Se conoce como “Atocha”, pero en realidad es la Plaza del Emperador Carlos V, en ella está la Fuente de la Alcachofa que constituye una gran rotonda, por tanto, también se llama “Glorieta de Atocha”. El 14 de noviembre ¾día de la segunda huelga general que se hace en 2012 al Gobierno de Rajoy¾ en Madrid por la tarde hubo dos manifestaciones significativas cuyos recorridos tenían en común la Glorieta de Atocha, aunque para una de ellas era el principio y para la otra, el final. La manifestación con mayor reflejo en los medios de comunicación, la convocada por las centrales sindicales CC OO, UGT y la Cumbre Social, salió a las seis y media de la Glorieta de Atocha, recorrió el Paseo del Prado, pasando por Neptuno, y finalizó en la Plaza de Colón. La otra marcha, convocada por CGT, CNT, el Bloque Unitario y la Plataforma “Hay que pararles los pies” (HQPLP), partió a las seis desde la Plaza de la Beata María Ana de Jesús y se dio por concluida en la Glorieta de Atocha. En principio, los convocantes de esta última marcha pidieron autorización para que transcurriera desde la Beata hasta Neptuno, pero la Delegación del Gobierno en Madrid prohibió que acabase en dicho lugar e impuso otro trayecto: desde la Beata hasta la Glorieta de Atocha y, después, calle de Atocha, Jacinto Benavente, Carretas y Puerta del Sol. Los grupos afectados pusieron un recurso contra esta decisión, pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid lo desestimó. Los convocantes no aceptaron al completo el trazado alternativo que impuso la Delegación del Gobierno, sino que decidieron acortarlo al establecer el fin de la protesta en la Glorieta de Atocha. Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno advirtió¾en declaraciones a la Cadena SER¾ que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado actuarían en caso de que se incumpliera el mandato judicial, es decir, en caso de que se llegara a Neptuno. Igualmente indicó que estaba prohibido pernoctar en ese emblemático lugar próximo al Congreso de los Diputados, pues miembros del 25‑S pretendían hacerlo. Así es, este colectivo llamó a pasar la noche en Neptuno, desde las siete y media de la tarde hasta la mañana del día siguiente, para pedir a sus señorías que rechacen los Presupuestos Generales del Estado para 2013, denominados por este grupo “Presupuestos de la Deuda y la Vergüenza”.
Desde la Puerta del Sol al Teatro Español, saludo a los trabajadores que están en el balcón
A las cinco y cuarto una marcha de unas doscientas personas, encabezada por una pancarta en la que se lee “Asamblea Popular de Malasaña”, sale de la calle de la Montera cantando consignas, atraviesa la Puerta del Sol, sube por Carretas, gira a la izquierda por la plaza del Ángel y avanza hasta el fondo de la plaza de Santa Ana porque allí van a hacer una parada: se sitúan frente al Teatro Español en el cual los actores están realizando un encierro. En el balcón del teatro han colocado una pancarta que reza: “Trabajadores del espectáculo en lucha. Huelga general”. Los recién llegados dirigen sus consignas a los que están en balcón y juntos, unos y otros, con el puño alzado, acaban coreándolas. Después de este saludo, los de la Malasaña reanudan la caminata por las calles del Príncipe y Huertas y, seguidos por dos coches de la Policía Municipal, alcanzan la plaza de Matute hasta desembocar en la calle de Atocha. La marcha ¾a la que se ha unido más gente¾ baja por el carril derecho de la calle de Atocha seguida de algunos vehículos hasta que los agentes municipales deciden desviar el tráfico. Los manifestantes tuercen a la derecha por Doctor Drumen gritando “Hoy no se consume, hoy no se trabaja”. Frente al Museo Reina Sofía se cruzan con cientos de manifestantes de diversos colectivos que están preparándose para alguna de las dos convocatorias. Los que siguen a la pancarta de Malasaña salen por Santa Isabel y se dirigen hacia el Paseo de las Delicias, camino de la Beata. Mientras tanto la Glorieta de Atocha o, mejor dicho, toda la plaza del Emperador Carlos V y las calles aledañas se convierten en un hervidero. El bordillo de la Fuente de la Alcachofa está repleto de personas que allí han tomado asiento. Son las seis y los que vienen de la estación de tren se dividen: unos suben hacia el Paseo del Prado ¾manifestación de las centrales¾; otros bajan hacia el Paseo de las Delicias ¾manifestación que comienza en la Beata¾. Camarógrafos y periodistas buscan declaraciones de los asistentes. Hay fotógrafos profesionales y aficionados inmortalizando las múltiples escenas, aparte de gran número de asistentes que hacen lo propio con sus móviles. Se oye gran bullicio cerca de la boca del Metro, se trata de jóvenes cantando y haciendo ondear banderas republicanas y banderolas de los Colectivos de Jóvenes Comunistas (CJC). En lo alto del Paseo del Prado pende la pancarta de las centrales sindicales y la Cumbre Social “Nos dejan sin futuro. Hay culpables, hay soluciones. 14‑N. Huelga general. Tarea Común”. En el suelo, al pie de la Cuesta de Moyano, sale música de una furgoneta forrada con carteles en los que las fotos de Rajoy, Merkel y Draghi, están acompañadas de este mensaje: “14‑N. Huelga general. Un fantasma recorre Europa ¡Qué se vayan todos! Izquierda Anticapitalista.” Cerca del cruce con la calle de Atocha avanzan los de ADICAE con sus pancartas contra la banca: “Stop embargos. Moratoria ¡Ya!”; “Corralito español. La banca nos ha robado nuestros ahorros”; “Valores Santander, productos tóxicos”.
