaciones políticas visibles a través de sus símbolos estaban Izquierda Unida y Podemos, con presencia de representantes parlamentarios de ambas organizaciones. La representación socialista no destacó, tan solo una pancarta firmada por el PSOE de Getafe. Además acudieron otras formaciones de izquierda como el PCE de Madrid, CJC, Juventudes Comunistas, Corriente Roja, Anticapitalistas y Recortes Cero. Entre los movimientos sociales se hicieron notar los de las ‘Marchas de la Dignidad 22M’ y los que piden la libertad del Alfon, que es como se conoce al joven Alfonso Fernández Ortega, preso a raíz de la huelga general del 14 de noviembre de 2012; sus defensores dicen que su proceso estuvo cargado de irregularidades. Durante la marcha fue también notable la presencia de los trabajadores de ‘Coca-Cola en lucha’ y los de Telemadrid.
“¡Que viva la lucha de la clase obrera!”
Junto a la amnistía de las represaliadas y los represaliados y la derogación del artículo 315.3 del Código Penal, una reivindicación más aparecía en las pancartas, aunque no en las de los sindicatos, sino en las de los movimientos sociales; concretamente se pedía que cesen los “montajes policiales”. Ejemplos: “Alfon, libertad. Stop montajes policiales”; “22M Dignidad. Huelga no es delito. No a los montajes policiales”. Precisamente “Huelga no es delito” fue el lema que más se repetía en las pancartas. “No somos 8, somos miles”, en referencia a la solidaridad que se ofrece a ‘los 8 de Airbús’, se pudo leer en varias pancartas y fue una de las proclamas coreadas. No obstante, la consigna que aglutinó a todos, la coreada más veces, por más asistentes y con más vehemencia y entusiasmo fue “¡Que viva la lucha de la clase obrera!” Muchos de los mensajes escritos y voceados aludían a la lucha contra la represión: “Así, ni un paso atrás, contra su represión, huelga general” (voz); “Contra la represión y su violencia, ahora y siempre, resistencia” (voz); “Leyes represivas, no nos callarán” (pancarta); “Contra la represión política de ayer y hoy, resistencia y solidaridad.CGT” (pancarta).
La marcha transcurrió pacíficamente con varios cordones de seguridad formados por integrantes de los sindicatos más grandes en torno a sus respectivas pancartas, portadas algunas de ellas por conocidos líderes. La tarde resultó algo desapacible debido al viento y, a pesar de que había una batucada que participó animadamente, el ambiente de la protesta no fue precisamente festivo; más bien, sobrio. Quizá no podía ser de otra manera en una protesta en la que una parte de las pancartas aludían a la lucha por la recuperación de unos derechos que están en peligro: “Reconquistemos nuestros derechos”; “El derecho se consigue haciendo huelga.PCE”; “No nos robarán nuestros derechos ni nuestra libertad. Juventudes Comunistas”. No faltaron pancartas con referencias al partido que gobierna (Partido Popular) y a sus dirigentes más cuestionados: “PPeor: falso, corrupto y tirano”; “Rita en el Senado, huelguistas en prisión. Anticapitalistas”. En un contexto en el que se denunciaba la represión, la corrupción y la tiranía de vez en cuando resonaba el cántico “Lo llaman democracia y no lo es / es una dictadura, eso es”.
“Son compañeros, no delincuentes”
Una vez que la marcha llegó a la Puerta del Sol, un grupo de trabajadores con camisetas de ‘los 8 de Airbús’ y ‘Coca-cola en lucha’ subió al escenario y se colocó junto al telón de fondo; los concurrentes aplaudieron. Delante de ellos y frente al micrófono, Cristina Almeida, que se presentó como abogada laboralista jubilada, recordando el lema solidario con los trabajadores de Airbus dijo que no son miles, sino “decenas de miles los que estamos aquí para apoyar una causa justa”, y agregó: “para reclamar el derecho de  huelga que es un derecho fundamental”. Se refirió a la unidad sindical y dijo que “por primera vez”  los sindicatos habían apoyado un “manifiesto conjunto” y que le habían pedido que lo leyese. La oradora mencionó los sindicatos que figuran en el manifiesto agrupados bajo el nombre Cumbre Sindical; son estos: UGT, CC OO, USO, CGT, AMYTS, SATSE, Alternativa  Sindical de Seguridad Privada, Solidaridad Obrera, GESTHA, Unión de Actores, CSIT Unión Profesional, STEM.
El manifiesto concluye dirigiéndose al Gobierno Central y al Parlamento de la Nación, les insta a derogar el artículo 315.3 del Código Penal, la Ley de Seguridad Ciudadana (o “ley mordaza”) y las reformas laborales de 2010 y 2012. Por supuesto, también pide la “absolución de todas las trabajadoras y trabajadores ya juzgados y condenados por participar en las huelgas generales de 2010 y 2012”, así como medidas “para evitar el ingreso en prisión de todos las personas encausadas pendientes de juicio”.   
Al terminar Almeida la lectura del texto, los congregados aplaudieron y gritaron vigorosamente “¡Viva la lucha de la clase obrera!”; la oradora también lo coreó. La abogada laboralista jubilada pronunció unas palabras de ánimo y solidaridad antes de despedirse. Refiriéndose al 12 de febrero, último día de juicio, indicó que el fiscal tenía la “opción de razonar sobre ese derecho y retirar las acusaciones”. Añadió: Nadie puede ser condenado por hacer huelga en defensa de los trabajadores y las trabajadoras”. Concluyó: “Su condena sería nuestra condena. Son compañeros, no delincuentes”. 

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