La
mañana del domingo 13 noviembre era templada, aunque el cielo estaba
bastante nublado. Las sandalias y las camisetas de tirantes del 15-O
fueron sustituidas por ropas de abrigo para esta manifestación convocada
por el 15M bajo el lema “¡Cambio de modelo ya!”, tal y como rezaba la
pancarta principal. Las camisetas verdes en defensa de la educación
pública ahora se ponen sobre los jerséis, las sudaderas y las chaquetas
para que se vean, pero la lucha va para
largo y los manifestantes son diseñadores creativos que ya han sacado a
la calle su colección para la nueva temporada: la bufanda verde
reivindicativa. Es moda para usar un otoño-invierno caliente. “Antes de
las elecciones, no, pero luego nos van a caer hostias”, afirmaba un
joven mientras charlaba con sus compañeros. Había, al principio del
Paseo del Prado, bastantes furgones policiales estacionados en línea. La
marcha comenzó con pitidos y abucheos, incluso parecía que algo se
podría desmadrar, pero quedó solo en palabras a voces: “Menos policía,
más educación”. Después, a grito “pelao”, los convocados dirigiéndose a
los agentes uniformados repetían: “Vergüenza, vergüenza, vergüenza…” Así
arrancó, a las doce de la mañana, una caminata desde Atocha hacia la
Puerta del Sol que se tornó pacífica, festiva, cantarina.
El domingo que viene, 20 de noviembre, se celebran elecciones generales y el ambiente electoral o anti‑electoral ¾quizá sea más acertado llamarlo así¾
fue notorio durante la protesta. En cabeza de manifestación iba un
ataúd simbólico en el que yacía un traje de caballero con dos cabezas:
la foto de Rajoy y la de Rubalcaba debajo de las siglas PPSOE. A lo
largo de toda la marcha grupos de personas repartían octavillas en las
que cada cual pedía una cosa: el voto nulo, el voto en blanco
computable, la abstención, la no abstención, el voto para partidos poco
conocidos o en fase de reconstrucción. Por supuesto, las elecciones
también hallaron reflejo en las pancartas: “Contra el capitalismo, tu
voto equilibrante”; “No nos representan, vota bótalos”;
“La abstención es rendición”; “Partidos muy grandes aplastan a sus
votantes”; “Ley electoral más justa ¡ya!”; “Que cada voto valga igual”;
“20N no avales el fraude, 21N la movilización es el camino. Corriente
Roja”. Se vocearon las consignas de los indignados más emblemáticas al
respecto: “Lo llaman democracia y no lo es”; “Que no, que no, que no nos
representan”. Y una nueva: “El próximo parado que sea un diputado”.
La
actualidad se impone: si las elecciones son inmediatas, el caso
Urdangarín, de reciente aparición en los medios de comunicación, ha
causado más enojo ¾aún si cabe¾
entre los manifestantes, los cuales dedicaron este cántico a la familia
real: “Urdangarín, Urdangarín, a trabajar al Burger King; Marichalar,
Marichalar, a trabajar a Pizza Hut; Leonor, Leonor, a trabajar al
Hipercor; Sofía, Sofía de cajera en el Día; la precariedad, la precariedad para su majestad”. El enfado con los privilegios
de la monarquía se hizo notar más veces: “Queremos saber qué pagan de
hipoteca los borbones cada mes”; “Queremos un pisito como el del
principito”; “Que recorten sus pensiones a diputados y borbones”.