Por el Paseo de las Delicias se increpa al Gobierno y se vuelve a gritar “No son desahucios, son asesinatos”
Los manifestantes de la pancarta de Malasaña ¾al igual que muchos de los que acudieron a la convocatoria de la CNT, CGT y otros colectivos¾ tuvieron que recorrer el Paseo de las Delicias dos veces: primero hacia abajo, camino de la plaza de la Beata y después, ya manifestándose, hacia arriba hasta la Glorieta de Atocha donde se cerraba el acto. En Delicias algunos comercios estaban cerrados y otros echaban las persianas al paso de los congregados. Los ventanales y los cajeros automáticos de las sucursales bancarias estaban empapelados de carteles y pegatinas que hacían alusión a la jornada. Había coches de la Policía Municipal vigilando y en el cielo, de vez en cuando, se veía pasar al helicóptero que era recibido por los presentes con pitidos, abucheos y manos alzadas haciendo la peineta. La manifestación se desarrolló pacífica y festivamente. Los animadores ¾como es habitual¾ cantaban pegados a las furgonetas y los equipos de sonido. Un grupo muy cantarín y bailón iba en el centro, animado por jóvenes con chaleco amarillo de UPS Vallecas; entre ellos también había una chica que traducía los cánticos y lemas¾unos ya típicos de estas movilizaciones y otros nuevos¾ al lenguaje de signos. Hacia el final de la marcha había una gran batucada con diferentes instrumentos de percusión cuyo ritmo incitaba a los asistentes a mover los pies. La pancarta de cabeza llevaba los emblemas del Bloque Unitario y HQPLP, y decía: “Contra los recortes, las reformas laborales, el pacto social. No al pago de la deuda”. Tras ella seguían, aparte de las banderolas y pancartas de la CNT y la CGT, las de otros grupos, a saber: Solidaridad Obrera, Comisiones de Base (Co.bas), Coordinadora Anti‑privatización de la Sanidad(CAS), Alternativa Sindical de Trabajadores(AST), Izquierda Anticapitalista, Corriente Roja, Intersindical SF, Red Roja, Partido Comunista de los Pueblos de España(PCPE), Coordinadora Sindical de Madrid(CSM); también estaba el 15M como Bloque Crítico y varias asambleas populares y grupos de trabajo de este movimiento. La reforma sanitaria madrileña emprendida brutalmente por el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, logró que los colectivos de este sector se hicieran notar, por ejemplo, con estas pancartas: “Para frenar la privatización de la sanidad pública: derogación de la ley 15/97 y rescate hospitales privatizados. CAS Madrid”; “Defendamos la sanidad pública. Contra el expolio. Hacia la autogestión. CNT/AIT”; “Hoy como ayer…Siempre por una sanidad pública. Sindicato Único de Sanidad e Higiene.” Una consigna bien conocida resonó varias veces: “Los hospitales no se venden, se defienden”. Por supuesto, también estaba presente la marea verde de la educación pública con sus camisetas y pancartas, por ejemplo: “En la pública pintamos tod@s”.
El pago de la deuda se considera un asunto con efectos cada vez más graves, así lo demuestran las siguientes pancartas: “Deuda odiosa, con nuestra sangre ¡No!”; “La deuda te aplasta ¿te vas a quedar quiet@? Red Roja”; “No al pago de la deuda. Por un plan de rescate de los trabajadores y el pueblo. Co.bas”; “O su deuda o nosotros. Fuera Rajoy y la Troika. Corriente Roja”. El problema sangrante de la vivienda y los desahucios quedó patente a plena voz. A las viejas consignas “Rescatan al banquero, desahucian al obrero”, “Qué pasa, qué pasa, que nos quitan las casas”, “El próximo desahucio que sea en la Moncloa”, los asistentes sumaron otra nueva que viene a renombrar los últimos trágicos acontecimientos: “No son suicidios, son asesinatos”. Aunque el acto fue lúdico, el clamor contra el Gobierno y su política era fuerte y contundente, con exabruptos que denotaban el máximo enfado. “Illa, illa, illa, Rajoy, hijo de puta” es uno de los gritos más pronunciados en las últimas protestas y el 14‑N volvió a resonar con insistencia. Además se voceó “Rajoy, sicario del Fondo Monetario” y “A ver, a ver, quién lleva la batuta, si los trabajadores o el Gobierno hijo de puta”. El hartazgo es monumental: “¡Basta ya de recortes, reformas, reajustes, reestructuraciones! ¡Rehostias! UR. Las Rozas” (pancarta). La repulsa que produce el Gobierno y, en general, los políticos es evidente: El próximo parado que sea un diputado; si es un senador, será mucho mejor; si es la Cospedal, será fenomenal” (cántico).
