El pasado día 12 el Congreso de los Diputados aceptó debatir la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) sobre desahucios, ¾ la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) ha recogido casi un millón y medio de firmas para apoyarla¾
que contempla, entre otras medidas, una moratoria para los desahucios,
la dación en pago retroactiva y la ampliación del parque de viviendas de
alquiler social; a pesar de este pequeño logro, las convocatorias de
manifestación bajo el lema “Por el derecho a la vivienda y contra el genocidio financiero”
se mantuvieron en diversas ciudades para el sábado 16 de febrero. Los
medios de comunicación al informar sobre la marcha de Madrid han
resaltado por encima de todo los
abucheos recibidos por los socialistas Beatriz Talegón, secretaria
general de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas, y Juan
Fernando López Aguilar, eurodiputado y exministro de Justicia, pero no
han destacado apenas las características de la protesta, como el
ambiente no precisamente festivo y el discurso acusador de pancartas y
consignas. La mayor parte de las acusaciones ¾algunas de extrema gravedad¾
se dirigían a los banqueros, al Gobierno de Rajoy y al Partido Popular.
También fueron objeto de reproches la monarquía y el clero. En esta
protesta, como en otras que se vienen sucediendo desde que el 15M y
otros colectivos comenzaron las movilizaciones contra la gran estafa
llamada “crisis”, se gritó “Que no nos representan”, “El pueblo unido funciona sin partidos” y “PSOE, PP, la misma mierda es”; consignas
con las que los asistentes muestran su rechazo a los políticos en
general. En este contexto y sumidos en un ambiente serio y contenido
hubo personas que no toleraron que los políticos de la supuesta
izquierda socialista acudiesen para salir en la foto y ganar
protagonismo. Talegón ha sido crítica con los socialistas, pero a
algunos congregados esto no les debió parecer suficiente. No es la única
vez que ha habido abucheos para famosos políticos socialistas, incluso
los ha habido para personas anónimas que portaban el banderín del PSOE.
Se trata de incidentes provocados por unos pocos manifestantes y
sofocados por otros que no dudan en vocear “Respeto,
respeto”. Cuando los increpados son desconocidos afiliados de base las
aguas vuelven pronto a su cauce, pero si se trata de dirigentes
socialistas la bronca se agrava, como en este caso, que los abucheados
abandonaron la protesta con protección policial.
Del lateral derecho a los carriles centrales
La
marcha salió a las seis de la tarde desde la plaza de Colón hacia la
Puerta del Sol pasando por Cibeles. En un principio quedó confinada en
el lateral derecho ¾si se baja¾
del paseo de Recoletos. Los manifestantes, los fotógrafos, los
camarógrafos y los periodistas se movían apretujados en una pequeña
acera y dos carriles cercados, a la derecha, por edificios y, a la
izquierda, por los setos y las zonas ajardinadas del paseo. La estrechez
producía una sensación claustrofóbica. Los agentes de la Policía
Nacional se distribuyeron a lo largo del paseo para hacer barrera e
impedir que se cortase el tráfico en los carriles centrales, pero, según
avanzaban los minutos, iba llegando más gente y era obvio que en el
lateral derecho no se cabía ni las grandes pancartas se podían
desplegar. En cabeza iba una que decía: “Sí se puede. Stop desahucios. 574 desahucios parados”. Mientras la marcha se decidía a salir un hombre se colocó junto a la
estatua de Valle Inclán y repetidamente voceaba: “¡Don Ramón, qué
esperpento de país!”, los que estaban cerca aplaudían. La marcha arrancó
al grito de “Sí se puede” y cuando alcanzó el primer cruce se desvió
del lateral derecho, atravesó el paseo y ocupó los carriles centrales
por donde aún circulaban vehículos. La policía no tuvo más remedio que
cortar el tráfico rodado pues los carriles centrales iban repletos de
caminantes. Las grandes pancartas, por fin, se pudieron extender:
“Paralización total desahucios. No a la Ley Hipotecaria. Ni casas sin
gente, ni gente sin casas”; “No más muertos por la codicia de políticos y
banqueros.15M Vallekas. Stop desahucios”; “Hasta las tetas de la
hipotecas. Asamblea Transmaricabollo 15M”; “Nos han robado por encima de
nuestras posibilidades. PAH 1, Bancos 0”; “Derecho a la vivienda. Stop
desahucios. Políticos y banqueros ¡Crimen! La ILP no se negocia”.
También desfilaron los afectados por las preferentes de Bankia ataviados
de verde. Entre las banderas y pancartas estaban las de los
Yay@flautas, las asambleas populares del 15M, ADICAE, Corriente Roja, Equo, los acampados de Celenque y los que reclaman la III República.
