El 22 de septiembre llamé a la megatienda para saber
algo sobre la reparación de mi ordenador. Me dijeron que ya estaba
reparado hace días. "¿Y por qué no me han llamado?" Me dijeron que ya no
telefonean, que mandan mensajes. Pero en mi móvil no había ningún
mensaje de ellos. En cualquier caso, no se aseguran de que te lo han
comunicado. Y eso que me pidieron el número del móvil y el del fijo. En
definitiva, que tienes que llamar tú y gastar tú, el cliente.
El 23 de septiembre por la mañana fui a recoger el ordenador (lleva
allí desde el 5 de agosto). Me querían cobrar 49 euros por el software.
Dije que nadie me había comunicado ese presupuesto y que además mi
ordenador, el día que lo llevé, estaba en periodo de garantía. Insistían
en cobrarme 49 euros por el software que, según ellos, no entra en
garantía. Dije que no lo pagaba. Insinué a mi acompañante que tendría
que ir al juzgado. Al oír esto, los de la supertienda me hicieron una
factura nueva en la que ya habían quitado lo de los 49 euros. Me llevo
el ordenador a casa. A primera hora de la tarde lo pruebo, resultado: no
tiene instalado el software que me querían cobrar y además no funciona
pues entra en una espiral en la que se apaga y enciende constantemente.
¡Desde el 5 de agosto al 23 de septiembre y no lo han reparado! Vuelvo
esa misma tarde con el ordenador a la megatienda. Les digo que no
funciona, que lo prueben. Ni disculpas, ni explicaciones, ni nada. ¡Lo
he recogido esa misma mañana! Ven que no funciona cuando se apaga y
enciende solo, aunque el tipo que me atiende dice que es que lo ha
reiniciado. Mentira: se apaga y enciende mil veces. Les recuerdo que el
ordenador no está tal y como yo lo compré, no tiene todas las funciones y
programas que tenía, por los que yo pagué 899 euros. Vuelven a decirme
que falta el software, que ellos no lo tienen y que el fabricante les
cobra por ello. No lo tienen y por la mañana me lo querían cobrar. Me
iban a cobrar algo que no tienen, algo que ni siquiera habían puesto al
ordenador. Después de mucho discutir -y guardar la buena educación, no
fuese que me denunciaran a mí- me dicen que lo van a arreglar.
Antes de irme, les digo que yo no puedo estar más sin ordenador, que
esta situación me está causando muchos gastos, por ejemplo: pago la
conexión a internet y no la puedo usar al no tener ordenador. Les da
igual. Estoy haciendo mis documentos escritos con una antigua máquina de
escribir Olivetti, me da vergüenza, pero...A ellos les da igual
también. Recuerdo que cuando se averió mi móvil, en el establecimiento
donde lo compré me dejaron otro, más elemental, mientras reparaban el
mío. Se lo hago saber, pero en la supertienda me dicen que no tienen
servicio de sustitución.
En fin, lo dejo por tercera vez en el servicio técnico. Ahora los dos
años de garantía ya han concluido, aunque se alargan tres meses al
sumar la garantía de esta última reparación, falsa reparación pues el
aparato no funciona.
Antes de salir del establecimiento puse la tercera reclamación, ya sé
que no sirve para nada, pero supongo que se añadirá otra más a su
expediente.