Retirada forzosa
Después de que gran parte de los manifestantes de la Beata llegaran a la Plaza del Emperador Carlos V, varios oradores de los colectivos convocantes pronunciaron un discurso, a modo de colofón, y dieron por concluida la marcha. Alguno de estos oradores, habló de la “noche de la desobediencia” y muchos de los presentes vocearon “Eso, eso, eso, nos vamos al Congreso”. Durante bastantes minutos, a Atocha, procedentes de la Beata, seguían llegando más grupos que, de distinta manera, también querían poner colofón a la jornada, así unos finalizaban entonando La Internacional y otros, Santa Bárbara Bendita (himno de los mineros). La glorieta de Atocha seguía en ebullición. La gente se movía de un lado a otro fotografiando y observando curiosidades. Se veía y oía de todo. Un señor dijo “Unos han venido en bañador”, pues unos jóvenes se habían despojado de sus ropas y cruzaban la plaza en modernos calzoncillos de colores. Por la Cuesta de Moyano hacia arriba había menos gente, circunstancia aprovechada por algunos hombres para arrimarse a los paredones y descargar las vejigas dejando largos regueros de orina cuesta abajo. Hacia las ocho y media atraviesan la glorieta, entre los improperios de la muchedumbre, varios furgones de la Policía Nacional que parecen dirigirse hacia la Avenida Ciudad de Barcelona o la estación de ferrocarril. Los manifestantes llegados desde la Beata se resisten a abandonar, al contrario, se reaniman al paso de la gran batucada, la cual acaba congregando a su alrededor a unos que bailan y a otros que hacen fotos o graban. De esta manera, a ritmo de batucada, un buen número de manifestantes avanza por los carriles centrales del Paseo del Prado mientras que otros con las banderolas de IU, CC OO y UGT se retiran por los carriles laterales o las aceras. Se puede caminar, aunque sea lentamente, entre el incesante flujo de personas que suben y bajan. Parece que las riadas de gente que se retira no acaban nunca. La batucada sigue subiendo por el Paseo del Prado; cuando entonan consignas golpean más suavemente los instrumentos, pero cuando dejan de cantar vuelven a darles con fuerza. A las nueve y diez la batucada, seguida de muchos manifestantes llega a la altura del Ministerio de Sanidad, donde el estruendo acompasado de los tamborileros, que concluyeron allí su fiesta entre aplausos, fue sustituido por el abrupto ruido de las cargas policiales y los gritos de la masa en retirada forzosa.
Hubo un amago de avalancha tras los primeros tiros, pero la carrera cesó pronto y la gente aguardaba con curiosidad y expectación. A las nueve y cuarto se oían ya muchos disparos seguidos. Algunas personas se colocaron cerca de la plaza de Platerías Martínez, situada por debajo del Ministerio de Sanidad y adyacente a calles por las que, en caso de necesidad, se podía huir. En esta plaza había un coche de la Policía Nacional y agentes sin casco que charlaban apaciblemente con un par de manifestantes. La mayor parte de la gente tenía la vista vuelta hacia Neptuno mientras sonaban los disparos. A lo lejos brillaban las sirenas azules de las lecheras. Silencio y murmullos, los ojos bien abiertos. “Hay humo”, exclaman con asombro. Así es, la suave brisa lo trae hacia el Ministerio de Sanidad. Más disparos, más humo y otra avalancha, esta vez de verdad, una carrera muy fuerte que hace que muchos se decidan a huir. Bastantes participantes se adentran por la plaza de Platerías Martínez, luego unos siguen por Huertas y otros, por Alameda. Un joven dice a sus amigos “Vamos despacio que por estas callecitas nos dispersamos y no vienen”. Pero la avalancha sí viene, así que hay que seguir corriendo. En los cruces se ve a la gente corriendo por las vías paralelas, es decir, por las calles de arriba y las de abajo. Es difícil decidir por dónde continuar: si de frente hacia la calle de Atocha o si para arriba por las callejuelas. Algunos se meten en los bares. Hasta los callejones llega ruido procedente de la batalla campal que empezó en Neptuno, a lo que hay que sumar el estruendo que produce el helicóptero que ahora se percibe muy próximo. Por las estrechas calles desiertas la gente sofocada va dejando de correr. Pasa un coche de la Policía Municipal pero ya no hay nerviosismo ni tensión. Hay huidos por la calle de Atocha que van hacia Sol. Sí, retorno a Sol, donde empezó todo tras seguir los pasos de una pancarta que venía de Malsaña.