“Esta
crisis no la pagamos” fue el lema más coreado el 15-O, pero para el 13N
sufrió una ligera modificación: “Vuestra deuda no la pagamos”. La
crisis es deuda y ya no es tan anónima, pues se considera que es de
otros, no del pueblo. Los manifestantes creen que esto tiene arreglo:
“Tenemos la solución: los banqueros a prisión”; “Sí, sí, la deuda que la
pague el FMI”. Al pasar al lado del edificio de La Bolsa ¾muy protegida por la policía¾,
los convocados giran sus cabezas y vociferan: “Ahí está la cueva de Alí
Babá”, “Botín, te cambio la pensión”. Lo que no se quiere es pagar la
crisis con el desmantelamiento del estado del bienestar,
y esto se lo echan en cara tanto a la presidenta de la Comunidad de
Madrid como al presidente del gobierno. Al conocido cántico de “La
escuela de la Espe es particular, si no tienes dinero, no puedes
entrar…”, añaden otro que incluye la sanidad: “Mama Espe nos roba, nos
roba, nos roba la educación; Mama Espe nos roba, nos roba, nos roba
también la salud”; “Espe, paciencia nos vemos en urgencias”. Para el
jefe del ejecutivo: “Zapatero, ya hemos visto tu talante, dinero para
los banqueros, plan de ajuste a los currantes”. Lo público es resultado
de la historia y de duras luchas sociales y, desde luego, algo que estos
ciudadanos no están dispuestos a perder, así lo muestra una pancarta
que sirve además de homenaje a todos los que se afanaron en ello: “Los
edificios públicos son tuyos, son nuestros, porque son la herencia que
nos legaron nuestros mayores con su esfuerzo. No vendemos”.
La
lucha sigue y seguirá, al menos eso aseguran los manifestantes.
Cánticos: “De Norte a Sur, de Este a Oeste, la lucha sigue, cueste lo
que cueste”; “A ver, a ver,
¿quién lleva la batuta, el pueblo en la calle, o el gobierno hijo de
puta?” Pancartas: “Unificar luchas. Hay que pararles los pies”; “Todo el
poder para el pueblo”. Muchos de los manifestantes claman por una
huelga general, aunque para ello haya que amonestar a los líderes
sindicales: “Oé, oé, oé, oá/ a Toxo y a Méndez les queremos preguntar: /
¿cuántas razones hacen falta más/ para una huelga general?” Lo dicho,
se necesita crear moda para pasar un otoño-invierno calentito. Los
asistentes advierten: “Se va acabar la paz social”. Una pancarta
recuerda que son muchos los afectados: “99% crisis, 1% ladrones”.
Los
medios de comunicación estiman que asistió menos gente a esta
manifestación que a otras, por ejemplo a la del d 15-O. Así es, sin
embargo hubo variedad de grupos y temas. Una parte de las pancartas
expresaba la procedencia de quienes la llevaban. El texto era simple,
“Asamblea Popular de” y, a continuación, el nombre del barrio o la
localidad correspondiente: Coslada, Collado Villalba, Arganzuela,
Chamberí, Chueca; incluso había
pancartas que venían de lugares considerados algo pijos como el barrio
de Salamanca o Majadahonda”. Otros se habían esmerado más en el mensaje
que portaban: “¡Lo público ni tocarlo! En defensa de la escuela pública”
(Alcobendas y Sanse); “La Elipa está indignada y tenemos un dragón”;
“Contra vuestra globalización: re‑evolución global” (San Fernando de
Henares); “Nuestros sueños no caben en sus urnas” (Guindalera); “El
problema es el sistema. Rebélate” (Alcorcón); “En lucha y sin cuartel”
(Carabanchel). La tercera edad también se quiso hacer ver con su
pancarta: “¡No nos robéis nuestros derechos! Jubilados y pensionistas.
Veteranos 15M”. Una de las frases
más repetidas por los mayores fue: “Depuración de los jueces
franquistas”. En la marcha hubo de todo, pues también estaban los que
luchan contra la discriminación sexual; su texto: “Stop transfobia,
sexismo, homofobia, sexofobia. Transmaricabollo de Sol”. En el Paseo del
Prado un pequeño grupo de hombres y mujeres, ellas ataviadas con
pañuelo, sujetaban una pancarta: “Siria con el 15M”. La marcha recibe
apoyos y los ofrece a pueblos que padecen enormemente: “Occupy Sol, no
Palestine”; “No a las ocupaciones, no a la guerra. Paz y Justicia. Fuera
de Afganistán y Libia. Autodeterminación de los pueblos”. No es de
extrañar que otra de las consignas coreadas fuese: “Menos gastos
militares, más gastos sociales”.
La manifestación desembocó en Sol donde se procedió a leer un manifiesto y a presentar, en un foro, las propuestas que los grupos han ido elaborando durante seis meses.