Reivindicaciones y acusaciones
La
manifestación, aparte de los incidentes con los dirigentes socialistas,
fue tranquila pero no de carácter lúdico, no había cabida para muchas
risas ni diversión: poco baile y pocas orquestinas, sí tambores
dispersos; mínimas parodias o representaciones teatrales. El lenguaje
fue directo, acusador; el tono de la lucha serio, firme, quizá triste,
conteniendo la rabia y echando a un lado el dolor. Con los mensajes
coreados y exhibidos en esta protesta se pueden hacer tres grupos: las
reivindicaciones, las acusaciones y el simbolismo radical. Los mensajes
reivindicativos coinciden en su mayoría con lo contemplado en la ILP,
por ejemplo: “Dación en pago y alquiler social” (voz); “No toleramos ni
un desahucio más” (voz); “La ILP no se toca, se defiende “(voz); “Derecho
a techo” (pancarta); “No más familias en la calle” (pancarta). Entre
las acusaciones lanzadas contra gobernantes, políticos y banqueros había
unas que mencionaban el robo y la corrupción y otras que aludían a
crímenes que implican muerte. El léxico empleado era duro, severo, sin
vocablos que sirvan para atenuar: “Gobierno, dimisión, por corrupto y
por ladrón”; “Rajoy y Cospedal a Soto del Real”; “Son asesinos, no son
banqueros”; “Ladrones”; “No son suicidios, son asesinatos”; “No son
suicidios, son homicidios”; “Rato, ratero, devuélveme el dinero”;
“Tenemos la solución, los banqueros a prisión”; “Nuestro dinero lo tiene
el tesorero”; “Pueblo de Madrid, movilízate, a estos sinvergüenzas
párales los pies”; (estos ejemplos fueron dichos a plena voz). El último
grupo de mensajes se caracteriza por un simbolismo que apela a la lucha
radical, es decir, unos cánticos y un lenguaje oral que evocaba una
tradición de lucha con violencia: “A la guillotina, en rodajas el
chorizo está mejor”; “Guillotina, oé”; “A las barricadas”; “Si esto no
se arregla, guerra, guerra, guerra”. También se voceó: “Desobediencia”;
“Sí, sí, unidad y al gobierno derrocar”.
Dos trayectos, un destino: Sol
La marcha desde Cibeles avanzaba hacia Sol por todos los carriles de
la calle de Alcalá. Los que iban en la parte delantera llegaron a Sol a
través de esta última calle, pero otro gran número de participantes no
hizo el mismo recorrido, sino que se subió por la Gran Vía,
atravesó Callao y siguió por Preciados hasta desembocar en Sol. Por La
Gran Vía los manifestantes reforzaban sus cánticos mientras los
transeúntes y los turistas les observaban y hacían fotografías. Los de
la protesta les llamaban a la participación con las consignas “No nos
mires, únete” y “A ti que estás mirando, también te están robando”. Un
grupo de personas mayores dulcemente les animaba: “Estás invitado,
camina a nuestro lado”. Por Callao y Preciados la marcha se mezclaba con
los viandantes que habían ido de compras al centro, los adolescentes
que habían quedado para pasar la tarde del sábado, los manteros que
llevaban mercancía colgando del hombro y las personas que duermen en los
umbrales de puertas entre mantas sucias y cartones. A través de este
incesante trasiego humano la marcha se va adentrando en Sol y, de nuevo,
suenan los silbatos y la frase emblema: “Sí se puede”. Una vez que
todos los caminantes han llegado a la plaza, la marcha se disuelve y sus
integrantes se dispersan hacia distintos puntos
de congregación. Los hay que se van hacia el Congreso y lo anuncian por
sus altavoces; otros se agolpan en torno a la estatua de “el caballo”
(Carlos III) para leer las pancartas que otros previamente allí han
colocado. En una pequeña pone “Pueblo de ovejas engendra Gobierno de
lobos”; otra más grande y más fotografiada por los presentes dice:
“Artículo 143.1 Código Penal: “El que induzca al suicidio de otro será
castigado con la pena de prisión de cuatro a ocho años”. Donde más gente
hay es a un lado de la cúpula acristalada del tren de Cercanías, lugar
en el que suelen hacer asambleas los del 15M. En la cúpula han colocado
una de las grandes pancartas de la manifestación y a sus pies está
ofreciendo una actuación la SolFónica. Con tono coral y la música de
Guantanamera cantan “González ¿quién te ha votado?”. Son algo más de las
ocho y van a acabar el acto entonando Santa Bárbara Bendita (himno de los mineros), lo que hace aumentar el número de espectadores, y una versión indignada de de Los cuatro muleros cuyo estribillo dice: “De la Puerta del Sol (3 veces) / mamita mía/ nadie se marcha (2) Las gentes indignadas (3 veces)/ mamita mía / ¡qué bien te guardan! (2)”